Luis Posada Carriles sabe muy bien que si lo condenan en El Paso solo por mentiroso, no va preso. Ya la jueza se lo dijo anteriormente. Le acreditan el año y medio que ha estado tras las rejas cuando se dirimía su estatus migratorio, y lo dejan libre. Él está tranquilo, sin remordimiento alguno por sus crímenes. De hecho le dijo al New York Times en 1998, “ese italiano (Fabio di Celmo) estaba sentado en el lugar equivocado en el momento equivocado . . . yo duermo como un bebé”. ¿Qué pasaría si a Loughlin se le ocurriera decir algo similar? ¿Habría impunidad?