Atentado a Aída Avella
Si el ministro Pinzón dice que fue la guerrilla, es porque el atentado lo cometieron militares y paramilitares
Por Camilo Raigozo. Notimundo
Sí hay algo claro, probado y concreto que haya dejado como enseñanza el genocidio contra la Unión Patriótica, es que los autores materiales fueron sicarios militares y paramilitares.
Sobre los criminales intelectuales desafortunadamente se sabe poco. Están impunes. Han sido hasta ahora más poderosos que la caricatura de justicia que hay en Colombia.
En el atentado contra los candidatos de la Unión Patriótica Aída Avella y Carlos Lozano, el pasado domingo en Arauca, el modus operandi militar-paramilitar no ha variado desde la perversa estrategia del “baile rojo” craneada por altos mandos militares desde los cuarteles para exterminar a la UP y al Partido Comunista.
El genocidio de la UP, las horrendas masacres, los asesinatos selectivos y los desplazamientos masivos, en los últimos 30 años dejaron otra experiencia bien clara y probada: la complicidad entre militares, paramilitares, policías, gobiernos, narcotraficantes, empresarios y medios de comunicación, entre otros.
Por ejemplo en la masacre que cometieron paramilitares y militares conjuntamente en San José de Apartado el 21 de febrero de 2005, en el que tres niños y cinco adultos fueron degollados y descuartizados, lo primero que dijo el ministro de defensa de ese entonces y los altos mandos castrenses, así como el presidente Uribe y los medios de comunicación, fue que la barbarie había sido cometida por las FARC EP.
Ocurrió lo mismo en la masacre de Santo Domingo, Arauca, donde la Fuerza Aérea asesinó a 17 personas, varios niños entre ellas, y dejó heridas a otras 27, el 13 de diciembre de 1998. “Fueron los bandidos de las FARC”, sostuvieron los cómplices hasta que la Corte IDH condenó al Estado.
Y así masacre por masacre, asesinato por asesinato, desplazamiento por desplazamiento. Los mismos autores, la misma estrategia y la verdad también asesinada.
¿Por qué el régimen que preside Santos no acepta la propuesta de las FARC EP en La Habana de crear una comisión de la verdad compuesta por personalidades nacionales y extranjeras que esclarezca la verdad sobre las víctimas que ha dejado el conflicto armado? ¿A caso tienen miedo los cómplices que el país y el mundo sepan la verdad?
Sobre el atentado del pasado domingo en Arauca contra Aída Avella y Carlos Lozano, el ministro de guerra y represión, Juan Carlos Pinzón, dijo sin ningún respeto a la inteligencia de los colombianos, que había sido cometido por la guerrilla del ELN.
Dijo Pinzón que la inteligencia militar había interceptado conversaciones entre miembros de esa guerrilla en las que se referían a los disparos a la caravana de la UP.
“Dicen que había unos muchachos de ellos en la carretera que abrieron fuego cuando la camioneta no se detuvo”, sostuvo Pinzón. Desde luego, los medios de comunicación cumplen su papel haciendo de caja de resonancia del ministro.
Por su parte el director de la Policía, general Rodolfo Palomino, minimizó la acción criminal con el argumento de que "solo fueron tres los impactos que recibió la camioneta hechos desde afuera".
Cualquier treta es buena para ocultar la verdad y encubrir a los verdaderos responsables, como ha ocurrido en el pasado.
Luego se inventará el ministro y sus secuaces la aparición de computadores, memorias, discos duros, palomas mensajeras, cualquier cosa, que “confirme que fue el ELN el autos del atentado”, mientras lo criminales disfrutan impunidad.