Basta tan sólo un buen motivo para que la vida de nuevo nos deje en el rostro esa sonrisa de felicidad que siempre debiera estar, pero que tantas veces por culpa del estrés de este mundo tan inseguro acaba borrando la sonrisa…
Tenemos que tener nuevos propósitos, nuevas metas que cumplir,
tener algo a qué aferrarme en el futuro que ahora sé que es incierto…
mientras tanto, viviré este hoy como un regalo de Dios,
al dejarme despertar al calor de un nuevo día.
Lograré ser y mantenerme feliz,
Tengamos la seguridad plena y que todo saldrá bien para quien busca tener motivos de fe y alegría.