Google, Facebook y otras compañías de Internet han declarado que se oponen al proyecto de ley de Smith y a otra legislación similar presentada en el Senado, indicando que ambas promueven la censura y amenazan el crecimiento de la industria tecnológica estadounidense.
La ley SOPA no sólo ha generado anticuerpos en Estados Unidos, sino que a nivel mundial. A parte de las peticiones que se han firmado para vetar la ley, también se han organizado variadas formas de manifestación para pedir que la norma no se apruebe.