La mayoría de las relaciones están basadas en el deseo egoísta, donde la pareja, hermano o amigo sólo se preocupa por su propia felicidad. No hay nada malo en querer ser feliz. El problema es que la vida está hecha de paradojas.
Si buscamos la felicidad para nosotros mismos, en vez de eso recibimos caos.
Sin embargo, cuando nos esforzamos en hacer felices a los demás, nosotros recibimos felicidad. Mientras más compartimos con los demás, lo más que es compartido con nosotros.
Este es el secreto de la felicidad. Ahora lo sabes. Hoy, pon tu conocimiento en práctica.