- Gotas de lluvia. Foto/ Heidi Calderón Sánchez./Cubadebate
Se dice que de una gota de agua surgió la vida, y que cada gota de agua es un mundo por la complejidad microscópica que en ella habita, pero lo más tangible y cotidiano de una gota de agua es la imagen que refleja luz.
Cada glóbulo de lluvia recuerda su significación para la agricultura y el desarrollo que las civilizaciones antiguas le concedieron, cuando escogieron las orillas de los ríos para el nacimiento de las más grandes ciudades.
En Egipto, por ejemplo, las urbes surgieron en las riberas del Nilo, en Mesopotamia crecieron a orillas del Tigris y el Éufrates, en el norte de China a orillas del Río Amarillo.
Gran número de teorías cosmogónicas de pueblos de Asia y África, afirman que la vida surgió del agua y le conceden también importancia a la luz esta transformación.
La ciencia moderna confirma que del agua surgió la vida y que es esencial para perpetuarla, aunque podría ser también causa de muerte del hombre moderno por el uso indiscriminado que hace de este recurso natural.
Encontrar la belleza en lo más simple puede ser una excusa para recordar la importancia de preservar los elementos más importantes para la existencia de vida.
- Gotas de lluvia. Foto/ Heidi Calderón Sánchez/Cubadebate
- Gotas de lluvia. Foto/ Heidi Calderón Sánchez/Cubadebate
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- Gotas de lluvia. Foto/ Heidi Calderón Sánchez./Cubadebate
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- Gotas de lluvia. Foto/ Heidi Calderón Sánchez./Cubadebate
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