Grecia, cuna de la democracia esclavista, parece encaminada a estar entre los países llamados a excavar la ya próxima sepultura de la democracia capitalista. “Para comprender lo que el futuro depara al pueblo de Grecia, usted debe imaginar que un intruso llega a su casa, le apunta a la cabeza con un arma y le exige que le entregue su salario, sus ahorros, su auto, su televisor y su refrigerador”.