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General: Cuba ...Ambiente .Revelaciones del pasado
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 27/10/2013 07:20 |
Revelaciones del pasado
Orfilio Peláez
Casi de manera paralela a su propia evolución, el hombre primitivo sintió la necesidad de reflejar el entorno que le rodeaba al plasmar en pinturas y tallas en piedra los objetos, figuras de animales, y hasta los propios ritos religiosos que practicaba, muchas de las cuales se conservan hoy.
Tan valiosa fuente para intentar descifrar la vida de nuestros antepasados conforma el llamado arte rupestre, cuyo patrimonio incluye las pictografías y petroglifos intencionalmente elaborados en cavernas, abrigos rocosos, grutas y rocas a la intemperie, por grupos o poblaciones antiguas.
Para beneplácito de los estudiosos del tema, Cuba es quizás en la actualidad la nación del Caribe insular que puede mostrar el más detallado y preciso registro de esa manifestación cultural y arqueológica en su territorio.
Hasta el 8 de septiembre estaban documentados a nivel nacional un total de 292 estaciones o sitios de arte rupestre, buena parte de ellos localizadas en cuevas.
La región occidental atesora la mayor cantidad con un total de 168, el 57,53 % de los existentes. Visto por provincias, Matanzas encabeza la relación con 83, seguida de Guantánamo que tiene 59; Pinar del Río, 38; Sancti Spíritus, 23; y Mayabeque, 20. Las Tunas es la única donde no ha sido hallada ninguna.
En las imágenes pueden apreciarse algunas de las pictografías encontradas durante las expediciones.
Según el criterio de los especialistas, las estaciones rupestres se clasifican en tres categorías: pictográficas cuando de manera exclusiva presentan alguna forma de pintura o dibujo; petroglíficas si solo contienen talla o grabado, y las denominadas combinadas, que albergan ambas modalidades. En Cuba predominan las pictográficas.
INTERESANTES HALLAZGOS
Durante los últimos tres años y bajo la guía del Grupo Pedro Borrás, de la Sociedad Espeleológica de Cuba, y del Grupo Cubano de Investigaciones de Arte Rupestre (GCIAR) adjunto al Instituto Cubano de Antropología del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, viene ejecutándose un proyecto investigativo en la franja costera sur semidesértica de la provincia de Guantánamo.
Como expresa a Granma el Máster en Ciencias Divaldo Gutiérrez Calvache, vicecoordinador nacional del GCIAR, este comprende diversas temáticas que incluyen los estudios de paisaje, paleoclima, espeleología, geología y arte rupestre.
"Empezamos los trabajos en la Reserva Natural de Imías, que ocupa una superficie de 22,6 kilómetros cuadrados, y la escogimos precisamente por tratarse de un área protegida, existir un desconocimiento grande de la arqueología de la zona, y el apoyo ofrecido por las autoridades locales y del Museo Municipal en el aseguramiento material de las tres expediciones emprendidas en los años 2011, 2012 y 2013".
Fruto de tales trabajos de campo, donde participaron, además, especialistas del Centro de Investigaciones del Petróleo, del Instituto de Investigaciones de la Cultura Cubana Juan Marinello, del Grupo Espeleológico Fernando Ortiz, y del Instituto de Geofísica y Astronomía, fueron descubiertas seis estaciones de arte rupestre, con pinturas probablemente hechas por culturas precolombinas que ocupaban la zona antes de la llegada de los conquistadores españoles.
Uno de los hallazgos más significativos, resalta Divaldo, es el predominio del color rojo en las pictografías encontradas, pues desde la zona este de la Sierra de Cubitas, en Camagüey, hasta la Punta de Maisí, solo se reportaba la presencia de la citada tonalidad en apenas cuatro sitios, es decir que no es un elemento típico para Guantánamo ni para el resto de las provincias orientales, donde lo que más abunda son los petroglifos.
De acuerdo con las evaluaciones de los expertos, los sitios descubiertos en tres cuevas y tres solapas son quizás el conjunto rupestrológico mejor conservado del país, pues no hay señales de daños provocados por el hombre; y el deterioro observado en algunas de las pictografías obedece básicamente a procesos naturales vinculados con la existencia de hongos, algas y líquenes.
Lo anterior parece estar favorecido por tratarse de uno de los territorios con menor cantidad anual de lluvia de todo nuestro archipiélago, además de la poca presencia de visitantes ocasionales debido a su aridez.
Otros aportes del proyecto es el haber determinado cierta semejanza entre las formas de las pinturas localizadas en los seis accidentes geográficos descritos y los diseños de cerámica decorada aparecidos en lugares cercanos, así como la confección del mapa arqueológico del municipio de Imías, en el cual aparecen correctamente identificados 24 de los 27 sitios que se han logrado agrupar por referencias históricas.
Tal resultado tributa al Censo Arqueológico Aborigen de Cuba, labor a cargo del Instituto Cubano de Antropología.
Gutiérrez Calvache adelantó que tomando en cuenta las experiencias dejadas por las expediciones científicas a la Reserva Natural de Imías, se pretende diseñar un futuro proyecto para la investigación del arte rupestre en cada una de las zonas semiáridas del país. |
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Los secretos de las estalagmitas
ORFILIO PELÁEZ
Con la particularidad de poseer una elevada cantidad de registros fósiles de muchas especies, la provincia de Pinar del Río atesora también notables cavidades subterráneas, como son los casos de los sistemas cavernarios de Palmarito-Novillo-Pan de Azúcar, Santo Tomás y Majaguas-Cantera.
El profesor Jesús Pajón durante una de las expediciones científicas a los sistemas cavernarios de la provincia de Pinar del Río.
La mayor parte de estas formaciones cársicas presentan diversos niveles de cuevas interconectadas entre sí, donde crecieron durante miles de años y lo seguirán haciendo diferentes generaciones de espeleotemas o depósitos minerales surgidos a través de procesos químico-físicos de interacción agua-roca, que incluyen las conocidas estalagmitas y estalactitas.
El criterio de los especialistas coincide en calificarlos de verdaderos archivos naturales de excepcional valor para las investigaciones paleoclimáticas (estudio del clima del pasado) y el conocimiento de los cambios medioambientales ocurridos durante épocas remotas en determinados escenarios geográficos, pues en sus bandas de crecimiento anual quedan registradas variaciones en la composición de los isótopos de oxígeno, que solo aparecen si ocurrieron alteraciones significativas de la temperatura en los diferentes periodos históricos de la Tierra.
Las muestras de estalagmitas fueron sometidas a estudios de análisis con tecnología avanzada en el Laboratorio de Física Ambiental de la Academia de Ciencias de Heidelberg, en Alemania. En la gráfica el profesor Augusto Mangini.
Debido a su amplia gama de edades, que van desde algunas sumamente antiguas hasta otras muy jóvenes, unido a factores morfológicos y de otra índole, las estalagmitas pertenecientes a los mencionados sistemas cavernarios del occidente cubano son ideales para ese tipo de trabajo, de ahí que adquieran un apreciado interés científico.
NECESARIO PERIPLO
Bajo la dirección del profesor Jesús M. Pajón, investigador del Museo Nacional de Historia Natural de Cuba (MNHNC), en los últimos seis años se ejecuta un proyecto de investigación sobre estudios paleoclimáticos, el cual contempló la selección y extracción, con los certificados de autorizo requeridos, de tres estalagmitas localizadas en las Cuevas Dos Anas y Antorcha, pertenecientes al Sistema Cavernario Majaguas-Cantera y Santo Tomás, respectivamente.
Tomando en cuenta que dichas investigaciones requieren del empleo de métodos de análisis de laboratorio altamente avanzados, las muestras fueron enviadas para su estudio al Laboratorio de Dataciones Isotópicas del Departamento de Radiometría, del Instituto de Física Ambiental de la Academia de Ciencias de Heidelberg, en Alemania, entidad que mantiene una estrecha colaboración con nuestro país en tan interesante campo.
Según precisó a Granma el especialista del museo cubano, las estalagmitas denominadas Cuba Grande, Cuba Media y Cuba Pequeña, tienen una edad estimada de 1 500, 63 mil y 16 mil años, y su traslado por vía aérea hacia el continente europeo se hizo con todas las garantías para su protección.
Los resultados de la investigación, corroborados también por centros científicos de Austria y Gran Bretaña, pusieron de manifiesto la ocurrencia de un periodo de enfriamiento brusco acaecido hace alrededor de 8 200 años para el sector montañoso de la porción occidental del archipiélago cubano, el cual duró unos tres siglos, y coincide con lo encontrado por estudios similares hechos en distintas zonas geográficas del planeta.
Asimismo se pudo comprobar una tendencia al aumento de la temperatura y del nivel del mar en el transcurso de los últimos 15 mil a 18 mil años, pero con etapas de enfriamiento intercalados.
Lo anterior, asevera el profesor Pajón, refuerza la hipótesis de la gran variabilidad acontecida en el clima cubano del pasado, y que el cambio climático en marcha obedece a una combinación de esa propia inestabilidad natural, junto al efecto inducido por la actividad del hombre en lo referido al progresivo incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente a partir de la Revolución Industrial.
Revistas científicas internacionales de impacto, como The Holocene y Earth and Planetary Science Letters, publicaron recientemente los aportes citados, los cuales son fruto de la cooperación con los expertos germanos, encabezados por los profesores Augusto Mangini, Denis Scholz, Claudia Fensterer y Andrea Schroeder Ritzrau.
Todo el material enviado para Alemania ya está de vuelta en Cuba, y a partir del venidero 13 de agosto podrá ser apreciado en la exposición transitoria Estalagmitas, archivos naturales de los cambios climáticos, que permanecerá abierta de tres a seis meses en el Museo Nacional de Historia Natural, sito en Obispo número 61, esquina a Oficios, Plaza de Armas, La Habana Vieja.
