El 20 de enero de 2001, después de ocho años de administración demócrata, los republicanos una vez más se hacen del poder en Estados Unidos. George W. Bush sucedió al demócrata William Clinton, en cuyo mandato los terroristas anticubanos habían actuado con total impunidad en sus agresiones contra Cuba. Durante el mandato de Bush los actos y amenazas de terror, se combinaron con una política oficial agresiva hacia la Revolución cubana, lo que fomentó la subversión interna en la Isla, financió a grupos contrarrevolucionarios y generó campañas difamatorias sobre la realidad del país.