El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y su homólogo palestino, Mahmud Abbás, han firmado este viernes una serie de acuerdos en varias materias, entre ellas las de tributación, salud y cooperación energética.
Según informa el diario 'Noticias Al Día', entre los acuerdos bilaterales firmados en Caracas durante la visita oficial del líder palestino a Venezuela, están el convenio para evitar la doble tributación y la evasión fiscal y el tratado del suministro de combustible de origen venezolano a Palestina.
"Ha nacido PetroPalestina", declaró el presidente Maduro en una rueda de prensa que se celebró después de la reunión de los mandatarios refiriéndose a la cooperación entre la empresa estatal venezolana Petróleos de Venezuela y la Autoridad Palestina.
El mandatario se comprometió a garantizar el suministro del crudo y el diesel "que Palestina necesita para seguir fortaleciéndose y consolidándose" a pesar de los problemas que pueden surgir para hacer llegar el combustible a los territorios del país a causa del bloqueo de Israel.
Maduro también anunció la participación de Palestina como "observador especial" en los mecanismos de las alianzas regionales como PetroCaribe y el ALBA.
Entre los proyectos bilaterales de las naciones también se mencionó la creación del Centro de la Misión Milagro Palestino-Venezolano y el ingreso de jóvenes palestinos en las escuelas de medicina del país latinoamericano.
El banco ruso Gazprombank asignó a la empresa estatal venezolana PDVSA 1.000 millones de dólares para aumentar la extracción de petróleo en el estado de Zulia.
Rafael Ramírez, presidente de la empresa estatal venezolana PDVSA, señaló que el proyecto tiene como objetivo desarrollar el sector energético en Venezuela. Según el funcionario venezolano, el país ha firmado una serie de contratos similares con otras empresas internacionales para aumentar la extracción de petróleo.
"Es un ejemplo de cómo las relaciones de amistad entre Rusia y Venezuela contribuyen al desarrollo de proyectos que ofrecen ventajas para ambas partes", señaló el vicepresidente de Gazprombank, Alexander Muránov, que firmó el acuerdo por la parte rusa.
El préstamo se concede por un plazo de ocho años, según la agencia Bloomberg. Se supone que la inversión podría aumentar la producción de 63.000 a 104.000 barriles al día.
En este contexto cabe recordar que durante la reunión que mantuvieron este verano el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, se indicó que ambos Estados "tienen un gran plan de inversiones de más de 20.000 millones de dólares".
Entre los acuerdos alcanzados entre ambos países en junio de este año figura un pacto de cooperación entre Rosneft y PDVSA, petroleras rusa y venezolana respectivamente. También se firmó un protocolo que modifica el Acuerdo entre la Federación de Rusia y Venezuela sobre la Cooperación para el Desarrollo de Proyectos Estratégicos Conjuntos del 10 de septiembre de 2010, y un acuerdo para la construcción en Venezuela, entre Inter RAO y PDVSA, de una central térmica que producirá energía a partir de coque de petróleo.
"Ganar una pequeña guerra" en Venezuela permitiría a Obama incrementar su peso político, devolvería a Washington el dominio en el sector energético y proporcionaría a EE.UU. nuevo terreno para bases militares, opina el columnista ruso Nil Nikándrov.
"Lo que está pasando en Venezuela hoy en día recuerda mucho el escenario de 1973 en Chile: primero, debilitar, luego, comprometer y, finalmente, derrocar", asegura Nikándrov. Según él, la causa es muy simple: la imagen de Barack Obama tanto en casa como en el extranjero está "catastróficamente deteriorada", lo que le obliga a buscar todo tipo de "alternativas de emergencia" para restaurarla. Vencer a "un régimen casi marxista" en Venezuela sería la solución ideal. Le proporcionaría influencia política y le permitiría controlar las riquezas petroleras más importantes del mundo.
Sin embargo, estas no son las únicas razones. El plan estratégico de EE.UU. en Venezuela elaborado por la CIA y la Agencia de Inteligencia de la Defensa, entre otros servicios, prevé una desestabilización completa del país, incluyendo enfrentamientos sangrientos entre la oposición y las fuerzas del orden. Una vez se haya desarrollado esta situación, Washington la aprovechará como pretexto para trasladar sus bases militares a Venezuela desde Colombia, insiste el analista.
