Dentro de la estructura de la brigada mercenaria estaba su Marina encargada de apoyar y transportar las armas, municiones y soporte logístico de los cerca de 1 500 mercenarios hasta el lugar de desembarco. Todos los barcos utilizados por la Agencia Central de Inteligencia en la invasión de Playa Girón, eran propiedad del cubano Eduardo García, quien era dueño de la compañía naviera García Line in Havana. Los barcos fueron enviados a New Orleáns de allí su primera parada fue en la costa atlántica de Nicaragua. García en persona les explicó a los tripulantes el carácter de la misión en Puerto Cabezas.