Lejos de preocuparnos, nos enorgullecemos de constituir una amalgama de ideologías, religiones, culturas, niveles de desarrollo, experiencias históricas e intereses específicos. Precisamente esa diversidad debe ser fuente de fortaleza y creatividad.
Sobre el sólido cimiento de nuestras históricas victorias en la lucha por la descolonización y por la desaparición del apartheid; con la rica experiencia de nuestros denodados esfuerzos en pro de un Nuevo Orden Económico Internacional y a favor de la paz, el desarme y el verdadero ejercicio del derecho al desarrollo, el Movimiento de Países No Alineados tendrá ahora heroicas batallas que librar frente al unilateralismo, el doble rasero y la impunidad de los poderosos; por un orden internacional más justo y equitativo frente al neoliberalismo, la expoliación y el despojo; por la sobrevivencia de la especie humana frente al consumo irracional de los países ricos.
Defendamos el derecho de nuestros países al uso pacífico de la energía nuclear.