Recordar que en las pequeñas cosas
se reconoce el valor de un hombre,
sobre todo cuando estas pequeñas cosas
sirven para ayudar a los demás.
Así, incluso un acto sin gran importancia
en apariencia, es muy revelador
sobre nosotros mismos:
por ejemplo, un abrazo en un momento de tristeza,
unas palabras de aliento ,
incluso una mirada elocuente,
pueden ayudar y dar los ánimos necesarios.