Leyra, estimada chilena de Chillán, vuelvo de nuevo a decirte muchas gracias
por tu felicitación.
Quiero que sepas que a mí me gusta mucho hablar con hermanos americanos que
han llegado, por unos u otros motivos, a establecerse y vivir en España en los úl-
timos años. Somos ellos y yo castellanohablantes. Repito, amiga, es para mí un ver-
dadero placer hablar con ellos. A más de un chileno he podido encontrar en Vitoria.