Con la salida esta noche de la primera estrella, la comunidad judía comenzará a celebrar su jornada más sagrada del año: el Iom Kipur o Día del Perdón. Como su nombre lo indica, se trata de una jornada de perdón y expiación de los pecados cometidos contra Dios y contra el prójimo. Es también el momento culminante de un tiempo de introspección y penitencia que comenzó hace diez días con la celebración del Rosh Hashaná o Año Nuevo, durante el que se conmemoró el comienzo del universo y del género humano (según una cronología simbólica se celebró el año 5.771).
Ahora bien: Mientras que en Rosh Hashana los seres humanos son juzgados por sus actos, en Iom Kipur es fijado el veredicto del juicio. En este último día, los judíos deben abstenerse de atender las necesidades básicas. Así, no deben comer ni beber; no deben lavarse, ni friccionarse el cuerpo con aceite; no debe calzarse zapatos de cuero, ni mantener relaciones conyugales. Porque el hombre –según las enseñanzas judías- está obligado en este día a desligarse totalmente de su vida cotidiana y consagrar todas sus fuerzas para purificarse y para expiar los pecados del año transcurrido y retornar a Dios.
La Agencia Judía de Noticias recuerda que, a diferencia del resto de los días del año, en Iom Kipur se recitan cinco plegarias: una al comenzar la jornada (Kol Nidrei, que pide el borrado de las promesas incumplidas); dos por la mañana (Shajarit y MUsaf) y dos antes del amanecer (Minjá y Neilá). En ellas se recita el Viudi (confesión) y se le implora a Dios que absuelva a los pecadores. Es costumbre antes del Iom Kipur, disculparse con el prójimo por las fallas cometidas contra él. Es tradición comer y beber en abundancia en la víspera. Este año el Día del Perdón, que comienza con el encendido de las velas y finaliza en el anochecer de mañana con el toque del shofar (cuerno de carnero), coincide con el shabat.