Venían acompañándose el uno al otro. No lo dije entonces, ni podría decir ahora que había contrafiguras. Y es que esa visita primera de Alberto Cortéz y Facundo Cabral juntos marcaba la igualdad para la mística y la valentía de asumir el camino de la felicidad. Fue ese, “Lo Cortez no quita lo Cabral” un concierto único, lleno de aplausos, llantos y sonrisas para quienes compartimos el privilegio en el Teresa Carreño.