Al filo de la selva la noche se aproxima cómo huele la selva verde y negra su espesura me atrae, más no me atrevo
Sinuosas son sus formas serpientes que pudieran ser lianas Intuyo al tigre que acecha entre las ramas
Bajo la luna su pelaje dorado recuerda a la melena rubia de una mujer blanca sueño recurrente de presa devorada
Indómitas se agitan las hojas gigantes de las balaceras Recuerdan al rocanrol suave de aquel afterhours
Pero no. Es sólo mi cabeza No debo hollar el límite con el campo seguro arrojarme a su dulzura mortal de suelo oscuro y menta.
A su peligro y su misterio algo me impele
¿Me atrevo entonces? acordaos de mi si no regreso al alba.
D.A.
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