Pues bien, el hipo es una irritación del diafragma, ese músculo que nos permite respirar bajando cuando inhalas y subiendo cuando exhalas. Se produce normalmente por comer demasiado o demasiado rápido, esto causa que el nervio frénico (nervio del diafragma) se irrite y ocasione una pequeña alteración del comportamiento normal del diafragma. Tiene como consecuencia que este suba y baje en un periodo muy corto de tiempo afectando a la laringe y causando ese extraño sonidito tan molesto. Suele producirse durante un periodo muy corto, de 2 a 5 minutos, aunque hay gente que le puede a llegar a durar durante una semana
e incluso meses. En extraños casos puede llegar a resultar mortal.
En medicina, el "hipo" se conoce con el nombre de singulto y se considera como una reacción transitoria de nuestro organismo, en la mayoría de los casos benigno.
uando los ataques son prolongados o recurrentes se debe acudir al médico, quien determinará la causa. Entre ellas están la meningitis, la uremia, ciertos tumores cerebrales, infartos, la pleuresía diafragmática, la neumonía, el alcoholismo, trastornos de estómago y esófago, las enfermedades intestinales, pancreatitis, embarazo, irritación de la vejiga, metástasis hepáticas o hepatitis, lesiones torácicas, o cirugía. El hipo persistente también puede ser de origen psicológico.
Pueden ensayarse numerosas medidas simples: aumentar la concentración de anhídrido carbónico en la sangre por una serie de retenciones de la respiración o volviendo a respirar el mismo aire dentro de una bolsa de papel (PRECAUCION: No utilizar una bolsa de plástico, ya que puede adherirse a los orificios nasales); beber rápidamente un vaso con agua fría; deglutir pan seco o hielo machacado; inducir el vómito; tracción de la lengua; presión sobre los globos oculares; aplicar una bolsa de hielo en la parte superior del abdomen.
Cuando nada da resultado
Si fallan estas medidas, el médico puede utilizar métodos especiales (algunos de los cuales pueden curar el hipo con sólo saber de qué se trata). Uno de ellos consiste en introducir un cateter de aspiración, de plástico o de goma, a través de la nariz, en una distancia de 7,5 a 10 cm y, con un movimiento de vaivén, estimular la faringe en el área sensible por detrás de la úvula. Otras maniobras incluyen lavado de estómago, estimulación galvánica del nervio frénico, o dilatación esofágica con un elemento especial. También cuenta con un arsenal de medicamentos que son útiles para controlar el hipo.
El principal protagonista en el proceso fisiológico del hipo es el diafragma, un músculo que separa los pulmones de los órganos que tenemos debajo de estos. Este participa directamente en los movimientos respiratorios; al contraerse hace posible la entrada de aire y la espiración ocurre al revés.
(Por ejemplo después de comer o beber mucho, o tras inhalar humo), lo que hace que se distienda de forma anormal. Esto trae como consecuencia que la respiración se altera, y se sucede una serie de contracciones espasmódicas en el diafragma, que provocan inspiraciones y espiraciones incompletas.