Entre los propósitos de la singular muestra figura difundir la importancia de las mencionadas formaciones en el conocimiento de esos procesos ocurridos en épocas anteriores y en la actualidad, a fin de sensibilizar a la población con su cuidado dentro de las cuevas.
Se trata, sin duda, de una loable iniciativa en favor de promover una cultura que vele por la conservación del patrimonio natural. |
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Empeño por la salud del planeta
Orfilio Peláez
Bajo los auspicios del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en marzo de 1985 más de veinte naciones suscribieron el Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono.
Mediante la reconversión tecnológica de sus respectivas plantas, en Cuba dejaron de emplearse los clorofluorocarbonos en la fabricación de aerosoles industriales y farmacéuticos.
El propósito de lo acordado en la capital austriaca era alentar las investigaciones y la cooperación internacional sobre tan importante tema, a fin de aunar los esfuerzos de la comunidad científica mundial en la preservación de esa suerte de escudo natural de la Tierra.
Resulta conveniente puntualizar que el ozono es un gas que está presente de forma natural en la atmósfera y constituye una forma inestable del oxígeno. Se le nombra capa a la zona de la estratosfera (entre los 12 y 50 kilómetros de altura) donde su concentración es mayor.
Tiene la función de absorber las radiaciones ultravioletas emitidas por el Sol, que en dosis elevadas y acumulativas, pueden ser muy perjudiciales para la salud del hombre, los animales y las plantas. Incluso, si llegaran con toda su magnitud a la superficie harían imposible cualquier forma de vida en el planeta.
Dos años y medio después de lo ocurrido en Viena, el 16 de septiembre de 1987 los gobiernos de 46 naciones firmaron en Canadá el Protocolo de Montreal, dirigido a la eliminación gradual de las Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (SAO), en particular los clorofluorocarbonos (CFC) y halones.
Entró en vigor en enero de 1989 y estableció compromisos para reducirlas y erradicarlas en diferentes plazos de tiempo, básicamente mediante la introducción de nuevas tecnologías.
Hoy constituye el acuerdo multilateral en materia ambiental más respaldado del orbe, al ser ratificado por unos 195 Estados, y el más exitoso en su ejecución, pues hasta el presente ha logrado eliminar más del 90 % de las sustancias químicas comprendidas en la mencionada clasificación.
Como la mayoría de las SAO son asimismo potentes gases de efecto invernadero, el Protocolo de Montreal figura entre los principales contribuyentes a la lucha contra el cambio climático.
PELDAÑOS DE UN MERITORIO ESFUERZO
Signataria de ambos instrumentos internacionales, Cuba cumple de forma estricta los compromisos asumidos en esa dirección, y bajo la guía de la Oficina Técnica del Ozono (OTOZ), implementa desde hace más de tres lustros un programa nacional para dejar de usar paulatinamente las sustancias agotadoras de la capa de ozono en diferentes sectores productivos y de servicios, labor reconocida por organismos del Sistema de Naciones Unidas.
El doctor en Ciencias Nelson Espinosa, director fundador de esa entidad creada en 1995 y subordinada a la Agencia de Medio Ambiente, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, explicó a Granma que entre los principales aportes de los últimos dieciocho años aparece el prescindir definitivamente del empleo del bromuro de metilo en la agricultura, tanto en los cultivos protegidos, como para la fumigación en almacenes y silos.
También se eliminaron completamente los CFC en la fabricación de aerosoles industriales y farmacéuticos, a través de la reconversión tecnológica de las plantas encargadas de producirlos, que pasaron a elaborarlos con propelentes ecológicos, y el consumo de halones y tetracloruro de carbono.
Dentro de los esfuerzos nacionales encaminados a proteger la capa de ozono y mejorar la salud ambiental del planeta, constituye un verdadero hito haber suprimido los clorofluorocarbonos en la refrigeración doméstica, algo no logrado hasta ahora por ningún país en el mundo.
Lo anterior, manifestó el doctor Espinosa, tuvo lugar durante la Revolución Energética emprendida en la primera década del actual siglo, y propició un significativo ahorro anual de combustible debido al menor gasto de electricidad de los nuevos equipos distribuidos a la población, y la disminución notable de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Asimismo se fortaleció el marco legal dirigido a garantizar el cronograma nacional de erradicación de las SAO, y el sistema de licencias y exportaciones.
Uno de los proyectos inmediatos más importantes es el referido a recuperar las sustancias dañinas a la capa de ozono contenidas en los refrigeradores y aires acondicionados del sector comercial, para reciclarlas o destruirlas.
Se trata de la puesta a punto de un sistema en el cual participarán todas las entidades que trabajan el tema de la refrigeración en Cuba, incluidos los cuentapropistas, cuya aplicación conlleva la capacitación y entrenamiento de unos seis mil técnicos y mecánicos.
El doctor Espinosa manifestó que cada provincia dispondrá de un centro especializado donde los gases trasladados hasta allí serán valorados para determinar si pueden aprovecharse quitándole los compuestos nocivos contenidos en ellos (al usarse de nuevo se sustituyen importaciones), o si el destino final consistirá en destruirlos.
Para la última variante se trabaja en el acondicionamiento de una planta en la fábrica de cemento de Siguaney, en Sancti Spíritus, la cual debe estar lista en el venidero año 2014.
Si el cronograma no sufre atrasos, para esa fecha Cuba será el primer país de Latinoamérica en acometer tal labor. Ambas acciones eliminan el riesgo de que las SAO acumuladas puedan emitirse a la atmósfera.
Otra de las líneas priorizadas es la eliminación progresiva de los hidroclorofluorocarbonos (HCFC), compuestos muy extendidos en la climatización y refrigeración doméstica e industrial; reto que demanda la búsqueda de gases refrigerantes alternativos amigables con el medio ambiente, y la introducción de nuevas tecnologías.
El director de la Oficina Técnica del Ozono resaltó que cuando se escucha hablar de toneladas consumidas de determinado gas refrigerante, es porque realmente ello obedece a la presencia de escapes que no fueron detectados a tiempo por la falta de revisión y mantenimiento periódico.
Vale entonces fomentar una cultura de la sistematicidad en ese tipo de trabajo, que evite "botar" al entorno productos altamente costosos de adquirir para el país, y destructores del bien llamado escudo de la vida. |
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Impronta marina de un físico nuclear
Orfilio Peláez
Graduado de Licenciatura en Física en la Universidad de La Habana en 1970, el hoy Máster en Ciencias Guillermo García Montero nunca pensó que el centro de su trayectoria profesional estaría estrechamente ligado al mundo marino por más de tres décadas.
"Cuando terminé la carrera comencé a trabajar en el entonces Instituto de Investigaciones Nucleares (ININ) de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), como especialista en Técnicas Nucleares de Análisis y su aplicación en los estudios geológicos terrestres y marinos. Allí dirigí la construcción y puesta en marcha del laboratorio por activación neutrónica de aquella entidad, y del primer generador de neutrones rápidos de Cuba".
Volcado por completo a esa rama de la ciencia, Guillermo realiza la determinación de los diferentes compuestos contenidos en muestras de sedimentos marinos, contribuyendo así al conocimiento del arrastre de los ríos hacia zonas de la plataforma, estudio sin antecedentes en el país, y que luego fuera reconocido por sus aportes.
Después de estar al frente de ese laboratorio de investigación durante cuatro años, ocupó el cargo de Vicedirector de Superación, Cuadros y Relaciones Internacionales del ININ, hasta que en mayo de 1980 el doctor Wilfredo Torres, presidente de la ACC, le propuso dirigir el Instituto de Oceanología.
"Aquella solicitud me quitó el sueño. Yo odiaba el mar debido a que una hija mía casi se ahoga en la playa de Santa María del Mar, al este de La Habana, cuando tenía nueve años. Traté de rescatarla, pero en la maniobra empecé a tragar mucha agua, casi pierdo la vida y nos tuvieron que salvar a los dos. Si aceptaba estaría obligado a lidiar con ese medio y superar el trauma. A regañadientes accedí y me nombraron en junio de ese propio año".
DE CARA AL OCÉANO
Refiere que tan pronto asumió la responsabilidad, empezó a estudiar y prepararse, para lo cual leyó cuanto libro o artículo especializado cayó en sus manos, mientras se metió de lleno en los problemas principales del centro.
"En una primera etapa tuve el apoyo y la colaboración de valiosos compañeros como Rodolfo Claro, Jorge Follo, Otmara Abello, y Luisa López Baluja, a los que se unirían luego José Luis Juanes y Pedro Alcolado. A ellos les agradezco sus enseñanzas, y particularmente la comprensión del vasto campo de aplicaciones de las investigaciones oceanográficas y su utilidad para el desarrollo del país".
Más allá de proporcionarle un sólido conocimiento del entorno marino, los diez años al frente del Instituto de Oceanología le dieron la oportunidad de participar de manera directa en distintos proyectos y expediciones científicas nacionales e internacionales.
Figuran entre ellas la realizada en junio de 1981 por especialistas de la entidad al Laboratorio Subacuático Hydrolab, de Saint Croix, Islas Vírgenes norteamericanas, y las contenidas en el Programa de Investigaciones Subacuáticas de la Plataforma Cubana, desarrollado entre 1982 y 1983, mediante el empleo del minisubmarino Argus y el barco de investigaciones RIFT, de la entonces Academia de Ciencias de la Unión Soviética.
Asimismo, interviene en la implementación y desarrollo del programa de trabajo del barco de investigaciones oceanográficas de Cuba Ulises, de 1987 a 1990, y atiende de manera directa la ejecución de acciones relacionadas con el manejo de la zona costera en general y de las playas en particular, contribuyendo a la toma de decisiones de gobierno, fundamentalmente en Varadero, el golfo de Batabanó y el ecosistema Sabana-Camagüey.
