“…pues el Estado les dará la suficiente para vivir y educarse.”
CHE
En la 61º sesión de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se ha votado ayer, en Ginebra, Suiza, un nuevo pedido de condena por violación a los derechos humanos en la República de Cuba. 21 votos a favor, 17 en contra y 15 abstenciones. O sea, que más de la mitad no está de acuerdo con el reiterado pedido estadounidense.
Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) es un país terrorista e invasor, tanto su gobierno como la mayoría de su pueblo que lo vota y apoya, y no tiene la más mínima autoridad moral para insistir con éste tema. Así ha quedado demostrado al no contar con la complicidad de ningún gobierno para que lo presente en su nombre. Vaya a saber los compromisos por los cuales lo han acompañado los países de la Unión Europea en su conjunto. Muchos de ellos están participando con sus soldados y armamentos en la masacre del pueblo iraquí, como antes lo hicieron en Palestina, Corea, Vietnam, Suez, Argelia, Congo, Cuba, Chipre, República Dominicana, Biafra, Checoslovaquia, Angola, Afganistán, Irán, Malvinas, Granada, Libia, Palestina, Panamá, Bosnia, Chechenia, Kosovo por nombrar a algunos.
Para quien tiene un íntimo y fuerte compromiso con la revolución cubana, y con su digno pueblo, resulta muy difícil mantenerse callado y expectante.
Sabemos que la ONU tiene serios problemas al momento de hacer lo que debe hacer -para lo que está mandada ser y hacer- y es muy rápida en pasar al olvido muchos temas trascendentales en la vida de los pueblos del mundo que sufren de los atropellos de los “grandes”. No es esta la oportunidad para su análisis, aunque a la comprobación de cualquiera están el silencio y la complicidad que tiene al momento de establecer alguna condena hacia sus miembros más “importantes” y más “aportantes”.
La agresión -militar, económica, comercial y financiera- de casi medio siglo que ha debido soportar Cuba por haber decidido por el socialismo no tiene precedentes históricos. Ni siquiera en aquellas épocas de la supuesta “guerra fría”, donde por lo menos existía algo parecido a un balanceo de fuerzas que permitía que muchos países no fueran maltratados por los “dueños del mundo”. El bloqueo terrorista de los EEUU ha causado los daños más graves que nación alguna haya podido soportar. Solamente un pueblo respetado en sus derechos humanos es capaz de sobreponerse y mantener bien en alto los principios de solidaridad, libertad y justicia. Ese es el cubano sin dudas.
La decisión tomada por los gobiernos es una demostración del alejamiento que los diferentes representantes y sistemas políticos tienen de sus supuestos representados. Es imposible pensar que los ciudadanos alemanes, armenios, canadienses, finlandeses, franceses, húngaros, irlandeses, italianos, holandeses, rumanos y ucranianos piensen como lo hicieron sus representantes ante la CDH. Sencillamente porque saben muy bien lo que son los derechos humanos en su totalidad e integridad.
La opinión de los estadounidenses e ingleses que avalan cada una de las masacres cometidas por sus gobiernos y que responden únicamente a la lógica del bienestar a cualquier precio me relevan de otros comentarios. El historial colonialista y usurpador confirma los criterios de sus representantes y que la mayoría de sus ciudadanos comparten y disfrutan de sus nefastas consecuencias aplicadas en los pueblos libres.
Los ciudadanos saudíes, australianos, japoneses y surcoreanos saben muy bien, por la historia vivida en sus países, lo que ha significado el colonialismo, sus protectorados, autoritarismos extraños y hasta las bombas atómicas de la muerte indiscriminada.
Los pueblos costarricense, guatemalteco, hondureño y mexicano por su pertenencia a la América Latina han podido comprobar lo que significa la falta de los derechos humanos en sus países y pueden comprobar las violaciones que a los mismos se hicieron desde la conquista hasta el presente; como también el salvajismo económico y financiero que se produce con el capitalismo y su versión más inhumana: el neoliberalismo.
Sin embargo si analizamos cual es la representación humana que han tenido los gobiernos de los pueblos nombrados que votaron a favor de la indigna condena a Cuba nos encontramos que suman unos 1.000 millones de seres. Una diferencia abismal con los 3.200 millones representados por las delegaciones que se opusieron, o bien los 500 millones que sus gobiernos se abstuvieron.
Cuba seguirá siendo un ejemplo de una patria que se autodetermina y que nunca se pondrá de rodillas ante el imperio terrorista que destruye vidas, desprecia al medio ambiente y somete de cualquier indeseable forma a gran parte del mundo -la que aún no ha tenido la valentía de negarse a sus designios pero que sin embargo más temprano que tarde lo hará-. Ahí están los venezolanos, norcoreanos, vietnamitas, africanos y los muchos árabes dando sus ejemplos de independencia y dignidad.
Los cubanos seguirán adelante con el socialismo sin ninguna duda, corrigiendo errores constantemente -como cualquiera puede comprobarlo- y avanzando hacia una sociedad que como pocas tiene una participación ciudadana inexistente en cualquier parte del orbe. Sólo basta informarse del proceso eleccionario que se está llevando adelante en estos mismos momentos.
El gobierno cubano sigue siendo ejemplo del desprendimiento que solamente el internacionalismo permite comprobar en la práctica y seguirá demostrando a los pueblos del mundo que sus decenas de miles de pedagogos, maestros, enfermeros y médicos estarán allá donde los pueblos del mundo lo necesiten. Una cuestión que los africanos, asiáticos y latinoamericanos pueden dar el suficiente crédito.
La tierra cubana seguirá siempre abierta a los estudiantes, técnicos y profesionales que quieran perfeccionarse y seguirá otorgando las becas que los países bien intencionados conocen y propagan. Solamente en medicina hay 18.000 becarios y estudiantes extranjeros para dar el ejemplo y testimonio.
Los que sufren en el mundo encuentran siempre en Cuba un sitio de contención, cuidados y asistencia médica como lo demuestran los casi 20.000 niños, con tratamiento en la isla, por haber sido afectados por el accidente nuclear de Chernobil. Hace poco nomás han estado presente sus profesionales con los equipos necesarios para acompañar al pueblo de indonesia a causa del tsunami que dejó dos centenares de miles de muertos y desaparecidos. A eso hay que sumarle los 7.000 venezolanos atendidos gratuitamente con tratamientos, cirugías y medicina de alta especialización. Abundan los ejemplos.
Es una parte del mundo parcialmente representada en la ONU la que no hace nada por los cinco prisioneros cubanos -antiterroristas y héroes- que tienen los EEUU en sus cárceles desde hace siete años, la que mira para otro lado sobre los tormentos aplicados en la base militar estadounidense de Guantánamo, la que confunde a espías, mercenarios y contrarrevolucionarios con periodistas, etcétera.
Cuba, su pueblo y sus dirigentes no merecen el castigo de los gobiernos del mundo por su condición de revolucionarios. Merecen el reconocimiento de los niños, jóvenes y adultos del planeta porque desde el 1º de enero de 1959 le han demostrado a los pueblos de la tierra que otro mundo es urgente, necesario y fundamentalmente posible.
Cuba les duele. Cuba les molesta. Cuba es el espejo que mejor permite ver las miserias del gendarme mundial y sus socios. Cuba les incomoda por los niveles de educación y salud pública que posee.
En fin… Cuba, que linda es Cuba.