El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, arribó ayer a la mitad de su mandato con el anuncio -formulado por su vocero, Robert Gibbs- de que se presentaría a contender por un segundo periodo de gobierno, a finales del año entrante. Es significativo que la primera admisión pública de las intenciones de Obama por relegirse se produzca en medio de un panorama adverso y de un marcado desgaste del impulso político que lo llevó -hace dos años- a convertirse en el primer presidente no caucásico de ese país, en un referente de los ánimos de renovación política y moral para millones de ciudadanos estadunidenses y en una esperanza de cambio en la proyección de Washington hacia el mundo.