Conocer de puño y letra de los diplomáticos norteamericanos las esperanzas que Estados Unidos sitúa para el futuro de sus objetivos en Cuba en la creación que le ha proporcionado su matrimonio con el Grupo PRISA resulta muy revelador. Unido al camino que va tomando el Premio Nobel, ese cable me ha hecho recordar estas palabras del relevante intelectual cubano Ambrosio Fornet, a raíz de una invitación a Yoani Sánchez para participar en un Congreso de académicos de la lengua española: “antes de dos años esta muchacha, Yoani, recibirá el Premio Nobel de la Paz… Ya le dieron el Ortega y Gasset, ya quedó como una de las cien personalidades más influyentes del mundo… Bueno, lo que le falta es el Premio Nobel, y se lo darán.”