El crochet es una técnica antigua de tejido con ganchillo cuyo origen se pierde en el tiempo
y el amigurumis, es el método japonés de aplicarlo para dar vida a muñecos, que fascina a grandes y
a niños por igual. No sólo se trata de una tendencia de hacer formas increíbles con los hilos,
sino que forman parte de la extensa cultura Kawaii,
que intenta promover el relax y la ternura entre las personas a través de animaciones, indumentaria,
gastronomía y hábitos de vida que reproduzcan lo "encantador".
Según la tradición, cada muñeco amigurumis que se teje es dotado de un alma confidente.
Aquel que lo reciba como obsequio se sentirá acompañado y protegido para siempre,
pudiendo usarlo como talismán, como protector o como un símbolo que comunica buenas
intenciones. Hacerse mayor nos es impedimento para tener un “muñeco de punto”,
ya que su finalidad principal es cuidar a nuestro niño interior, sin importar
la edad que tengamos.
Cómo se hacen
Con ganchillo de metal, madera o plástico, empleando las técnicas regulares de crochet.
Por lo general, se tejen con hilos suaves, como algodón o fibras sintéticas, lo que varía
según el muñeco que quiera representarse o teniendo en cuenta si será usado como
peluche de apego, amuleto o pieza de exhibición. Las formas animales son las más populares,
pero en la actualidad los superhéroes, los cáctus y los personajes de las series de TV
tienen muchos seguidores. Se realizan tejiendo en espiral, partiendo de la forma esférica,
pero una vez que se libera la imaginación se pueden lograr una infinidad de modelos.
Además de difundir un mensaje de calma y de afecto, los amigurumis se suman a la propuesta
mundial de reciclado. Su relleno de espuma puede reemplazarse por arroz, garbanzos, retazos
de tela o estambre y así evitar la generación de más residuos que contaminen el planeta.
El dato
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desde cero a tejer estos muñecos.