Polo Democrático y UP inscribieron fórmula presidencial de unidad y de convergencia democrática
Tal y como estaba previsto, en la mañana de este viernes 14 de marzo se selló la convergencia política entre el Polo Democrático Alternativo y la Unión Patriótica al inscribir la candidatura presidencial de Clara López Obregón y su fórmula vicepresidencial Aída Avella Esquivel ante el registrador nacional, Carlos Ariel Sánchez.
Acompañadas de militantes de los dos sectores de izquierda, López Obregón y Avella Esquivel oficializaron ante la Registraduría sus candidaturas a la Presidencia y Vicepresidencia de la República, respectivamente, sellando la coalición democrática
con miras a las elecciones de mayo.
Se acordó que los logos de las dos colectividades aparecerán en el tarjetón de los comicios presidenciales.
Ambas dirigentes de izquierda que durante su trayectoria política se han caracterizado por defender las causas sociales del pueblo colombiano hicieron un llamado a las mujeres de Colombia a apoyar esta fórmula presidencial que se constituye en la única alternativa para enfrentar al partidismo tradicional que ha conducido al país a la grave crisis económica, política e institucional que vienen soportando sus habitantes.
López Obregón llamó a la unidad de la izquierda y reiteró su invitación a las mujeres “a apoyar esta dupla femenina capacitada para llevar las riendas del país”.
Por su parte, Avella Esquivel aseguró que ésta “será la candidatura de las mujeres, de los pobres, de los inconformes, de los indignados y de los que no solo protestan sino que creen que el poder en Colombia debe ser para el pueblo”.
Durante sus discursos las dos dirigentes insistieron en la necesidad de llevar a buen puerto el proceso de paz, renegociar los tratados de libre comercio y acabar con las prebendas burocráticas a cambio de apoyo político como se está viendo en la actual campaña electoral, lo cual deslegitima todo proceso democrático.
El electo senador, Iván Cepeda, celebró la fórmula López-Avella y manifestó que robustece la candidatura presidencial de la izquierda.
“Estas candidaturas simbolizan la dignidad, la lucha por la paz, el cambio social en Colombia”, indicó Cepeda.
La idea de hacer coalición entre el Polo y la UP fue aprobada por los comités ejecutivos de ambas colectividades políticas.
Si Álvaro Uribe se posesiona como senador no hay nada que lo salva de un carcelazo. Explico mi análisis: Hasta ahora lo único que ha salvado a Uribe de la prisión dentro y fuera de Colombia ha sido su fuero presidencial.
Recuerden que lo demandaron civil y penalmente en una corte de Estados Unidos por los casos de las masacres paramilitares y desplazamientos forzosos ordenados por la Chiquita Brand y se salvó del juicio porque el Departamento de Estado dijo que era inimputable por su fuero.
Recuerden también cuántas citaciones ha tenido en la Comisión de Acusaciones de la Cámara por los mismos motivos y por los falsos positivos.
La Corte Suprema de Justicia –enemigo a muerte de Uribe– está calladita, lo mismo que Iván Cepeda y su combo. Tan pronto se posesione, el fuero presidencial que es su escudo protector queda en entredicho y vuelven a la vida los demonios de sus dos períodos presidenciales.
Siendo juzgado por sus enemigos acérrimos no tiene ni la más mínima posibilidad de salir ileso, aún con los mejores abogados. Y no creo que Álvaro Uribe sea del tipo suicida...
NICK ISRAEL *Ingeniero industrial; nicolae33@hotmail.com
El jueves, al cabo de una intensa jornada de consultas y análisis jurídicos, los dos partidos más representativos de la izquierda colombiana, el Polo Democrático y la Unión Patriótica (UP), oficializaron su alianza para enfrentar juntos las elecciones presidenciales del 25 de mayo.
La fórmula –que se notificara hoy viernes a la Registraduría– la componen Clara López, como candidata a la Presidencia, y Aída Avella, para la Vicepresidencia. Las dos liderarán la construcción de un programa conjunto que les permita lograr un papel decoroso en las urnas.
EL TIEMPO fue testigo el jueves de su arribo al Consejo Nacional Electoral, donde consultaron los requisitos legales para inscribirse en coalición y llevar en los tarjetones los logos de sus partidos.
“Es un acuerdo de carácter político y programático, de gran proyección”, precisó López al referirse a esta alianza, que estará centrada en temas fundamentales para las dos fuerzas: paz, democracia, soberanía y justicia social.
Tal y como lo anticipó este diario, el acuerdo se viene ‘cocinando’ desde hace varias semanas y se concretó tras el resultado de las elecciones de Congreso del pasado domingo, en las que la UP no alcanzó ninguna curul y el Polo consiguió 5 escaños en el Senado.
En recientes encuestas sobre intención de voto, López ha estado entre el 5 y 7 por ciento, y Avella en las últimas repuntó al 3 por ciento.