Las autoridades estadounidenses no parecen estar contentas con las negociaciones de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, asegura Nikándrov. El cese del conflicto armado que sacude Colombia desde hace más de medio siglo pone en peligro la permanencia de las bases militares estadounidenses en el territorio del país latinoamericano, por lo que Washington está buscando alternativas. Y Venezuela podría ser una de ellas. No es casualidad que, en el marco de misiones diplomáticas, EE.UU. esté enviando a Venezuela a especialistas que cuentan con una exitosa trayectoria en Irak, Afganistán y Libia. Además, son cada vez más frecuentes los casos de detenciones de periodistas estadounidenses que trabajan en las inmediaciones de objetos militares -aeropuertos, puertos, centros de control y radares- en territorio venezolano, denuncia el analista ruso.
Según el Gobierno de Venezuela, se trata de una guerra silenciosa que busca crear el caos social. "Venezuela está en la mira de la desestabilización. Se trata de una guerra sin rostros, sin responsables, y tiene como objetivo derribar el Estado y crear el caos social", declara el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
La Venezuela de Chávez encabezó en 2007 una lista de objetivos clave para el espionaje de la NSA. La agencia se mostró entonces preocupada de que la influencia del Gobierno venezolano perturbase los intereses de EE.UU. en Latinoamérica.
Se trata de una lista de seis objetivos prioritarios para el espionaje de la NSA en la que figuran también países como China, Corea del Norte, Irán, Irak y Rusia, según revela el diario 'The New York Times', que publicó el memorando oficial de la NSA de 2007 filtrado por el exempleado de la CIA Edward Snowden.
La misión de la agencia en el país sudamericano era "ayudar a los encargados políticos [estadounidenses] a evitar que Venezuela obtenga sus objetivos de liderazgo regional y persiga políticas que impacten negativamente sobre los intereses globales de EE.UU.", señala el documento.
De acuerdo con el rotativo, la agencia vigiló los correos electrónicos oficiales y personales de los diez funcionarios de más alto rango en el Ministerio de Planificación y Finanzas de Venezuela. Asimismo, resalta que el Gobierno del entonces presidente estadounidense, George W. Bush, se veía "compitiendo por el liderazgo en Latinoamérica con el líder venezolano".
La NSA ordenó analizar "la amplitud y profundidad de las relaciones de Venezuela con países de preocupación estratégica para EE.UU., particularmente Irán, Cuba, China y Rusia".
Sin embargo, uno de los asuntos que más parecía inquietar a la agencia era la posibilidad de que se alterara el suministro de petróleo de Venezuela, país que ocupa el tercer lugar como proveedor de crudo de EE.UU. Por ello, el documento también hace hincapié en vigilar la estabilidad del país y en particular la del sector energético.
El concepto chino del mundo "desamericanizado" contempla reformas significativas en la economía mundial, incluyendo el fortalecimiento de las posiciones del yuan en el campo energético, entre otros.
Según el Banco de Pagos Internacionales, el pasado mes de septiembre el yuan se situó entre las diez divisas más utilizadas del mundo, mientras que en 2004 ocupaba el puesto 35. Actualmente, aproximadamente el 16% del comercio exterior de China se realiza en yuanes, y de acuerdo con los pronósticos del banco HSBC, esta cifra podría aumentar hasta alcanzar el 30% ya en 2018.
El yuan ya se ha convertido en una de las monedas más usadas del mundo. Sin embargo, la divisa china sigue siendo parcialmente convertible: a diferencia de otras monedas, cuyo curso depende de la oferta y la demanda, el tipo de cambio del yuan es fijado diariamente por el Banco Popular de China con una variación máxima del 1%. Se espera que China logre la plena convertibilidad del yuan entre los años 2017 y 2020.
Luego, según advierten los expertos del portal Imperiya, en el horizonte económico aparecerá otro monstruo: el 'petroyuan', que superará al petrodólar, una vez las monarquías petroleras del Golfo entiendan que la hegemonía de EE.UU. llegó a su fin y que su consumidor principal se encuentra en Oriente.