Según reconoce Guillermo, esta institución le dejó impregnado el espíritu de trabajo colectivo y emprendedor que debe caracterizar a una entidad científica, y la convicción de que es posible superar los obstáculos más difíciles con el concurso de todos. También y de forma definitiva le quitó el miedo al mar.
Por sugerencia de la desaparecida doctora Rosa Elena Simeón y con la aprobación de la máxima dirección del país, el 18 de diciembre de 1990 pasa a dirigir el Acuario Nacional de Cuba.
"Me tocó vivir momentos muy complejos en la historia de este emblemático centro, como fueron las dos notables inundaciones costeras por penetración del mar que sufrió la instalación en febrero de 1992 y marzo de 1993 (la Tormenta del Siglo)".
"Ya el país estaba inmerso en pleno periodo especial, faltaban los recursos y aquellos eventos naturales hicieron grandes estragos en la infraestructura. Recuerdo que vino el Comandante en Jefe a visitarnos y se quedó sumamente impresionado. Pero con su habitual visión, nos dijo que nadie se desanimara, que continuáramos trabajando y cuando los recursos estuvieran disponibles, le avisáramos para ampliar el centro con nuevas obras y remodelar la parte más vieja, en diferentes etapas".
De su estancia de 23 años al frente del Acuario, García Montero expresa que junto con la elevada calidad profesional y humana del colectivo de trabajadores, una de sus mayores satisfacciones es haber colocado a la educación ambiental y a la ciencia dentro de las prioridades de la instalación.
"Ya vamos por dieciocho jornadas científicas infantiles que se han convertido en un fuerte movimiento a favor del medio ambiente, en tanto acogemos y promovemos diferentes programas dirigidos a colocar el conocimiento del mundo marino al alcance de las personas que nos visiten, y de manera especial en las escuelas pertenecientes a los diferentes niveles de enseñanza y en las comunidades costeras".
"Respecto a los resultados de las investigaciones, vale mencionar el registro de 37 nuevas especies para aguas cubanas y la ciencia, la reproducción en cautiverio de especies amenazadas, la introducción de nuevas técnicas de manejo y preparación de mamíferos marinos, y la ejecución del primer programa para el estudio de delfines en el medio natural y en condiciones controladas".
Merecedor hace unos días del Premio Nacional de Medio Ambiente 2013, Guillermo sueña con ver terminadas las actuales inversiones en ejecución del Acuario y que desaparezca de la sociedad cubana esa inercia acentuada en los últimos años, que tanto daño causa al desarrollo del país.
En su opinión, las ciencias del mar gozan hoy de buena salud en cuanto al capital humano, pero presentan una situación sumamente desfavorable en lo referido a la disponibilidad de embarcaciones, equipos y otros instrumentos de trabajo.
También plantea que hace falta mayor presencia de científicos jóvenes a fin de suplir gradualmente al creciente número de investigadores cercanos a la edad de retiro o envueltos en ese proceso.
Comprende la importancia de la planificación para el control de los recursos, pero manifiesta que esta tampoco se puede llevar a los extremos, pues en el caso de las instituciones científicas resulta descabellado pedirles que pongan con antelación en el plan anual los gramos exactos de cada reactivo a emplear, o prever que pieza se va a romper, para tenerla incluida en el presupuesto de los gastos y poderla reponer en un plazo de tiempo razonable.
Académico de Honor de la Academia de Ciencias de Cuba y Presidente del Comité Oceanográfico Nacional, García Montero no se arrepiente de haber dejado atrás la Física Nuclear. La impronta de estos últimos seis lustros así lo atestiguan. |
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El “hada” de los manglares
Orfilio Peláez pelaez@granma.cip.cu
Incorporada a los primeros llamados de la Revolución dirigidos a captar maestros voluntarios, Leda Menéndez Carrera pasó uno de los cursos que se impartían con ese objetivo en los campamentos de Minas del Frío, en pleno corazón de la Sierra Maestra.
La investigadora Leda Menéndez atesora una vasta experiencia en el estudio de los manglares.
Luego fue escogida entre los mejores 300 expedientes para prepararse e impartir clases en la escuela Ana Betancourt, creada en la capital con la finalidad de propiciar la superación de jóvenes campesinas provenientes de toda la geografía cubana.
Ejerció esa noble profesión durante varios años, hasta que decidida a seguir estudiando, pudo ingresar en la Universidad de la Habana, donde en 1973 obtuvo el título de Licenciada en Ciencias Biológicas.
"Desde pequeña sentí particular inclinación hacia la naturaleza, quizás porque muchas veces anduve por los Cangilones del río Máximo, en mi natal provincia de Camagüey, y quedé impresionada por la belleza de aquel paisaje. No me equivoqué al escoger la carrera".
MERECIDO RECONOCIMIENTO
Una vez graduada, Leda Menéndez comenzó a trabajar en el entonces Instituto de Botánica y allí recibió la encomienda de hacer un proyecto de ecología de bosques tropicales en la Sierra del Rosario.
Los resultados de tal labor condujeron a la salida del libro Ecología de los bosques siempre verdes de la Sierra del Rosario, obra que mereció el Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba, y cuya autoría compartió con los investigadores Ricardo Herrera, María Elena Rodríguez y Elisa García.
De ese texto, que recoge 15 años de estudios ininterrumpidos, surge la propuesta de establecer allí una de las Reservas de la Biosfera aprobadas en Cuba.
Pero el centro de su larga y reconocida trayectoria científica de casi 40 años ha estado dedicado a los manglares, tema donde su voz figura entre las más autorizadas a nivel nacional y de la región del Caribe.
"Sin duda, estos ecosistemas tienen una enorme importancia ecológica, económica y estratégica. Baste señalar que son la primera línea de defensa de la costa, pues la protegen de la erosión provocada por el efecto combinado del viento y del oleaje, además de ser una efectiva barrera natural frente al progresivo incremento del nivel medio del mar y el avance de la intrusión salina".
"Asimismo, representan un entorno ideal para la conservación de la biodiversidad, al servir como hábitat permanente o temporal de numerosas especies de peces, crustáceos y moluscos; filtran los contaminantes, capturan y almacenan carbono atmosférico, y representan una valiosa reserva forestal, al ocupar alrededor del 20 % de la cobertura boscosa de nuestro archipiélago".
Según precisa a Granma la hoy Investigadora Titular del Centro Nacional de Biodiversidad, adscrito al Instituto de Ecología y Sistemática, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, los manglares ocupan el 5 % de la superficie total del país y las cuatro especies más abundantes son el mangle rojo, el prieto, el patabán o mangle blanco, y la Yana.
De ellas la primera mencionada es la que ejerce mayor protección, pues sus grandes raíces se anclan en forma de tenedor y penetran bien profundo sobre el fondo areno fangoso, para convertirse en un potente valladar contra cualquier acción dañina de origen natural o atribuible al hombre. Incluso, hay lugares en Cuba donde la disminución de las poblaciones de mangle rojo aparece entre las causas más importantes del retroceso de la línea costera.
Durante las últimas dos décadas, Leda Menéndez exhibe una valiosa hoja de servicios en el conocimiento y protección de estos ecosistemas, capaces de sobrevivir en ambientes hostiles.
Baste mencionar su libro El Ecosistema de manglar en el archipiélago cubano, estudios y experiencias enfocados a su gestión, o su responsabilidad al frente del trabajo Bases para la gestión del ecosistema de manglar en el archipiélago cubano y su relación con el cambio climático, que acaba de merecer el Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba, a los resultados más destacados de la investigación científica del 2012.
Los principales aportes del estudio consisten en haber determinado los grados de afectación que presentan en diferentes regiones del territorio nacional y las causas implicadas en su deterioro, además de identificar los probables impactos que sufrirían como consecuencia del cambio climático global.
También permitió elaborar guías metodológicas dirigidas a preservarlos de futuros daños y propiciar su recuperación, las cuales representan una herramienta de consulta imprescindible para los tomadores de decisiones.
Más allá de nuestras fronteras, la tenaz científica dirigió el Proyecto Planificación y Ordenamiento de los Ecosistemas de manglares para el manejo sostenible con la participación de las comunidades indígenas del delta del río Orinoco, en Venezuela, durante el bienio 2005-2006, así como participó en trabajos similares en Panamá, República Dominicana y Nicaragua.
Leda tuvo el privilegio de ser una de las tres especialistas cubanas que en 1987 participaron en la primera etapa de la expedición En canoas del Amazonas al Caribe, encabezada por el desaparecido doctor Antonio Núñez Jiménez.
"Ese viaje me marcó, fue una experiencia única porque al margen de mis investigaciones, conocí la exuberante selva del Amazonas y el modo de vida de las comunidades indígenas asentadas a lo largo de la ruta seguida, pude apreciar, además, el peso fundamental de las mujeres en la economía familiar".
Para esta galardonada científica, su familia, aquel inolvidable periplo y el ser una suerte de "hada madrina" de los manglares, son las mayores satisfacciones que ha podido recibir en la vida. |
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Revertir el deterioro ambiental
Orfilio Peláez
Considerada una de las principales Cuencas Hidrográficas del país, la de Almendares-Vento ocupa un área aproximada de 402 kilómetros cuadrados, compartidos entre ocho municipios habaneros y dos de la vecina provincia de Mayabeque, donde viven más de medio millón de personas.
Alrededor del 47 % del agua potable que consume la población capitalina proviene de sus fuentes subterráneas, las cuales por su localización y características tienen la ventaja de no estar expuestas al peligro de intrusión salina derivada del proceso de cambio climático global, que limitará la disponibilidad de tan vital recurso en los acuíferos abiertos costeros, debido al aumento del nivel del mar.
