El mismo día en el que más de 250.000 cables no censurados del Departamento de Estado se esparcieron por Internet, por primera vez en los 23 años que llevo de carrera en el Departamento del Estado, fui interrogado por su Buró de Seguridad Diplomática (DS por sus siglas en inglés) y me dijeron que me investigaban por haber revelado presuntamente información confidencial. ¿La evidencia de mi crimen? Un artículo del mes anterior en mi blog que incluía un enlace a un documento de WikiLeaks que ya estaba disponible en otros sitios web.