Pablo Osoria Ramírez
El año culminante del primer período de mandato del gobierno de Evo Morales fue propicio para consolidar un paquete de medidas sociales, con el fin de beneficiar a mujeres, niños y ancianos, ejes programáticos de su gestión.
Con ese propósito, en mayo último inició la entrega del bono madre-niño, denominado Juana Azurduy, un incentivo económico dirigido a reducir la mortalidad materno-infantil.
Esa ayuda consta de 50 bolivianos (poco más de siete dólares) por cada control prenatal, con un máximo de cuatro; y 120 bolivianos (cerca de 17 dólares) por controles post parto.
Además, otorga 125 bolivianos (casi 18 dólares) por controles médicos bimestrales de niños y niñas hasta los dos años.
Los recursos económicos para el pago del bono estatal fueron garantizados con remuneraciones del Tesoro General de la Nación (TGN) y el financiamiento del Banco Mundial (BM), ascendentes a 25 millones de dólares.
Desde que inició la entrega del incentivo económico a la fecha cerca de 250 mil madres gestantes recibieron ese beneficio.
Aporte a la permanencia escolar
El gobierno boliviano reafirmó su compromiso con el futuro de la nación al entregar por cuarto año consecutivo el bono Juancito Pinto, una ayuda económica dirigida a evitar la deserción en las aulas.
Ese beneficio, plasmado en la nueva Constitución Política del Estado, más que una retribución monetaria, revalida la postura de la actual administración de impulsar la educación y desterrar la inasistencia de niños y niñas bolivianos a las escuelas públicas.
Ante centenares de infantes, padres y maestros, el jefe de Estado inició en noviembre último el pago anual del bono en un acto celebrado en el coliseo de Villa Victoria, una zona populosa de la ciudad de La Paz.
En emotivo discurso pronunciado entonces, el gobernante destacó la influencia de la ayuda económica en la reducción de la deserción escolar y en la motivación hacia el estudio, tras la aplicación de esa política a partir de 2006.
Un año antes de poner en práctica la iniciativa la ausencia de niños en las aulas era de 5,3 por ciento, generalmente en los barrios y zonas rurales, y en la actualidad ese indicador bajó a 2,8 por ciento, dijo Morales.
El bono Juancito Pinto, asciende a 200 bolivianos (unos 28 dólares al cambio actual) por única vez en el año, y en 2009 llegó a un millón 804 mil
800 infantes.
Por una ancianidad feliz
Para ese sector social, el Gobierno garantizó una importante partida financiera, destinada al pago de la Renta Dignidad, una contribución económica a personas mayores de 60 años de edad.
La ayuda a los ancianos es sufragada con los recursos provenientes de la rentabilidad de las empresas por el Fondo de Capitalización Colectiva (FCC) y el TGN.
El Ejecutivo inició en febrero de 2008 el pago de la Renta Dignidad con 200 bolivianos mensuales (28 dólares) para aquellas personas que no tienen jubilación y de 150 bolivianos (21 dólares) para quienes cuentan con el beneficio.
En 2009 se registraron alrededor de 720 mil personas que cobraron el bono en todo el país suramericano, cifra que cada año tiende a aumentar.
Salud para todos
La aplicación de nuevos proyectos de salud y la consolidación de otros fue también prioridad de la actual gestión gubernamental en el año que concluye.
Entre ellos, sobresale un programa odontológico gratuito para beneficiar a niños y jóvenes y otro para construir hospitales de tercer nivel en las nueve capitales de departamento.
Sobre el primero de esos planes, ya en marcha en el país, el presidente boliviano Evo Morales explicó que tendrá características similares a la Operación Milagro, iniciativa que cuenta con la colaboración de médicos cubanos y mediante la cual fueron operadas más de 450 mil personas desde su inicio en 2006.
El jefe de Estado bautizó el nuevo emprendimiento como Misión Sonrisa.
La iniciativa gubernamental para la atención estomatológica inició en octubre último en el departamento amazónico de Pando, con el fin de reducir problemas de salud dental en la población.
Con ese objetivo, el programa despliega una decena de consultorios móviles, integrado por un equipo multidisciplinario de médicos, y dotado de modernos dispositivos odontológicos.
Asimismo, Morales presentó un proyecto para la construcción de hospitales de tercer nivel en las principales ciudades bolivianas.
Ese es un plan que ejecutaremos a corto y mediano plazos y para el cual necesitaremos al menos 200 millones de dólares, indicó.
Para el mandatario, la salud y la educación son derechos sagrados en la vida de las personas.
Por las políticas sanitarias implementadas, Bolivia fue galardonada en agosto pasado en la ciudad estadounidense de Atlanta, con el Premio América a la Excelencia en el Servicio Público.
El ministro de Salud y Deportes, Ramiro Tapia, recibió el galardón, que también reconoce los logros del gobierno en la cobertura de atención materno-infantil.
En noviembre último, con la ayuda de Cuba y Venezuela, el gobierno boliviano desarrolló la Misión Solidaria Moto Méndez, un estudio que atendió a más de siete mil discapacitados en las localidades de Plan Tres Mil (Santa Cruz), Orinoca (Oruro) y El Alto y Viacha (La Paz) y permitió la entrega de equipos como sillas de ruedas y otros. Este plan posibilitará que el diagnóstico se extienda a todo el país en 2010.
Desterrar la pobreza
Mediante diversos programas de salud, educación y saneamiento básico, el Plan Nacional de Desarrollo (PND) de Bolivia logró en 2009 reducir la pobreza y extrema pobreza en al menos cinco por ciento.
A un mes de concluir el año, el ministro de Planificación, Noel Aguirre, afirmó que en 2006 el 62 por ciento de la población presentaba niveles de pobreza y el 37,7 por ciento de los habitantes estaba afectado por la extrema pobreza.
De ese año a la fecha, dijo, esos indicadores bajaron en al menos cinco puntos, y citó además políticas públicas como el acceso a servicios básicos y redistribución de recursos y tierras a pobladores de áreas rurales.
En 2000, durante la Asamblea General de la ONU, Bolivia firmó el compromiso de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que establece como prioridad la reducción de la extrema pobreza y el hambre hasta la mitad en
2015.
Al respecto, Aguirre precisó que de mantenerse la actual tendencia, se podría superar esa meta de 24 por ciento fijada para dentro de cinco años.
En este contexto, anunció acciones concretas para reducir la extrema pobreza con el Plan Vida, a desarrollarse en 10 años en zonas como el norte de Potosí, algunas provincias de Chuquisaca, Beni y Pando.
También destacó medidas de beneficio social como la eliminación del analfabetismo y el aumento de la cobertura de salud.
Bolivia dio un importante paso al convertirse en diciembre de 2008 en el tercer país latinoamericano libre de analfabetismo, después de Cuba (1961) y Venezuela (2005), proyecto que continuó en 2009 con un programa nacional de post alfabetización denominado Yo, si puedo seguir.
* El autor es corresponsal de Prensa Latina en Bolivia