En abril, la OPEP confirmó que en 2014 China podría superar a EE.UU. como el mayor importador de petróleo. La demanda china de petróleo ya ha cambiado la geopolítica y la red global de suministro del 'oro negro'. Por poner un ejemplo, el mayor comprador de crudo de Arabia Saudita ya no es EE.UU., sino China.
En 2012, las importaciones de petróleo de China se estimaban en un millón de barriles menos que las de EE.UU., pero en algunos meses del año, las tasas chinas alcanzaban a las de EE.UU. e incluso en varias ocasiones estaban cerca de superarlas.
No obstante, según señala el portal de análisis, la creciente dependencia del país asiático de importaciones de petróleo amenaza a la seguridad energética del país. Se espera que la dependencia del crudo de China a finales de 2013 llegue al 59,4%.
Por lo tanto, China está reforzando su flota y desarrollando contactos continentales con los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que necesita para proteger los suministros de petróleo. Las autoridades del país asiático se dan cuenta de que para garantizar su acceso a los mercados mundiales de petróleo Pekín se verá obligado a convertirse en una superpotencia militar.
Si Rusia, Irán, Angola, Sudán y Venezuela finalmente llegan a vender el petróleo a China en yuanes, cinco millones de barriles diarios dejarán de negociarse en dólares estadounidenses, que serán reemplazados por el 'petroyuan'.
El mundo necesita un nuevo consenso. La nueva era exige nuevas instituciones que sustituyan al Banco Mundial, al FMI y a la OMC, y los países BRICS van a asumir la responsabilidad de materializarlas, opina el economista y escritor Laurence Brahm.
En su artículo publicado en el diario ruso 'RBC Daily' el experto destaca que la crisis de las antiguas instituciones financieras creadas en el marco del sistema de Bretton Woods después de la Segunda Guerra Mundial ha permitido que se intensifique el protagonismo de los países BRICS, que van a cambiar la arquitectura financiera global.
"Se suponía que [el Banco Mundial, el FMI y la OMC] iban a garantizar la estabilidad de la económica mundial, pero desde la década de 1970 estas instituciones se han inclinado ideológicamente hacia la política del extremismo de mercado y el orden neocolonial. En cierta manera fueron sus políticas fundamentalistas lo que propició la crisis de 2008", destaca Brahm.
"En este sentido, a nivel supranacional la tarea de reconfigurar la arquitectura financiera global recae en manos de los países BRICS. Su influencia va a crecer. También hacen uso de la economía integrada en lugar de seguir las políticas del Consenso de Washington del fundamentalismo de mercado", explicó.
El bloque BRICS se distancia del dólar
Y para conseguirlo el bloque BRICS cumple con todos los requisitos. Los países alcanzaron acuerdos comerciales bilaterales fuera de la OMC, estableciendo los precios de los bienes dentro de los límites de los cestos de monedas mixtas, lo que cambia radicalmente la precepción de la economía mundial. Ahora los países BRICS están preparando una 'hoja de ruta' para crear un nuevo banco de desarrollo, un fondo de estabilización y un mecanismo para la resolución de disputas comerciales que puedan hacerse cargo de las funciones que antes correspondían al Banco Mundial, el FMI y la OMC, en un intento de trabajar en paralelo.
Para tener la posibilidad de influir en los asuntos económicos globales, China y otros países BRICS han decidido que es hora de crear un nuevo consenso global. En marzo de 2012 los líderes de los países BRICS emitieron la Declaración de Nueva Delhi, que aboga por un nuevo sistema financiero.
En marzo de 2013, en Sudáfrica los líderes de los países BRICS, además de una 'hoja de ruta' para la creación de un banco del BRICS como alternativa al Banco Mundial, acordaron establecer un consejo de negocios de los BRICS que actuará como órgano de administración de la zona de libre comercio, un órgano que crearán los BRICS para trabajar en paralelo con la OMC.
"Se puede esperar que como alternativa el banco de los BRICS ofrecerá préstamos no limitados por condiciones, pero a tasas de interés más altas, es decir, utilizará un enfoque más empresarial. Además, podrá financiar proyectos en sectores en los que el Banco Mundial no trabaja, por ejemplo en el campo de los biocombustibles o la energía nuclear. El siguiente paso lógico sería la creación de un fondo de estabilización de los BRICS como una alternativa al FMI, lo que puede requerir la creación de una nueva moneda de reserva global. Es posible que se incluya en la cesta el real, el rublo, la rupia, el yuan y el rand. Está claro que los países BRICS se esfuerzan por ser menos dependiente del dólar de EE.UU.", explica el economista.
