Llama la atención como algunos se empeñan en los últimos días en traspolar lo ocurrido en Egipto a países muy puntuales, especialmente aquellos considerados por el gobierno norteamericano sus adversarios, sin embargo pocos hablan que lo sucedido en el país árabe puede escenificarse en el propio Estados Unidos o en naciones europeas cuyas administraciones tiemblan por la crisis económica global.