Al encender el televisor aproximadamente a las 12 y 15 del medio día, porque alguien me dijo que Barack Obama pronunciaba su anunciado discurso sobre política exterior, presté atención a sus palabras.
No sé por qué a pesar de los montones de despachos y las noticias que escucho diariamente, en ninguno vi que el sujeto hablaría a esa hora. Puedo asegurar a los lectores que no son pocas las tonterías y mentiras que, entre verdades dramáticas y hechos de todo tipo, leo, escucho, o veo en imágenes todos los días. Pero este caso era algo especial.