Para el imaginario de los Estados Unidos, el estereotipo principal de latinoamericano es el del inmigrante ilegal. Es el moreno pobre, ignorante, que se ofrece para los trabajos menos dignificados y peor pagos, que no acepta la cultura norteamericana y vive pensando en su lugar de origen. Lo ven promiscuo, familiero, machista. Ese es el latinoamericano que no quieren, el que aparece en las series de televisión como pandillero y narcotraficante y al que le atribuyen responsabilidad por los peores males de su país