Dada su riqueza hídrica, durante gran parte del pasado siglo fue escenario de un notable crecimiento urbano, que ocasionó un marcado deterioro de este importante ecosistema, asociado a la presencia de numerosas fuentes contaminantes de origen industrial o de servicios, carentes de plantas de tratamiento en la mayoría de los casos, la baja disponibilidad de servicio de alcantarillado en los núcleos poblacionales asentados en ella, y la disminución de las áreas de infiltración del agua al acuífero.
Todavía el río Almendares recibe una elevada carga de desechos contaminantes sin tratar.
Como plantean autoridades del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en La Habana, se trata del problema ambiental más complejo de la ciudad, cuya solución definitiva demandará costosas inversiones en el futuro.
Baste señalar que en la Cuenca Almendares-Vento hay decenas de industrias, empresas, almacenes, unidades del comercio, la gastronomía, fábricas de medicamentos, talleres y otras entidades, que por sus aportes no pueden ser eliminadas a corto y mediano plazos.
Lo inmediato radica entonces en mejorar de manera progresiva la desfavorable situación prevaleciente, a través de un efectivo programa de manejo integral, conforme a lo establecido en la legislación vigente referida a la protección de las cuencas hidrográficas de interés nacional.
Según precisó el doctor Roberto Castellanos Pérez, delegado del CITMA en el territorio, la contaminación de la cuenca fluvial del río Almendares es una de las causas que más inciden en ese deterioro, pues todavía recibe apreciables cantidades de desechos domésticos y de otro tipo, sin tratar.
Pese a las acciones emprendidas en los últimos años para aminorar tan negativo impacto (cierre de determinadas fábricas, introducción de cambios tecnológicos), el saneamiento del Almendares dista mucho de convertirse en realidad, aunque en algunos tramos ya se aprecia una recuperación de las concentraciones de oxígeno disuelto.
PONER ORDEN
El Plan General de Ordenamiento Territorial y Urbano vigente en la capital, establece restringir la ejecución de inversiones hacia el sector sur de la Cuenca Almendares-Vento, fundamentalmente en aquellas zonas donde radican los principales puntos de infiltración del agua.
Tomando en cuenta lo anterior se aprobó no admitir construcciones que aumenten el número de viviendas sobre la cuenca subterránea Vento, excepto aquellas destinadas a sustituir las irreparables, ni permitir la aparición de nuevos vertimientos residuales en los cauces, cuencas, sumideros y depresiones del terreno, que no tengan soluciones adecuadas de tratamiento.
Asimismo y salvo situaciones excepcionales, está prohibido incrementar los niveles de extracción de agua por encima de los establecidos por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), indicó el ingeniero Jorge Kalaff, subdelegado de ese organismo en La Habana.
No obstante las restricciones mencionadas, entre el 2008 y el 2012 la Unidad de Medio Ambiente de la delegación provincial del CITMA recibió un alto número de solicitudes para levantar obras sobre áreas de infiltración del ecosistema, a lo cual se suma la proliferación de asentamientos precarios ilegales, que de acuerdo con el levantamiento realizado en el 2011 por la Dirección Provincial de Planificación Física, carecen de adecuados sistemas de tratamiento de residuales.
Hasta tanto pueda disponerse de estudios más detallados referidos al impacto ambiental que esto ocasiona, los especialistas recomiendan mantener las actuales limitaciones a la urbanización dispuestas en el Plan General de Ordenamiento Territorial, e implementar un programa de saneamiento de la cuenca, que establezca un orden de prioridades y garantice su inclusión en los planes de la economía de cada sector involucrado.
Más allá de su valor económico y social, rehabilitar la Cuenca Almendares-Vento constituye premisa fundamental para el desarrollo sostenible de la capital. |
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La Naturaleza en estado de gracia
JULIO MARTÍNEZ MOLINA
CIENFUEGOS.— Cerca de 3 mil 400 hectáreas terrestres y marinas ocupa el Área Protegida de Refugio Laguna de Guanaroca-Gavilán, ubicada en los municipios de Cienfuegos y cumanayagua, en donde se guarecen y protegen muchas especies entre las cuales llama la atención una colonia integrada por casi mil 600 flamencos rosados.
Los flamencos rosados identifican la Laguna Guanaroca.
El sitio —perteneciente a la Empresa Nacional de Conservación de Flora y Fauna— es hábitat de 190 especies de aves, siete de mamíferos, tres de anfibios, nueve de reptiles, 600 de moluscos marinos —además de terrestres o de agua dulce— y 120 variedades de peces, crustáceos y quelonios.
Allí convive nuestra ave nacional, el tocororo, junto a cartacubas, zunzunes, sinsontes, arrieros, bobitos, seis tipos de bijiritas, torcazas, solivios, pendones de pecho amarillo, patos, garcilotes, pelícanos, corúas y alcatraces.
Las aves se clasifican entre las residentes de verano o invierno, las estacionarias y las endémicas permanentes, indica el técnico Gustavo Pérez Rodríguez.
El especialista Osvaldo Díaz Curbelo señala la existencia de bosques naturales o plantados, en suelos anfitriones de alrededor de 70 especies endémicas. Destaca la caoba, jagua, almácigo, brasilete y mangle rojo; amén de las grandes siembras hechas del soplillo, sostiene el director del Área, José Arlim Reyes Rosell.
El director del Área Protegida, José Arlim Reyes, subraya la existencia de doce proyectos de protección al medio ambiente.
José Arlim resalta que la Laguna de Guanaroca (de 3 mil 038 hectáreas, al sudoeste de Cienfuegos, con aguas dulces y saladas, provenientes a dos manos del río Arimao y del Mar Caribe), representa el orgullo del Área y destaca por su biodiversidad.
La denominación de Guanaroca proviene de la voz aborigen para representar a la Luna, trasladada a una rica leyenda local, recuerda.
La estancia en sus aguas, durante todo el año, de flamencos rosados, otorga esplendor al paisaje. Emigran de la Florida y llegan aquí, para luego seguir travesía hacia el río Máximo o la cayería norte. Al procrear, los adultos parten; pero se quedan los jóvenes, añade el especialista. "O sea, siempre hay.
"Es el lugar de Cuba donde el visitante los puede ver más de cerca, están acostumbrados a los botes y las cámaras, gracias al silencio mantenido y el respeto a su hábitat".
A la Laguna, que engloba los Laberintos de los Naturales, Cayo Ocampo y otros cayos menores en el interior de la Bahía de Jagua, se le considera "el útero" del mencionado estuario, porque en esta extensión lacustre desova gran variedad de peces, afirma el técnico Héctor Almaguer Valdivié, con 14 años de permanencia aquí.
DRAGADO Y SIEMBRA DE MANGLES
José Arlim, el director del Área, subraya la activación de doce proyectos para la preservación de la flora, la fauna y el ecosistema general, todos desarrollados por especialistas del enclave, entre los cuales resaltan los de aves, reptiles, forestal, manejo de bosques, mangleo y desobstrucción de canales para reducir la salinización y favorecer la entrada de agua dulce dentro de la Laguna.
"El dragado es manual, extraemos la suciedad de los canales del río Arimao que alimentan la Laguna, sedimentados por el efecto de las corrientes o de ciclones como el Michelle y el Lili.
El desbroce de 3 mil metros lineales de los canales —prosigue— , propició el acceso más rápido del agua y contribuirá a bajar de modo paulatino la salinidad, ascendente en los últimos años, cuyo virtual aumento podría repercutir en el abandono parcial de especies como el camarón (Guanaroca es el mayor criadero de la especie aquí), la lisa, la mojarra, el robalo, la tilapia u otras.
Al reducirse la tributación del líquido como consecuencia del lodo acumulado, los árboles partidos en su lecho o los arrastres de arena, se afecta el espejo de agua de Guanaroca, de ahí la importancia de semejante quehacer, significa Héctor.
La elevación progresiva de los niveles de sedimentación propendió a que en perímetros de la superficie lacustre la profundidad no superase por etapas los 50 centímetros o el metro; aunque el promedio general sea de cuatro metros, indica su colega Gustavo.
Justo él está al frente del proyecto de siembra de mangles, mediante el cual ya plantaron en la laguna 2 mil posturas solo en el 2012.
Guanaroca posee la barrera de mangles más conservada del país.
Ahora trabajan en varias líneas. Además del incremento forestal de todo el patrimonio geográfico, fueron erigidas dos parcelas para la expansión de jutías e iguanas, expresa José Arlim, el director de esta Área: una de las auténticas bendiciones de la naturaleza cubana. |
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Para alertar a los productores
ORFILIO PELAEZ pelaez@granma.cip.cu
Contrario a sus beneficiosos efectos en las altas capas de la atmósfera, donde protege al hombre y a los ecosistemas de las nocivas radiaciones ultravioletas procedentes del Sol, el ozono superficial constituye un grave problema ambiental cuando sus concentraciones rebasan los niveles permisibles.
Daños en las hojas de tabaco producidos por el ozono superficial.
De acuerdo con valoraciones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), es el contaminante del aire que más daño ocasiona a los cultivos y bosques, además de ocupar el tercer lugar en la relación de gases de efecto invernadero de mayor contribución al calentamiento global.
Identificado por la fórmula O3, en el caso particular de la Agricultura reduce el rendimiento y la calidad de las cosechas, merma el follaje de las plantas y favorece la aparición de plagas y enfermedades, poniendo en peligro la seguridad alimentaria al disminuir la producción agrícola.
Doctor en Ciencias Geográficas Jesús Ramírez, autor principal del sistema de alerta temprana.
En la actualidad están identificadas varias fuentes generadoras de ozono superficial. Aparecen entre ellas el crecimiento de las emisiones locales de gases nocivos al medio ambiente, la quema de bosques, los compuestos volátiles orgánicos y el transporte a larga distancia de masas de aire originadas en zonas industriales, asociadas al desplazamiento de frentes fríos, bajas extratropicales, centros de altas presiones de origen continental, y otros fenómenos meteorológicos.
