Como los verdaderos sabios, Fidel se ha retirado de la vida pública con su aureola intacta de gran campeón. Y no puntualizo sobre quien me refiero porque a él, como no le hacen falta cargos para medir su autoridad ni significación, tampoco requiere de apellidos para identificarlo. Claro que para la gran mayoría de los cubanos fue, es y seguirá siendo el Líder de la Revolución , el invicto Comandante en Jefe, el Héroe de la Sierra y otras muchas formas de nombrarlo, ganadas en seis décadas de constante batallar por su pueblo.