Sin un corazón lleno de amor y sin unas manos generosas, es imposible curar a un hombre enfermo de su soledad.
No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor.
El que no sirve para servir, no sirve para vivir.
El amor es un fruto que madura en todas las estaciones y que se encuentra al alcance de todas las manos.
La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz.
Si no tenemos paz en el mundo, es porque hemos olvidado que nos pertenecemos el uno al otro, que ese hombre, esa mujer, esa criatura, es mi hermano o mi hermana.
Nuestra tarea consiste en animar a cristianos y no cristianos a realizar obras de amor. Y cada obra de amor, hecha de todo corazón, acerca a las personas a Dios.
Para que el amor sea verdadero, nos debe costar. Nos debe doler. Nos debe vaciar de nosotros mismos.
Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón del que amamos.
La paz comienza con una sonrisa.
Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.
Madre Teresa de Calcuta