Si los robots en manos de las transnacionales pueden reemplazar a los soldados imperiales en las guerras de conquista, ¿quién detendrá a las transnacionales en la búsqueda de mercado para sus artefactos?
Así como han inundado el mundo con automóviles que hoy compiten con el hombre por el consumo de energía no renovable e incluso por los alimentos convertidos en combustible, pueden también inundarlo de robots que desplacen a millones de trabajadores de sus puestos de trabajo.