Si hace un tiempo atrás las áreas más expuestas a su perjudicial influencia se localizaban en zonas industrializadas de América del Norte y Europa, en la actualidad abarcan buena parte de las naciones en vías de desarrollo, incluyendo Latinoamérica.
Organismos internacionales estiman que para el 2030, las pérdidas atribuibles al ozono troposférico a escala mundial ascenderán a un rango de 17 a 35 billones de dólares.
VALIDADO POR LA PRÁCTICA
El Doctor en Ciencias Geográficas Jesús Ramírez Almoguea, investigador del Centro de Contaminación Atmosférica del Instituto de Meteorología, ha dedicado toda su carrera profesional de más de 30 años al tema del ozono superficial y su influencia en la Agricultura cubana.
Autor principal del Sistema de Alerta Temprana (SAT-O3), para avisar a los productores agrícolas estatales y privados con cinco días de antelación cuando deben esperar aumentos en las concentraciones de este gas a nivel del suelo terrestre, el especialista refirió a Granma que el mencionado procedimiento es aplicado desde hace más de 15 años en nuestro país en cultivos como el tabaco, ajo, papa, cebolla, tomate y más reciente en frijoles, con resultados sumamente favorables.
"Los pronósticos han tenido una efectividad superior al 92 %, y los encargados de distribuir esa información a los productores son las estructuras de divulgación de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), la Sanidad Vegetal, TABACUBA y la Empresa Nacional de Seguros, entidades que conforman el Grupo Multidisciplinario de Ozono".
Según manifestó el doctor Jesús Ramírez, cuando el aviso llega de manera oportuna a la base es posible adoptar un conjunto de acciones dirigidas a proteger las cosechas y disminuir las pérdidas, entre las que aparecen polvorear con cal los sembrados, activar los regadíos y usar determinadas sustancias fungicidas.
Dijo que antes de la puesta en marcha del SAT-O3, hubo años en que el país perdió el 73 % de la cosecha de ajo, y hasta unas 2 500 hectáreas de tabaco, debido a la presencia de altas concentraciones de ozono troposférico, cifras que afortunadamente descendieron de manera significativa con la introducción progresiva de ese resultado científico, validado por la práctica de tres lustros.
Pese a tan promisorio comportamiento, en la actualidad hay cierto desinterés en algunos directivos de empresas agrícolas hacia el sistema de alerta, y conocemos que hay productores del sector privado que no reciben la información o les llega atrasada, afirmó el investigador.
Lo mismo sucede en las provincias, pues mientras en Pinar del Río, Artemisa y Sancti Spíritus el engranaje de transmisión del SAT-O3 funciona con puntualidad, en otras la capacidad de respuesta es más débil, y ello impide obtener los beneficios esperados.
Destacó, además, que la actual cosecha de invierno 2012-2013 muestra continuos periodos con altas concentraciones de ozono, y hasta el 12 de febrero sumaban 14 los avisos de alertas emitidos, principalmente para el occidente y centro del país.
"Recientemente recorrimos campos de la Empresa de Cultivos Varios de Güira de Melena y de manera preliminar apreciamos afectaciones provocadas por el citado gas en el ajo, papa, frijoles y zanahoria. Allí las alertas no fueron recibidas con la antelación requerida".
Como plantea el doctor Ramírez, lo importante es que cada productor agrícola reciba esa información. La seguridad alimentaria del país así lo amerita. |
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Centinelas del manatí
ORFILIO PELAEZ
Citados por los cronistas en sus escritos desde los primeros tiempos de la colonización española, los manatíes constituyen la única especie herbívora del grupo de los mamíferos marinos que forman parte de la fauna autóctona de Cuba.
Integrantes del equipo de especialistas del Centro de Investigaciones Marinas y otras entidades que tomaron parte en la expedición.
Estos pintorescos animales suelen tener un promedio de vida próximo a los 35 años en estado libre, que casi se duplica en condiciones de cautiverio, pueden alcanzar los 1 500 kilogramos de peso y cuatro metros de largo, mientras su reproducción ocurre cada tres años. Por lo general tienen una sola cría y el periodo de gestación varía de 12 a 14 meses.
Como refiere la Máster en Manejo Integrado de Costas Anmari Álvarez Alemán, jefa del grupo de Ecología del Centro de Investigaciones Marinas (CIM) de la Universidad de La Habana, en nuestro medio habita el denominado manatí antillano (Trichechusmanatus), y aunque la cantidad actual de las poblaciones no se conoce con precisión, los estimados apuntan a una cifra entre 500 y mil ejemplares.
Las expediciones científicas y las referencias de pescadores indican que las zonas donde más puede visualizarse se localizan en la costa norte y sur de Pinar del Río, oeste de la Isla de la Juventud, Ciénaga de Zapata, norte de Matanzas y Villa Clara, río Máximo en Camagüey, sur de Granma, y en la desembocadura del Cauto.
Para estudiar los parámetros clínicos fue necesario hacer extracciones de sangre y colectar muestras de orina.
De acuerdo con la resolución 160/2011 emitida por el ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, tan singular mamífero es considerado una especie de particular significado para la diversidad biológica cubana, y vulnerable a la extinción.
Señala Álvarez que en Cuba la caza ilegal constituye la causa de muerte más frecuente del manatí, sobre todo para el uso de la carne. Otras amenazas a su supervivencia son el empleo de artes de pesca como el arrastre de redes, donde pueden quedar atrapados y morir, la colisión con embarcaciones, el deterioro ambiental de los ríos, la tala de los manglares y el desarrollo urbano.
Para la especialista que desde hace más de cinco años trabaja la línea investigativa centrada en la conservación de esa especie, resulta preocupante que en los últimos diez años el país registre un aumento significativo de los eventos de mortalidad.
De continuar tan nefasta tendencia, corremos el riesgo de que pueda desaparecer de nuestro archipiélago en un plazo no lejano, subrayó.
"En lo inmediato es imprescindible cumplir de manera estricta lo dispuesto en todos los instrumentos legales establecidos, cuya finalidad es la de garantizar el cuidado y preservación del manatí, además de incrementar las acciones de educación ambiental en las comunidades costeras, para que se comprenda la importancia de protegerlo y evitar su extinción".
PROMISORIAS NOVEDADES
El 2012 marcará un hito en los estudios para la conservación del manatí al lograrse las primeras capturas de varios ejemplares para evaluar el estado de salud de las poblaciones y monitorear los desplazamientos de estos animales en el archipiélago cubano.
Luego de un primer intento que no logró materializar tales objetivos, en el mes de julio una expedición científica organizada y dirigida por el Centro de Investigaciones Marinas capturó con éxito un total de seis ejemplares, tres hembras adultas, una joven, y dos críos machos.
Financiada por varias Organizaciones No Gubernamentales internacionales como la Sea to Shore Alliance, con la colaboración conjunta del Centro Nacional de Áreas Protegidas, la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, y la Unidad de Medio Ambiente de la Isla de la Juventud, durante el periplo los animales fueron trasladados hacia el barco y allí les hicieron las mediciones morfométricas y una evaluación integral de la condición corporal.
La Máster Álvarez explicó a Granma que a cada ejemplar se le tomó cada cinco minutos la temperatura, respiración y frecuencia cardiaca, además de extraerles muestras de sangre, heces fecales y orina.
Para hacer posteriores estudios genéticos les sacaron a todos un fragmento de aproximadamente dos centímetros de cola, mientras en el caso de los individuos adultos recibieron el implante de un microchip intradérmico en la región dorsal, a fin de facilitar la posterior identificación de estos cuando sean recapturados.
El largo promedio de los animales capturados fue de 311 centímetros en los adultos y 123 en las crías, pero el ejemplar más grande resultó una hembra de 330 centímetros que mostró excelentes condiciones físicas.
Antes de ser liberados a dos manatíes se les colocó un transmisor satelital y su seguimiento es monitoreado por especialistas del propio centro de investigaciones y de la ONG Sea to Shore Alliance. Hasta el momento ambos no han salido fuera de los dos sistemas de lagunas situadas en la costa oeste de la Isla de la Juventud.
Estos trabajos ayudarán a los científicos cubanos a comprender mejor el hábitat del manatí, su desplazamiento dentro del territorio nacional, y a tener una visión más precisa del estado clínico general de la especie, aspectos de sumo valor para diseñar estrategias de conservación más efectivas, indicó la joven bióloga. |
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Salvando la capa de ozono
Corría el año 1974 cuando un artículo aparecido en .la revista Nature lanzó a la palestra pública la primera .llamada de atención sobre el tema. En ese escrito, los científicos Sherwood Rowland y Mario Molina planteaban que los gases conocidos como clorofluorocarbonos (CFC), despedidos por la industria de la refrigeración y los aerosoles, podían destruir las moléculas de ozono al interactuar con ellas.
Cuba eliminó el uso de los clorofluorocarbonos (CFC) en la fabricación de aerosoles industriales, como insecticidas y ambientadores.
Lo anterior puso de manifiesto que la capa de ozono podría agotarse de manera progresiva y dejar de cumplir su vital función de proteger a la Tierra de las dañinas radiaciones ultravioletas procedentes del Sol, que de llegar con toda su magnitud a la superficie harían imposible cualquier forma de vida en nuestro planeta.
El asunto cobró mayor notoriedad una década después al comprobar investigadores británicos que en una de las bases de observación ubicadas en el Polo Sur, los valores de ozono eran sumamente bajos con respecto a los registros normales durante el invierno austral, datos comprobados por las imágenes de los satélites.
Tal descubrimiento condujo a la aparición del término Agujero de Ozono sobre la Antártida, asunto que desde entonces figura en la agenda de los principales problemas ambientales del mundo.
