Historia
Santa Claus, el hombre bonachón, de largas barbas blancas y pícara mirada que viaja por el cielo en trineo, es una de las figuras más representativas de la Navidad. El mundo hispano le conoce como Papá Noel, aunque también le llaman San Nicolás o incluso, Viejo Pascuero. Sí, aquel viejito barrigón que suele entrar por la chimenea para dejar regalos debajo del árbol de Navidad para todos los niños que se hayan "portado bien" durante el año es tan popular, que niños de todas las nacionalidades le escriben cartas pidiéndole los juguetes de sus sueños. Sin embargo, la figura del personaje de traje rojo, botas negras y gorrito de borla blanca es muy distinta a la figura que en realidad inspiró su mito. Aunque existen pocos detalles, se sabe que en el siglo IV, en la región de Licia (actualmente Turquía), vivía un joven de noble corazón llamado Nicolás. Nicolás quedo huérfano siendo pequeño y heredó una gran fortuna, la cual repartió entre los más enfermos y desamparados, y a los 19 años, se convirtió en sacerdote.
Con el tiempo, llegó a ser obispo, siempre caracterizándose por su gran bondad, generosidad y preocupación por los pobres y desprotegidos.
Se cuentan varias historias sobre él, entre ellas, una que trata sobre un empobrecido padre que no contaba con la dote necesaria para que sus tres hijas se casaran, lo cual las condenaba a la prostitución.
Para salvarlas de una vida de pecado, Nicolás decidió obsequiar con una bolsa llena de monedas de oro a cada una de ellas. Se dice que para lograrlo, él entraba a la casa por una ventana, sin que nadie se diera cuenta, y colocaba la bolsa de oro dentro de los calcetines de las jovencitas, los cuales colgaban sobre la chimenea para secarse.
También se le atribuye el milagro de haber devuelto a la vida a tres niños que habían muerto, por los cuales intercedió a través de sus oraciones.
Al morir, el obispo alcanzó la condición de santo, convirtiéndose así en San Nicolás de Bari, y su popularidad se extendió por toda Europa.
Holanda se convirtió en uno de los países con mayor admiración por San Nicolás. Alrededor del año 1624, los inmigrantes holandeses que fundaron Nueva Ámsterdam (ahora Nueva York), trajeron consigo una imagen del santo y la costumbre de celebrar su día el 6 de diciembre. De acuerdo a documentación histórica acumulada por The History Channel, el nombre de Santa Claus fue una evolución del apodo holandés del santo, Sinter Klaas, el cual es en sí una abreviación de Sint Nikolaas. En el año 1809, Washington Irving, escritor de origen estadounidense, publicó el libro Historia de Nueva York (A History of New York), donde nombró a Santa Claus como "guardián de Nueva York", incrementando su popularidad entre los demás inmigrantes de origen no holandés. Luego, en 1822, un pastor episcopal de nombre Clement C. Moore, escribió un poema navideño al que llamó "Una Visita de San Nicolás", el cual, tras ser publicado, convirtió a Santa Claus en un icono de la cultura estadounidense.
Moore contribuyó a la idea de Santa Claus viajando alrededor del mundo en un trineo volador dirigido por ocho renos para repartir regalos en los hogares. En el año 1881, el humorista político Thomas Nast, se inspiró en el poema de Moore y dibujó la primera caricatura del Santa Claus que conocemos el día de hoy, pues añadió los detalles del borde blanco al traje rojo, el saco repleto de juguetes, el taller del Polo Norte, y de sus ayudantes, los duendes.
Los últimos años del siglo XIX fueron determinantes en la consolidación de la figura de Santa Claus, pues dejó de ser asociado con una religión o nacionalidad específica, convirtiéndose así en patrón de todos los niños, no solo en los Estados Unidos, sino en Latinoamérica, y en muchos otros países alrededor del mundo.
El mito actual cuenta que Papá Noel vive en el Polo Norte junto a su esposa, la Señora Claus, quienes dirigen un taller de juguetes donde, con la ayuda de cientos de duendes, se fabrican todos los regalitos que los niños buenos y obedientes recibirán en Navidad
Se dice que Santa sale en la noche del 24 de diciembre a repartir dichos obsequios, viajando por los cielos en su trineo, aprovechando cuando los niños duermen para entrar por la chimenea o la ventana para dejar los regalos debajo del árbol o en las tradicionales medias navideñas.
Mito o no, sea cual sea su nombre, San Nicolás o Santa Claus, lo cierto es que este personaje representa la bondad y la generosidad, y de cierta manera, nos invita a compartir y dar amor a los demás en esta temporada, sobre todo a los niños y desamparados, y eso, no debe quedarse en la leyenda, sino ser parte de la realidad
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