"Al convertirse en una alternativa viable al FMI, el fondo de 'emergencia' será capaz de cambiar las placas tectónicas del sistema financiero global. El fondo de estabilización de los BRICS podría alcanzar 240.000 millones de dólares en moneda extranjera, que es más que el PIB combinado de 150 países. Esto aumentará el prestigio de los países BRICS no solo como centros de poder regional, sino también como una fuerza con la que sus vecinos podrían distanciarse del subdesarrollo", concluyó.
Irán quiere formar parte del grupo BRICS y de sus mecanismos financieros, señaló el viceministro de Economía y Finanzas de la República Islámica, Behruz Alisherí.
"Irán apoya al grupo BRICS, está dispuesto a convertirse en uno de sus miembros y a formar parte de su fondo de reserva", dijo el viceministro citado por varias fuentes iraníes.
Los países que integran el bloque BRICS son Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
En su cumbre en Sudáfrica, celebrada la primavera de este año, los países BRICS acordaron crear la Fundación de las Reservas de Divisas, cuya cuantía debería situarse en 100.000 millones de dólares. Rusia, Brasil y la India aportarán hasta 18.000 millones de dólares cada uno, mientras que China asignará 41.000 millones y África del Sur 5.000 millones.
El grupo, cuyo PIB conjunto suma el 21% del mundial, se unió para romper el dominio occidental sobre instituciones financieras como el FMI y el Banco Mundial. Rusia y China consideran que los BRICS son una plataforma útil para democratizar el orden financiero internacional.
EE.UU. y la UE parecen decididos a crear una zona de libre comercio de escala transatlántica, algo que muchos ven como un intento de detener el avance de China, Rusia y otros países en desarrollo.
Según expertos del sitio ruso Finmarket un nuevo monstruo comercial podría pronto desafiar al mundo. En julio de 2013 EE.UU. y la Unión Europea ya empezaron a elaborar las prioridades para el futuro Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones.
En teoría, una zona de libre comercio beneficiaría a los países de ambos lados del Atlántico. La economía de EE.UU. recibiría anualmente 90.000 millones de euros adicionales, y el presupuesto de la UE sería complementado con 100.000 millones de euros adicionales. Según las estimaciones de la Comisión Europea, si la zona se lanzara en 2015, en Europa se crearían 400.000 nuevos puestos de trabajo, y cada hogar europeo obtendría un aumento en sus ingresos de unos 545 euros.
Funcionarios europeos sostienen que el resto del mundo también saldría ganando: gracias a la zona de libre comercio la economía mundial debería aumentar en 100.000 millones de euros. Sin embargo, los países en desarrollo no deben llevarse a engaño, advierte el economista del Banco Mundial Aaditya Mattoo, que supervisa la integración comercial en el Banco Mundial y se muestra preocupado por varios aspectos del acuerdo inminente.
No hay lugar para Rusia y China
Se supone que en la nueva zona de libre comercio los impuestos se reducirán. Dado que el nivel actual de las tarifas comerciales en EE.UU. y en Europa ya es bajo (menos del 3% de promedio), los socios podrán importar bienes prácticamente gratis con la excepción de artículos con grandes aranceles aduaneros, como los zapatos.
Sin embargo, no será posible importar todo a los países desarrollados. Probablemente EE.UU. y la UE establezcan normas de alta calidad. Es posible que el importador tenga que obtener un certificado de conformidad en cada país de la UE. Ya existen ejemplos de este tipo de acuerdos.
Aunque las naranjas brasileñas pueden ser vendidas en Portugal, no puede llegar a otros países europeos sin un control adicional. Para avanzar en el continente europeo, las empresas brasileñas tienen que rogar literalmente a docenas de funcionarios europeos.
Esto significa que, en primer lugar, los países en desarrollo van a sufrir tras el lanzamiento de la nueva zona de libre comercio, predice Mattoo. "Si se va a crear una alianza transatlántica, los más vulnerables serán los productos procedentes de China, India y Rusia", destaca el economista.