Por ser los pioneros en establecer la relación entre el deterioro de la capa de ozono y la presencia de las concentraciones de cloro y bromuro, el 11 de octubre de 1995 Rowland y Molina merecieron el Premio Nobel de Química.
Palabra derivada del griego oxein (significa oler), el ozono es un gas que aparece de manera natural en la atmósfera y constituye una forma inestable del oxígeno. Cada molécula de ozono contiene tres atómos de oxígeno y su fórmula química es O3.
Se le llama capa a la zona de la estratosfera (entre los 12 y los 50 kilómetros de altura), donde su concentración es mayor. Ella absorbe la radiación ultravioleta emitida por el Astro Rey, que en dosis elevadas y acumulativas puede ser muy perjudicial a la salud del hombre, los animales y las plantas.
EN CUENTA REGRESIVA
Teniendo como principal antecedente el surgimiento en marzo de 1985 del Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono, el 16 de septiembre de 1987 los gobiernos de 46 países firman en Canadá el Protocolo de Montreal, dirigido a la gradual eliminación de las sustancias agotadoras de la capa de ozono (SAO), fundamentalmente los clorofluorocarbonos y halones.
Bajo el auspicio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), entró en vigor en enero de 1989, y hoy constituye el acuerdo multilateral en materia ambiental más respaldado del orbe, al ser ratificado por unos 195 Estados.
En poco más de dos décadas logró disminuir significativamente el consumo mundial de las SAO, al eliminarse alrededor del 95 % de las sustancias químicas comprendidas en esa clasificación. Si tan favorable tendencia se mantiene, la capa podría recuperarse totalmente para el 2070.
Debido a la potencial contribución del Protocolo de Montreal a la salud del planeta, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 16 de septiembre como Día Mundial para la Protección de la Capa de Ozono.
Signataria de ambos instrumentos internacionales, Cuba cumple estrictamente los compromisos contraídos para reducir las emisiones nacionales de SAO, labor encabezada por la Oficina Técnica del Ozono (OTOZ), que dirige el Doctor en Ciencias Nelson Espinosa, desde su creación en 1995.
Así en los últimos diecisiete años el país eliminó la compra y consumo de los clorofluorocarbonos, bromuro de metilo, halones y tetracloruro de carbono, con un inestimable aporte al cuidado del medio ambiente.
Solo en la pasada década fueron ejecutados diferentes proyectos dirigidos a la reconversión de equipos de refrigeración y aires acondicionados, recuperación y reciclaje del gas freón 12, capacitación a técnicos e inspectores de aduanas, y para la sustitución de las máquinas enfriadoras centrífugas conocidas como Chillers, empleadas en grandes empresas productivas, teatros, hoteles y otras dependencias.
Estos se implementaron mediante la colaboración de los Programas de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Desarrollo Industrial y el Medio Ambiente —PNUD, ONUDI y PNUMA— y agencias especializadas de naciones europeas, fundamentalmente.
También tuvo lugar la reconversión tecnológica de la planta encargada de producir inhaladores para asmáticos, que ahora son fabricados con propelentes ecológicos libres de CFC, mientras quedó fortalecido el marco legal dirigido a garantizar el cronograma nacional de eliminación de las SAO y el sistema de licencia de importaciones y exportaciones.
En la actualidad, la Oficina Técnica del Ozono perfila la puesta en marcha de un programa encaminado a erradicar progresivamente la importación y uso de los hidroclorofluorocarbonos, que además de agotar la capa de ozono, son también potentes gases de efecto invernadero.
Su aplicación representa un reto para la creatividad de los innovadores y técnicos nacionales, pues al ser compuestos ampliamente utilizados en la climatización y refrigeración doméstica e industrial, habrá que sustituirlos con gases refrigerantes no perjudiciales a la capa de ozono, y desarrollar nuevas tecnologías alternativas.
Desde el 2004, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente entrega reconocimientos nacionales a las entidades destacadas en la eliminación de sustancias agotadoras de la capa de ozono. Los estímulos correspondientes al 2012 fueron conferidos ayer a 37 unidades, entre las cuales figuran: Hotel Santa Clara Libre, Poligráfica de Holguín, DIVEP Artemisa, Hotel Camagüey, Hotel Club Acuario y Empresa Eléctrica del Municipio Especial Isla de la Juventud. |
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Maravilla de la ingeniería cubana se “enmascara”
RAQUEL MARRERO YANES
Para quienes visitan La Habana Vieja resulta una curiosa novedad la presencia de un llamativo Cubo de cristal, situado en la Avenida del Puerto, esquina a Narciso López, que como una suerte de lámpara, ilumina ese tramo de la urbe, frente a las aguas de la bahía.
El enmascaramiento de la Cámara de Rejas del Sifón de La Habana, más que un Cubo de cristal es una obra de arquitectura contemporánea, la cual constituye un espacio público y, a su vez, una lámpara que ilumina la ciudad.
La instalación forma parte del proyecto de enmascaramiento de la Cámara de Rejas del Sifón de La Habana, a cargo de los arquitectos Orlando Inclán, Claudia Castillo y Arianna Martínez, de la Oficina del Historiador de la Ciudad, con quienes Granma conversó acerca de la historia, funcionamiento y proceso de restauración de esta célebre obra, erigida a comienzos de la pasada centuria.
Basta recordar —comentan los especialistas—, que el Sifón de la bahía fue declarado en 1997 una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana, debido a la complejidad de la construcción de sus estructuras, aunque posiblemente estas obras continúan siendo de las más desconocidas.
"La Habana a principios del siglo XX carecía de un sistema de alcantarillado eficiente para conducir las aguas albañales. Era una capital de malos olores e impurezas a la vista".
Confirman que el Sistema de Alcantarillado de La Habana, fue construido entre 1908 y 1915 para unas 600 mil personas, y hoy La Habana cuenta con más de dos millones, aunque no todas las barriadas de la ciudad están conectadas.
Este comprende dos colectores principales (el Norte y el Sur), los cuales se unen bajo la Plaza de Armas en La Habana Vieja y llegan hasta la Cámara de Rejas del Muelle de Caballería, donde las aguas albañales reciben un tratamiento capaz de eliminar los sólidos flotantes y la sedimentación de las arenas y gravas.
Desde el Cubo las aguas pasan a través de un sifón invertido por debajo de la bahía, excavado como un túnel en la roca del fondo, hasta llegar al pozo de succión de la estación de bombeo de Casablanca.
Desde allí son elevadas por medio de bombas centrífugas hasta el túnel bajo la loma de la Cabaña, que las conduce por gravedad hasta el emisario submarino de la playa El Chivo, para disponerlas a una distancia aproximada de 140 metros de la costa y a una profundidad de 11 metros.
UN ANTES Y UN DESPUÉS
Escritos de la época explican que la construcción de las obras fue un proceso difícil en el cual murieron personas, debido fundamentalmente a la diferencia de presión de las aguas en el Sifón.
Al inicio, la limpieza y mantenimiento de las rejas del Sifón eran hechas de forma manual, con riesgo para la salud humana. De ahí la necesidad de una Cámara para evitar que los sólidos pasaran al interior del Sifón, y tupieran el Sistema de Alcantarillado.
Con el pasar del tiempo y debido al funcionamiento continuo, los equipos instalados sufrieron deterioro, dificultando las labores de limpieza. entonces fue necesaria la instalación de tres rejas mecánicas automáticas, creándose así las condiciones óptimas de funcionamiento y garantía del servicio de alcantarillado en la ciudad.
La obra de enmascaramiento comenzó en el 2009 como resultado de un proyecto de colaboración entre varias instituciones, para cambiar el sistema de rejas e incorporar un puente de grúa que permitiera sacar los desechos sólidos por grandes que fuesen, desde un cerdo como sucedió hace un tiempo, hasta las latas y pomos que minuto a minuto, llegan a través de los colectores.
Así la Empresa Aguas de La Habana y la Oficina del Historiador unieron esfuerzos con Aguas de Barcelona, para llevarlo a cabo. Entonces fue cuando los tres jóvenes arquitectos intervinieron en la obra.
Entre varias ideas coincidieron en la de un Cubo, el cual a modo de escultura, además de marcar el punto de las Cámaras de Rejas, pone en evidencia lo que está pasando en las profundidades de la ciudad, explica Orlando Inclán.
Basta ascender por la pasarela para percibir la nueva tecnología y darnos cuenta de los esfuerzos de cientos de personas que de forma anónima dedican empeño, talento y esfuerzo a construir y mantener este nuevo espacio público, el cual se puede visitar libremente.
Se trata de una ventana de cristal hacia el ámbito de la ingeniería hidráulica, fuera del cual pocos conocen la importancia de esta obra centenaria, que de manera silenciosa ha funcionado hasta nuestros días. |
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Con los ojos en la conservación
Orfilio Peláez pelaez@granma.cip.cu
Quizás menos valorados que otros ecosistemas como los arrecifes coralinos y manglares, los pastos marinos ocupan más del 50 % de los fondos de la plataforma insular cubana y tienen vital importancia para la ecología y el medio ambiente.
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Desde hace más de dos décadas, la doctora Beatriz Martínez Daranas estudia tan importante ecosistema. |
Los pastos marinos constituyen una importante reserva ecológica y atenúan el impacto del oleaje sobre la línea costera. |
Compuestos por plantas con hojas, flores y raíces ancladas al lecho marino, están adaptados a vivir de forma permanente en agua salada, y suelen habitar en las cercanías de la franja costera, a profundidades donde pueda llegar suficiente luz solar.
Generalmente crecen en fondos blandos, fangosos y arenosos. En el caso particular de las playas muchas personas se quejan de su presencia, sobre todo a la hora de caminar, nadar o bucear entre tan "molestas hierbas".
