El Versalles de Stalin

Fuentes, esculturas, 136 hectáreas de parques, 250 pabellones de exposiciones, cada uno de los cuales constituía una obra maestra de la arquitectura o una construcción original y genuina. Ahora la VDNJ se encuentra casi en el centro de Moscú -la ciudad ha crecido mucho en los últimos años-, pero a finales de la década de 1930 se hallaba en los suburbios y en su terreno se levantaba un campamento zíngaro.

Cinco años duraron las obras de construcción. Metro a metro los constructores fueron forzando a los zíngaros a marcharse de aquel lugar: talaron el bosque, recubrieron con hormigón la superficie. Incluso corrió la leyenda de que para el recinto ferial en construcción tendieron especialmente un ramal separado del metro de Moscú, para transportar las piezas de exposición.

Durante los dos primeros meses y medio visitaron la VDNJ tres millones de personas. Al año siguiente, de nuevo se recibieron millones de visitantes. Allí se transformaban los destinos de las personas, llegaban como trabajadores rasos y salían laureados en concursos, condecorados, y cuando volvían a sus regiones su carrera laboral despegaba de un modo vertiginoso. 

 

Fuente: Alamy / Legion Media

En 1941, tomando como localización este lugar, el director Iván Píriev rodó una de las comedias cinematográficas más populares de la época, Svinarka i pastuj (La porquera y el pastor), acerca de una campesina rusa y un pastor daguestaní que, tras conocerse en la VDNJ, se enamoran. 

Al estallar la Segunda Guerra Mundial en 1941, el centro de exposiciones se clausuró y muchas de sus piezas museísticas fueron evacuadas de Moscú. Pero lo que es curioso es que durante todo el tiempo que duraron los bombardeos alemanes sobre el terreno del recinto ferial no cayó sobre él ni una sola bomba y ninguna de sus construcciones sufrió daños. 

Un campeonato de trabajo

El Estado no escatimaba dinero para la VDNJ: era una construcción de grandes dimensiones y un lugar de paso, alojamiento y alimento de delegaciones procedentes de todos los puntos del país. Abundaban las medallas y los diplomas. El gobierno prodigaba premios: los títulos y las distinciones se repartían a miles.

Este sistema funcionaba mejor que cualquier propaganda. Cuando cientos de miles, millones de personas, volvían a sus ciudades o aldeas y hablaban de la riqueza y la majestuosidad de Moscú, de la calurosa bienvenida que les habían dispensado, todos entendían adónde debían dirigirse, sólo había que trabajar bien.

Fuente: Ria Novosti

El país al completo se convirtió en un gran campeonato cuya finalidad era establecer récords en el campo de la industria y de la agricultura.

Leyendas urbanas

Abundan las leyendas sobre la VDNJ. Algunas de ellas, por cierto, son ciertas. Durante un tiempo circularon rumores insistentes con respecto a que allí había un búnker con reservas de agua y comida en caso de que estallara una guerra. En este búnker 300 personas podían pasar allí metidas dos días enteros con toda tranquilidad.

Resultó que esta historia es verdadera. Hasta el búnker conducía un pasadizo secreto, situado bajo una escultura de Lenin. Cuando después del colapso de la URSS retiraron en todo el país los monumentos a Lenin, éste no lo tocaron. 

 

Fuente: Ria Novosti

En la década de 1950 en el pabellón Kosmos se levantó una gigantesca escultura de Stalin, de 25 metros de altura. Pero pocos sabían que en el interior del enorme monumento a Stalin se encontraba otro pequeño monumento al mismo líder. Igual que una matrioshka. El hecho es que al principio habían hecho una maqueta de la escultura, la habían construido, llegó una comisión y dio el visto bueno. Pero cuando empezaron a erigir el gran Stalin surgió una pregunta: ¿qué hacemos con el pequeño? Nadie osó dar la orden de destruirlo, en pleno culto a la personalidad” tal acto podía acarrear una pena de cárcel. Por eso, decidieron ocultar cuidadosamente  la maqueta dentro de la escultura grande.

También se cuenta que durante una vista de Stalin para comprobar en persona cómo transcurrían las obras de construcción del pabellón 'Gruzia' (Georgia), él era georgiano, se puso a fumar su pipa. En ese momento se acercó a él un vigilante y, temblando del miedo, le dijo: “Camarada Stalin, aquí está prohibido fumar”. Stalin apagó la pipa. El vigilante estaba preparado para ser arestado de un momento a otro. Pero al cabo de unos días le enviaron a un mensajero del Kremlin que le entregó una carta junto con un premio en metálico por el celo demostrado en su labor durante la visita de Stalin.

 

Fuente: ITAR-TASS

Época de Renacimiento

Después de la disolución de la Unión Soviética la VDNJ se sumió en un sueño letárgico. 

Este monumento al trabajo ya no era necesario para la nueva ideología. Los pabellones se empezaron a alquilar a diferentes tipos de tiendas y mercados. Allí se podía encontrar todo tipo de productos: miel, pieles, barras de incienso aromático, prendas de punto bielorrusas… Las avenidas de los parques se cubrieron de mala hierba, las construcciones quedaron inutilizadas.

En los últimos años se ha llevado a cabo una remodelación de los parques de Moscú, pero de la VDNJ nadie se ha ocupado. Respecto a esto, cabe decir que el complejo ferial es competencia federal mientras que el resto de parques moscovitas está en manos municipales.

Recientemente, el centro de exposiciones se ha traspasado a las autoridades de la ciudad.

Esto da pie a albergar esperanzas de que, en un futuro no muy lejano, se rehabiliten los pabellones, se realicen nuevas obras, se limpien los estanques y busquen una nueva ubicación a los comerciantes que ahora ocupan lo que otrora fue un templo, una obra maestra de la arquitectura de parque.