ES LA REALIDAD DE ESTA CONDENA
Es la realidad de esta condena,
la sublime incongruencia de esta calma
que a la tempestad precede.
Ésta soledad que me crece por dentro,
como un virus
y se queda allí,
entre los días y las noches,
entre la piel y el alma.
Se suceden los minutos,
en este reloj antiguo y desgastado,
como mis temidos anhelos.
La luz atraviesa esta ropa corroída
y se cuelan las ganas por los párpados cerrados.
La libertad me encoje y me envenena,
me arrastra y me domina.
Me quedan los recuerdos,
incisivos y recurrentes,
como mis sueños.
Y antes de que me eclipsen tus ojos
y me convierta en piedra,
fingiré que eres viento y yo veleta.
10/16/2013
del libro “Tintero de Sueños”
|