En ningún punto del cable difundido por Wikileaks se habla de que el gobierno venezolano haya buscado infundir sentimientos antimexicanos, y ni siquiera provocar animadversiones contra el gobierno de Calderón entre los beneficiarios de Operación Milagro. Es decir, la información disponible permite inferir que en este, como en otros casos, el gobierno de nuestro país se comportó como un subordinado de Washington, se erigió en defensor de sus intereses regionales y lo hizo, para colmo, a contrapelo de un programa de asistencia ejemplar y necesario para la atención de un problema de salud pública.