Cuando ninguno de los Estados con poder de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se atrevió, el sábado 18 de marzo de 2011, a oponerse a la escalada invasora sobre Libia, quedaron descifrados varios enigmas. Diez votos a favor y cinco abstenciones: creo nunca antes las abstenciones habían sido más reveladoras que los votos definidos.