Desde junio de 2005, he luchado para que se haga justicia en el caso Posada Carriles con herramientas como el Código Legal de los Estados Unidos, el Tratado de Extradición entre EEUU y Venezuela, las convenciones internacionales, y con mi pluma. A veces me dicen abogado; otras veces, periodista. Pero soy simplemente un cubano más que quiere a su país y a la República Bolivariana de Venezuela.