Solo el conocimiento nos dará las alternativas y los instrumentos liberadores en escenarios que hay que estudiar para poder comprenderlos, en los que tenemos que estar para llegar a saber cómo funcionan y para transformarlos.
Es en ese espacio y no en otro donde debemos elaborar un pensamiento revolucionario que refuerce los lazos de interacción y colaboración con los que ya están ahí y se oponen por distintas vías a la locura posmoderna de la conciencia teledirigida y a la evangelización digital, que pretende hacernos creer que un software es una red social, que una cosa es un ser humano.