Las primeras pruebas periciales obtenidas en la comarca albanesa Fushë Kruja, cercana al aeropuerto de Tirana, fueron misteriosamente eliminadas hace años. Pese a ello, hay testimonios, obtenidos por investigadores de varias nacionalidades, que usando modernas técnicas forenses lograron obtener huellas de sangre sobre paredes luego pintadas y ocuparon material clínico y anestésicos en una casa de la localidad.