“El país debe conocer otro planteamiento político diferente al que ha gobernado a lo largo de la historia”, enfatizó Avella.
Tanto López como Avella quieren que este acuerdo sea más amplio y que otros sectores de izquierda también se sumen.
Como las dos ya habían inscrito sus candidaturas por sus respectivos partidos, lo que sigue es que hoy, cuando vence el plazo para estas modificaciones, se proceda con el retiro de la inscripción de la Unión Patriótica y se modifique la fórmula vicepresidencial del Polo.
El impacto de la unión
“Para la UP es importante esta alianza, porque claramente en las elecciones pasadas se vio que la gente ya no la recuerda y que su mensaje es difícil de entender para amplios sectores del electorado”, aseguró el historiador Medófilo Medina, estudioso de la izquierda colombiana.
En la historia política del país son pocos los casos en que la izquierda ha logrado una unión de esta naturaleza para abrirse espacio en unas elecciones. Son más los casos de división crónica que han marcado su pasado.
En 1974, durante el mandato del liberal Alfonso López Michelsen –primer gobierno elegido tras el final del Frente Nacional–, se gestó la Unión Nacional de Oposición (UNO), que reunió a un sector de la Anapo, al Partido Comunista y al Moir.
Luego, para las elecciones de 1982, que ganó el conservador Belisario Betancur, se lanzó la candidatura de Gerardo Molina, avalada por el Frente Democrático, que agrupó a varios sectores de esta tendencia.
Y en el 2006, cuando la izquierda unida logró su mejor resultado electoral, distintos sectores se juntaron en el Polo para apoyar la candidatura presidencial de Carlos Gaviria, que alcanzó el récord de 2’613.157 votos.
El reto para la izquierda no es fácil. El Polo viene de un castigo duro de la opinión tras los escándalos de corrupción de Samuel Moreno en Bogotá, y la UP regresó el año pasado al panorama político después de afrontar un exterminio criminal a finales de los 90, pero la unión de Clara López y Aída Avella puede ayudarla a despegar.
Logos irán juntos en tarjetón
Una de las consultas que Clara López y Aída Avella hicieron ayer ante el Consejo Electoral está relacionada con la posibilidad jurídica de que los logos del Polo y de la Unión Patriótica estén juntos en el tarjetón. Como van en coalición, les dijeron que sí es viable.
Enrique Peñalosa no inscribirá hoy viernes su candidatura
El exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa se tomará el plazo que le da la ley para inscribir su candidatura a la Presidencia, luego de ganar la consulta de la Alianza Verde, el domingo pasado.
De acuerdo con el artículo 30 de la Ley 1475 del 2011, Peñalosa podrá registrar su nombre “dentro de los cinco días hábiles siguientes a la declaratoria de resultados”.
El registrador Nacional, Carlos Ariel Sánchez, afirmó que esta declaratoria “está en manos del Consejo Nacional Electoral”, pero que “no es necesario documento oficial para proceder a la inscripción”.
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En el discurso de agradecimiento a los dos millones de personas que votaron por su propuesta al Senado el expresidente deja entrever que su lucha será a brazo partido contra el principal problema que tiene Colombia. Este no es que 1.672.000 personas todavía no sepan leer y escribir o que en el país mueran cerca de 5.000 niños al año por física hambre o que la redistribución del ingreso real acá sea de los más bajas del continente. No señores, el líder del Centro Democrático está convencido de que la principal amenaza que tenemos es la infiltración del castro-chavismo. La mano firme y el corazón grande caerá contra “todos aquellos que lo quieren traer a Colombia”. Agárrense bien duro librepensadores, defensores de derechos humanos, marihuaneros veteranos, artistas, sindicalistas y los pocos periodistas que aún creen que su oficio es contar la verdad. Busquen escondederos de a peso porque la temporada de caza de brujas ha comenzado.
Los 2 millones de colombianos de bien que votaron por el presidente de los falsos positivos, del ridículo proceso de paz con los paramilitares, de las pirámides captadoras de dinero y el agro ingreso seguro están felices porque volverá la seguridad democrática.
Esta felicidad se ha democratizado, no solo es la de los terratenientes poderosos que cultivan grandes extensiones de palma africana sino también la de los pobres. No existe contrariedad más grande que ser pobre y uribista. En esta contradicción queda plasmada la nefasta influencia que tienen los medios de comunicación en el colombiano promedio. Gente que ganando el mínimo ha votado por Uribe “porque es increíble que ya no se pueda viajar por carretera”. Gente que sin seguridad social de ningún tipo, dice con el pecho inflamado de orgullo que “no le podemos regalar el país a las Farc”, muchachos que tienen negado el acceso a la educación que escriben en su muro de Facebook “Prefiero una Colombia paraca a una guerrillera”, poblaciones enteras que viven en zonas de conflicto votaron por el dueño del Ubérrimo con el único argumento de que “la guerrilla se acaba a punta de balas, no de diálogos”.