Ello pudiera explicar por qué en no pocos lugares del mundo los pastos marinos son ignorados de manera frecuente en los planes de conservación. Durante los últimos años las pérdidas rondan entre el 1 % y el 2 % de su superficie a nivel internacional.
Tal tendencia parece acelerarse en el futuro inmediato, debido a la combinación de factores de origen natural y la actividad humana. Hoy aparecen en la relación de los ecosistemas más vulnerables del planeta.
EN BUSCA DEL EQUILIBRIO
Para la doctora en Ciencias Biológicas, Beatriz Rosa Martínez Daranas, del Grupo de Ecología y Conservación, del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana, los pastos marinos son los equivalentes a los bosques terrestres y brindan numerosos servicios y bienes al hombre.
En primer lugar, explica, sirven de hábitat fundamental, zona de refugio y alimentación para muchas especies, como peces, langostas, camarones, diferentes tipos de moluscos, y otras amenazadas, entre ellas el manatí y determinados quelonios.
La mayor parte de las pesquerías en la plataforma cubana tienen su principal sustento en el aporte de los pastos marinos, los cuales también amortiguan el impacto del oleaje sobre la línea costera, protegiendo a esta de la erosión, y a los arrecifes coralinos de la sedimentación, aseveró.
Asimismo, constituyen potenciales productores de sustancias bioactivas para la industria médico-farmacéutica y de cosméticos.
Estudios recientes sugieren que por su capacidad para retener el dióxido de carbono en los sedimentos y producir oxígeno, pueden contribuir a atenuar el proceso de calentamiento global. Incluso, se plantea que si mantienen una biomasa determinada, son capaces de atrapar mayor cantidad de CO2 que los propios bosques no perturbados de la Amazonia.
Según el criterio compartido por la doctora Martínez Daranas, y el licenciado Luis Manuel Reyes de Armas, del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente de Camagüey, los principales daños a los pastos marinos a nivel mundial son provocados por el hombre.
Ambos especialistas plantean que, de manera particular, en Cuba las mayores afectaciones a ese ecosistema se derivan del arribo de contaminantes orgánicos a la zona costera y ribera de los ríos, el incremento de la temperatura, la pesca con chinchorros de arrastre, el uso de anclas, la construcción de obras ingenieras, y la turbulencia generada por los motores de embarcaciones pequeñas.
En el IV Informe Nacional al Convenio sobre la Diversidad Biológica de la República de Cuba, editado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), se reconoce a los pastos dentro de la relación de los ecosistemas marinos más importantes del país.
Tomando en cuenta la prioridad otorgada al tema, en las últimas décadas fueron ejecutados varios proyectos de investigación, dirigidos a estudiar las características de los pastos marinos cubanos, la biodiversidad que albergan y los problemas ambientales que los perjudican, a fin de proponer acciones para su cuidado y conservación.
Sin embargo, y como plantea la doctora Beatriz Martínez, en años recientes algunos gerentes y turoperadores se pronunciaron por quitarlos de las áreas de baño de las playas de Santa Lucía, en Camagüey, y Guardalavaca, en Holguín, mediante diferentes procedimientos, que van desde arrancarlos de raíz utilizando tridentes y arados, hasta echarles encima notables volúmenes de arena, para que mueran por falta de luz y oxígeno.
"Ellos alegan que así las aguas quedan más limpias y pueden ofrecer un producto de mayor calidad, capaz de satisfacer al más exigente de los clientes, cuando en realidad sucede lo contrario: la playa pierde arena y las aguas se enturbian más".
Desconocen también que en las playas del Mediterráneo, donde existen pastos marinos, estos son respetados por los turistas, a quienes se les explica la importancia ecológica que tienen.
Lo conveniente es buscar alternativas dirigidas a conciliar el fomento del turismo de playa con la preservación de cada uno de los ecosistemas del entorno. Eliminarlos de forma abrupta sería equivalente a talar una zona de manglar o destruir un bosque virgen.
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Para que la atmósfera respire mejor
MAYLIN GUERRERO OCAÑA
El empleo intensivo de los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) desde los tiempos de la Revolución Industrial, posibilitó el desarrollo económico, social y tecnológico de los países del orbe, pero también incrementó los niveles de emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
El traspaso de cargas del medio automotor al ferrocarril reporta mayores beneficios.
Algunos de los fenómenos derivados de este grave problema medioambiental son el aumento de las concentraciones de dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y otros gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global, además de perjudicar la calidad del aire y provocar daños a la salud humana y a los diversos ecosistemas del planeta.
Por participar en casi todos los sectores de la economía mundial, la infraestructura del transporte y el movimiento automotor son importantes fuentes contaminantes de la atmósfera. Similar situación también es propia de nuestro país, donde inciden, entre otros factores, una tecnología vehicular envejecida que utiliza mayormente combustibles fósiles y las dificultades para su mantenimiento.
Esta realidad ha impulsado a los especialistas cubanos a realizar estudios sobre las posibles medidas dirigidas a atenuar la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en el archipiélago.
Preámbulo de una investigación
El arduo camino que a diario se recorre en pos de la protección del medioambiente siempre da sus buenos frutos. Uno de ellos es el trabajo Estrategias de mitigación para disminuir los GEI en el sector del Transporte, realizado por la Máster en Ciencias Martha Amarales, el Doctor en Ciencias José Manuel Villarroel y la técnico Xiomara Cardoso, del Centro de Investigación y Desarrollo del Transporte (CETRA).
Máster en Ciencias Martha Amarales.
Los resultados de esta investigación, que son parte de un gran proyecto rectorado por el Instituto de Meteorología, serán presentados próximamente como parte de la segunda Comunicación Nacional de la República de Cuba a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Martha Amarales, investigadora auxiliar y una de las autoras del estudio que resultó destacado a nivel ministerial el pasado año, explica a Granma que el trabajo esboza los posibles escenarios de las emisiones hasta el año 2050, así como identifica las mejores medidas de mitigación en el sector del Transporte para prevenir sus impactos.
Las estrategias presentadas se centran en el sector estatal, específicamente en el transporte automotor de carretera, por ser una gran fuente de contaminación, y en el ferroviario, por su importancia.
La investigadora subraya que las medidas de mitigación diseñadas responden a lo que potencialmente puede lograr el país. Ellas tienen en cuenta las perspectivas de desarrollo del sector, las acciones que ejecuta hoy el Ministerio de Transporte, las actuales emisiones de GEI y la evolución prevista de la demanda de transporte de la economía y la sociedad cubana.
En sintonía con la realidad
La primera alternativa de mitigación propuesta por los autores constituye una práctica mundial: el uso de mezclas alcohol anhidro-gasolina como combustible alternativo, donde se destacan en su empleo países como Colombia y Brasil. La investigación plantea que en Cuba podría usarse el alcohol anhidro en mezcla al 10 % en volumen con gasolina en todos los tipos de vehículos automotores de carretera que utilizan este combustible, con independencia de su envejecimiento.
Si se aplicara esta propuesta, indica Amarales, se dejarían de emitir considerables cantidades de gases tóxicos a la atmósfera, pues el combustible fósil empleado disminuiría.
En el caso del reordenamiento del transporte, Estrategias¼ se basa en el cambio de vehículos ineficientes con motor de gasolina por camionetas con motor diesel, proceso liderado por el MITRANS. "Desde el comienzo de esta acción a principios del 2009 hasta el 2010, el país dejó de enviar a la atmósfera 5 000 toneladas de GEI", informa el estudio.
Otra de las estrategias se refiere a continuar la remotorización en el transporte automotor, es decir, la sustitución de un motor de gasolina por uno de diesel, además de retirar de la circulación los vehículos ineficientes. Por esta vía, que reduce el consumo de combustible al establecer el cambio de gasolina por diesel, se dejaron de emitir 6 703 toneladas de contaminantes desde el 2008 (año en que comenzó este programa) hasta el 2010.
En relación con el ferrocarril, la especialista señala que su mayor participación en el movimiento de carga y pasaje, gracias a las acciones de recuperación del sistema ferroviario nacional, presupone una disminución del uso del transporte automotor, decreciendo el consumo de combustible fósil y con ello la emisión de GEI. El traspaso de cargas del medio automotor al ferrocarril reporta mayores beneficios, de acuerdo con las toneladas que se evitan de gases contaminantes.
De esta manera, los resultados de Estrategias de mitigación para disminuir los GEI en el sector reflejan los avances que en materia de protección al medioambiente ha alcanzado y puede seguir logrando el transporte en Cuba. También constituye un punto de partida para que posteriores investigaciones no dejen de contemplar a otros segmentos como el privado, que por la apertura de las nuevas opciones de empleo no estatal tiene gran protagonismo en la contaminación atmosférica. |
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Una prioridad inaplazable
El incremento de la cobertura forestal figura como uno de los programas priorizados por el país para su desarrollo
O. FONTICOBA GENER y CAMILA ACOSTA RODRÍGUEZ
No es necesario esperar por los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, los hechos son inobjetables: por cada aviso de "no pise el césped", cientos de personas interpretan lo contrario. ¿Qué importa un pedazo verde menos?, pensarán.
Y es que el patrimonio forestal constituye un recurso estratégico para el desarrollo de cualquier nación, no solo por los bienes materiales que pueda aportar a la economía o a la sociedad, sino también por su contribución al equilibrio y sostenibilidad ambientales, producto de su protección y adecuado manejo.
La incorrecta o insuficiente gestión a favor de los bosques, así como la irresponsabilidad medioambiental, producen un impacto negativo en el entorno, palpable a corto y mediano plazos, pero aún más significativo con el paso de largos periodos de tiempo.
