Los días son flechas en manos de un arquero. Una vez que las dejan ir, no pueden ser recuperadas. Esta verdad deprime a muchas personas que sienten que han desperdiciado sus años de juventud. ¡Entusiásmate, pues el juego no ha terminado! Cada día es un día antes de que la flecha se dispare, y las mejores cosas de tu vida aún te esperan delante de ti, siempre que apuntes bien hacia tu trabajo espiritual cada día. |