Bañarnos todos los días con noticieros y Jota Marios hace que votemos contra nosotros mismos.
Uribe en su campaña le dio a la gente lo que quería. En Córdoba, uno de los departamentos en donde con más fuerza se dio el fenómeno del desplazamiento y en donde Uribe es el latifundista más poderoso de todos, rifó dos caballos entre sus fans y después, como solía hacer Nerón ante su torturado público, declamó dos de sus horripilantes poemas. En Antioquia se paseó como patrón en su finca, luciendo el collar de arepas y diciendo en reuniones privadas que la idea de un departamento independiente no sería del todo descabellada “porque los paisas somos más verracos que cualquiera” y recordaría, con el pecho inflamado de tristeza, a paisas tan echados pa’lante como Don Fabio Ochoa, amigo de su padre y patriarca de una dinastía de mafiosos, quien dijo alguna vez, al lado del río Sena y en su montañerismo inveterado, que la piedra del Peñol era un monumento mucho más bonito que la Torre Eiffel.
Indudablemente la coyuntura venezolana ayudó a que aflorara el sentimiento uribista. El centenario odio que le tenemos al país hermano se ha disfrazado de antichavismo. El expresidente ha sabido como nadie explotar esta xenofobia y convertirla en caudal político. Por eso en su discurso ha dejado claro que perseguirá cualquier célula castro-chavista que exista en el país.
Los pobres se abrazan alborozados, no tenemos trabajo, ni salud, ni educación y hace rato solo comemos arroz con huevo pero que importa eso, si nuestro país va a estar blindado contra cualquier tipo de influencia chavista. En Colombia somos libres, libres de andar sin trabajo y de morirnos en la entrada de una sala de emergencias. Libres de no saber leer ni escribir, libres de no conseguir trabajo.
Pero, hay que decirlo, la victoria del Centro Democrático no fue tan contundente como ellos esperaban. Uribe fue de lejos el senador más votado del país con poco más de 2 millones de votos, el segundo fue Robledo y no llegó a 200.000 así que hagan cuentas. Sin embargo, hay que recordar que el expresidente obtuvo nueve millones de votos en el 2006. ¿A dónde se fueron estos siete millones de votantes? No creemos que estén refundidos en la altísima tasa de abstención que hubo en estas elecciones, ni que más de un uribista se haya confundido de partido como dicen en las toldas del Centro Democrático o porque el partido de la U les hizo trampa. No, lo que creo es que la gente cambió. Los jóvenes ya no son los mismos de hace ocho años, ahora el discurso excluyente y cargado de odio que lo hizo tan popular no cala entre los muchachos. Ellos no se aguantan su tono de voz de obispo en retiro, los aburre y sobre todo les parece que Uribe no es más que un dinosaurio más, un fósil desenterrado.
Álvaro Uribe en su condición de senador podrá tener el poder de bombardear el proceso de paz, de meter en la cárcel a los castro-chavistas que él juzgue peligrosos y de crear leyes que ensanchen aún más la brecha entre ricos y pobres, dos de las razones por las cuales ha vuelto, pero también, en su nueva investidura se enfrentará de igual a igual a viejos contradictores suyos como Jorge Enrique Robledo o Iván Cepeda que supieron darle pelea cuando él era el dueño de esta finca y ahora que estarán en igualdad de condiciones dejarán en evidencia su discurso anticuado y fascista.
Y en una de esas, ante tanta exposición mediática, de pronto la mano de la justicia aparezca y lo borre de pronto. Sus dos milloncitos de fans se rasgarán las vestiduras y dirán que todo es una jugada orquestada por el castro-chavismo que tanto detesta al monarca de los colombianos de bien. Los sueños de todos ellos, de volver a verlo coronado como un emperador se verán frustrados para siempre. Hoy tengo ganas de ser optimista, ¿qué tal que la victoria de Uribe el domingo sea el principio de su fin?
Nueve congresistas del Partido de la U: Manuel Guillermo Mora, Musa Besaile, Carlos Ferro, Martín Emilio Morales, Milton Rodríguez, Efraín Torrado, Claudia Wilches, Aurelio Iragorri y Armando Benedetti, tuvieron que presentarse ante el Consejo de Estado a rendir indagatoria para explicar su voto en la plenaria del Senado en favor de la reelección del Procurador Alejandro Ordóñez. Ellos estaban siendo investigados por el organismo de control, razón por la cual estaban impedidos para votar según el demandante que solicita como sanción la pérdida de la investidura. El Procurador delegado Juan Climaco Jiménez le pidió al Consejo de Estado absolverlos certificando que ninguno de los congresistas tenía investigación en curso, a la fecha de la votación en la que se reeligió a Ordóñez. El proceso lo tiene el expresidente de la corporación, Magistrado Alfonso Vargas.