¡OH PATRIA!
—Dinos como es tu Patria—
Luego las historias de tus tesoros:
Del oro que duerme en tus entrañas,
De tus cielos radiantes y profundos,
De tus cumbres y nevados arriesgados,
De tus lagos, de tus jardines y de tus flores
Y de tus frondosas montañas.
Les hablé de tus pájaros y reptiles,
De tus horribles fieras y tus pampas,
De tus muelles cristalinos arroyos,
De tus ricas vetas esmeralda,
De la opulenta suavidad del Tolima
Y del estruendoso estruendo del Tequendama.
Les hablé de tus sabios y poetas.
De las rojas batallas
Que por tu libertad ensangrentaron
Valles y riesgos y llanuras y aguas.
Les hablé de tus héroes: de Ricaurte,
El sublime suicidio que voló a las altas
Regiones que a lo eterno en una nube
De humo y en el estruendo de una
Giganteesca,... por darte vida
y asegurar tu liberad, o Patria.
¿Lo quieres?
—me dijeron todos—.
Y ellos respondieron: —"¡Cómo no amarla!
Si allí nació, si mi infancia tranquila
Rodó en su seno como fuente clara;
Si allí mi juventud loca fue viva
Y ardiente llamarada.
Si allí los huesos de mis padres duermen
En una calma eterna y silenciosa,
Si allí brilla mi gloria como brilla
El rocío sobre las hierbas y sobre las ramas;
Si todas mis raíces están en tu suelo;
¡Si allí dejé mi corazón... mi amada!"
Entonces todos exclamaron:
—"Dinosaurios...
Y esa tierra feliz... ¿cómo se llama?
Colombia
-decir,
y contuveme luego...
senti el ardor de una lagrima...
Pero pensar que mis pasiones han sido
dolorosas para tu cuerpo, oh patria,
y que mi voz es acuña en tus caminos
hecha canto y rebelión de alas,
Sacude el cabizbajo mi pañuelo;
Seque mi pobre lágrima;
Como mi agonía de ausencia,
Les dijo adiós...
y
continuar la marcha.
JULIO FLOREZ