Ya es aceptado que se presentará en una segunda elección, pero los números muestran que su imagen está por debajo del 50 por ciento de aceptación, considerado el mínimo. Su ventaja es que los republicanos no despegan. El presidente tiene algunas ventajas claras sobre quien decida desafiarlo. Por ahora, tiene una capacidad masiva, enorme, de reunir fondos de campaña. Y que no tenga que ir a una primaria contra un oponente interno significa que puede planear la campaña del modo que mejor le convenga.