A título personal confieso que Muamar el Kadafi no es uno de mis personajes favoritos aunque en su biografía consten acciones laudables a favor de su pueblo o por sus posiciones antiimperialistas. Es posible que abandonar tales principios favoreciera el beso de Judas típico de quienes usan a sus sometidos, pero concluyen despreciándoles. Es parte de cuanto, aparentemente, ocurre.