16.625 inmigrantes han muerto desde 1988 hasta mayo de 2011 intentando entrar en Europa, de los cuales 6.887 han desaparecido en el mar. Pero sólo uno mereció un largo artículo de opinión en El País. Fue el 19 de julio, lo firmaba Yoani Sánchez y, claro está, el inmigrante fallecido era cubano. Y encima dice la autora que “no se trata ahora de sacarle una tajada política a la decisión tomada por el joven Adonis de emprender un viaje como polizón en el tren de aterrizaje de un avión DC-8 de Iberia”. Cómo adivinó lo que pensamos.