Si alguna vez sientes una brisa que te acaricia un aroma que te recuerde a mí no dudes de tu cordura yo nunca me marché de ti.
... No quiero que sientas mi ausencia ni que por mi causa una lágrima pueda enturbiar tu mirada, solo quiero que recuerdes que tú me aposentaste en tu alma y yo nunca me marcharé de allí.