De ahí que el Estado considere el incremento de la superficie arbórea como un proceso vital para el progreso de la Isla. Tal como se enuncia en los Lineamientos aprobados durante el Sexto Congreso del Partido, específicamente los números 196 y 204, el desarrollo de un programa integral de mantenimiento, conservación y fomento de las plantaciones forestales, así como la actualización y ejecución de programas dirigidos a la preservación y rehabilitación de los recursos naturales que se utilizan, entre los que figuran los bosques, devienen objetivos fundamentales para el perfeccionamiento nacional.
LOS BENEFICIOS DE UN "PLANETA VERDE"
Actualmente Cuba posee el 26,7 % de su superficie terrestre cubierta de bosques, cifra que prevé ampliarse para el 2015 hasta el 29,3 %.
El proyecto, según estimados de la Dirección Forestal del Ministerio de la Agricultura (MINAG) al cierre del 2010, significa repoblar más de 270 mil hectáreas con diversas finalidades, ya sea para la creación de bosques productores, bosques de protección o bosques de conservación.
En el primero de los casos, se trata de bosques destinados a satisfacer la demanda de madera y sus derivados para la economía nacional —producción de madera de bolo; obtención de madera rolliza para su uso directo (agricultura y construcciones rústicas), energético (leña para combustible, específicamente para los centrales azucareros, producción de carbón, sobre todo para la exportación), entre otros—.
Los bosques de protección, por su parte, son creados para la conservación de los recursos renovables existentes, como las aguas y los suelos, las cuencas hidrográficas, los litorales y las zonas costeras; y los de conservación, para la preservación de la biodiversidad.
De acuerdo con el Doctor en Ciencias Pedro Pablo Henry Torriente, director adjunto del Instituto de Investigaciones Agro-Forestales (INAF), "cuando se reforesta y se crea un bosque, se ayuda a la respiración del planeta pues mediante el proceso de fotosíntesis los árboles absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno, imprescindible para la vida".
Además, señaló, se protege el suelo contra la erosión, no solo la hídrica, sino también la eólica. En el caso de las zonas costeras, por ejemplo, la reforestación contribuye a paliar los efectos del cambio climático pues constituyen la única barrera terrestre natural que retarda los efectos del aumento del nivel medio del mar y de la intrusión salina en los acuíferos subterráneos.
REFORESTACIÓN, ALTERNATIVAS Y CONDICIONES ACTUALES
De acuerdo con la ingeniera Isabel Russo Milhet, directora forestal del MINAG, el Programa de esa entidad para el año en curso posee entre sus prioridades no solo la conservación de los bosques, sino también de su biodiversidad y de los ecosistemas.
Con este propósito, señaló, se adoptó como medida disminuir el aprovechamiento en las zonas costeras, frágiles y montañosas y potenciar, en cambio, los bosques de protección y conservación.
Para mitigar los efectos de esa medida y posibilitar una solución para la demanda de recursos madereros en el país —mayor que los volúmenes que ofrecen los bosques—, desde el 2011 se practica en Cuba, además de la reforestación tradicional, la silvicultura con manejo intensivo conocida también como lignicultura, según indicó el director adjunto del INAF.
Mediante el empleo de esa técnica, significó Henry Torriente, se pretende obtener mayores volúmenes de madera en una superficie mínima, constituyendo la única vía para el logro de este propósito el desarrollo de una silvicultura idónea que debe estar fundada en los principios del manejo forestal sostenible y la demanda de la economía nacional.
"Para los próximos años se prevé plantar con este objetivo más de 200 mil hectáreas que están definidas en los diferentes polos productivos del país. El propósito no es solo obtener mayores volúmenes a mediano plazo, sino también lograr un producto maderable superior en calidad.
"Las especies utilizadas para el manejo intensivo deben cumplir diferentes requisitos entre los que se encuentran: empleo de semillas genéticamente mejoradas, así como especies de crecimiento rápido que respondan satisfactoriamente a la calidad de los sitios seleccionados para establecer las plantaciones, además de proporcionar madera con características físico-mecánicas y tecnológicas acorde a los usos previstos."
Hasta el momento, las especies seleccionadas en una primera etapa son el pino macho, el eucalipto, la majagua, la baría, la teca y la acacia.
DE CARA AL FUTURO
El adecuado manejo de los recursos forestales, así como la repoblación de la superficie de la Isla, resultan indispensables para el desarrollo armónico y sostenible de todos los sectores del desenvolvimiento nacional.
De ahí que el Programa de la Dirección forestal del MINAG promueva para el año en curso la integración interdisciplinaria, el predominio de las buenas prácticas en cuanto al manejo de los bosques y la disciplina tecnológica a favor de lograr un óptimo tratamiento del patrimonio forestal cubano.
A ello se une, según anunció la directora forestal, la inclusión por vez primera de estudios de factibilidad para la concepción del Programa, con el objetivo de conocer la viabilidad de los proyectos a realizar en esta esfera.
No se trata de acometer la reforestación en términos de cantidad de superficie cubierta, como una meta o campaña a corto plazo (como las movilizaciones de siembra de posturas que luego nos llenan de resultados triunfalistas en cuanto a reforestación, pese a que nadie se preocupa por conocer cuántos árboles efectivamente prendieron raíces); sino como un proceso integrado donde la responsabilidad, la cooperación institucional y el estudio de las condiciones medioambientales actúen a favor de su adecuado manejo.
Proteger y preservar los bosques, constituye una garantía para las futuras generaciones. El bosque es vida y en nuestras manos está salvaguardarlo. |
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Apostar por la biodiversidad
Orfilio Peláez pelaez@granma.cip.cu
Con más de 200 millones de años de evolución sobre el planeta, los mamíferos son vertebrados que habitan en las más disímiles zonas geográficas, incluyendo desiertos, océanos, y las regiones polares.
En ellos hay especies voladoras, otras habitan en el mar, y algunas pasan casi toda su vida bajo tierra. Llama la atención, además, los contrastes entre los tamaños que pueden alcanzar, desde murciélagos sumamente pequeños, hasta la gran ballena azul, cuya longitud llega a rebasar los treinta metros.
Las investigaciones desarrolladas por el doctor en Ciencias Biológicas Rafael Borroto, (en primer plano) demuestran el daño causado a la fauna autóctona por la introducción de mamíferos invasores.
Uno de los rasgos más característicos de estos animales es la presencia de glándulas mamarias que producen leche para alimentar a las crías.
Las investigaciones desarrolladas por diferentes instituciones nacionales permiten plantear que ya en el Mioceno inferior (hace aproximadamente 25 millones de años) existían en Cuba roedores, perezosos y primates.
En la actualidad estos dos últimos grupos no tienen representantes vivientes en nuestro país y solo pueden conocerse a través del registro fósil.
Hoy los mamíferos de la mayor de las Antillas enfrentan las amenazas derivadas de la pérdida y fragmentación de su hábitat natural por diversas causas, y de la introducción deliberada o accidental de especies invasoras, factor que históricamente ha sido responsable en gran medida de no pocas extinciones de la fauna autóctona, y en otros casos de la significativa reducción de sus poblaciones.
Las ratas negras son depredadores de algunos animales endémicos cubanos.
BAJO PESQUISA
Para el doctor en Ciencias Biológicas Rafael Borroto Páez, del Instituto de Ecología y Sistemática del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, el complejo panorama creado por la presencia de mamíferos "intrusos" demanda aumentar el rigor de las investigaciones que conduzcan a la adopción de programas más efectivos de control y manejo, sobre todo en aquellos lugares donde hay ejemplares endémicos en peligro de extinción.
En nuestro archipiélago, precisó, el número de mamíferos invasores ronda la cifra de 30 y las especies más dañinas y abundantes son la rata negra, el ratón casero o guayabito, la rata parda, los gatos, perros y puercos jíbaros, y la mangosta.
Respecto a la rata negra, Borroto explicó que al parecer llegó a Cuba durante las primeras expediciones de los colonizadores españoles y hoy se encuentra en prácticamente todo el territorio nacional, y en la mayoría de las áreas protegidas.
Según plantea el investigador, está considerada una de las principales plagas que afectan el cultivo de la caña de azúcar, el cacao (en la parte oriental del país las pérdidas han significado en ocasiones cerca del 50 % de la cosecha), café y coco.
También ocasionan daños a los frijoles, tomate, piña, maíz y casi todos los frutales, mientras son depredadores de moluscos endémicos cubanos y en peligro de extinción como las polimitas, y contribuyen a la desaparición o declinación de poblaciones de aves marinas y terrestres.
Estudios recientes la vinculan con la pérdida de la jutía de la tierra (Mesocapromys sanfelipensis), endémica de los cayos de San Felipe, al sur de Pinar del Río.
Otras especies de aves muy raras de ver, como la gallinuela de Santo Tomás, y la Ferminia, endémicas locales de la Ciénaga de Zapata, pudieran estar acechadas por la rata negra y otros mamíferos invasores, en particular sus nidos y pichones, subrayó.
Conocida erróneamente en Cuba con el nombre de hurón, la mangosta fue introducida en nuestro país en la segunda mitad del siglo XIX, y en los últimos años se aprecia un incremento en su frecuencia de observación en la región oriental, como sucede en zonas montañosas del Parque Nacional Alejandro de Humboldt. Es uno de los posibles factores que influyen en la extinción de la fauna nativa.
Si bien existe en el presente una mayor conciencia de la real dimensión del problema creado por los mamíferos invasores, lamentablemente las acciones para mitigar sus impactos son insuficientes y ello deviene en una suerte de espada de Damocles que amenaza la supervivencia futura de valiosos ejemplares de la diversidad biológica cubana, subrayó Borroto. |
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25 de abril de 2014, 00:50La Habana, 25 abr (PL) Con unas melodías flamencas que recuerdan inevitablemente al magistral Paco de Lucía (1947-2014), el joven guitarrista español Javier Conde conquistó al público habanero en su primer gran concierto en Cuba.
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