Para un país donde se realizan fastuosas bodas, sin varitas mágicas ni hadas madrinas que conviertan calabazas en carrozas, no es extraordinario que la tasa de inflación tienda a llegar al 5%, en particular si continúan subiendo los precios de los servicios públicos. El reporte es del Banco de Inglaterra, donde se admite un empeoramiento de la situación económica: “lo más probable es que el crecimiento a medio plazo sea más débil de lo previsto en febrero por la demora en la recuperación del consumo y el impulso, menor de lo previsto, de las exportaciones”.