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General: Arremete ministro de Defensa contra fallo de Corte colombiana
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 25/10/2013 12:11
Arremete ministro de Defensa contra fallo de Corte colombiana PDF Imprimir E-Mail
Escrito por Anubis Galardy   

24 de octubre de 2013, 17:18Por Anubis Galardy

Imagen activaBogotá, (PL) El ministro de Defensa colombiano, Juan Carlos Pinzón, arremetió hoy aquí contra la Corte Constitucional, que decretó la víspera el hundimiento de la reforma al fuero militar, tramitada por él durante dos años en el Congreso.

En una reacción calificada aquí de airada, manifestó que en Colombia "las instituciones más respetadas por nuestros ciudadanos son las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, muy por encima de los partidos políticos y el Congreso de la República".

La iniciativa de ley desató desde el principio una oleada de cuestionamientos y críticas por parte de sectores del propio Congreso, partidos políticos, organizaciones no gubernamentales, la Corte Penal Internacional, Naciones Unidas, personalidades de la política y el arte, Premios Nobel de la Paz y la sociedad civil, entre otros.

La Corte decretó ayer su hundimiento por vicios de trámite, procedimientos e inconstitucionalidad, al haberse aprobado la iniciativa 02 de 2012 en la Cámara de Representantes en el mismo momento en que había comenzado la plenaria de esa corporación, lo cual, según el magistrado Nilson Pinilla, afectó el debate y precipitó la votación en un tema trascendental.

Tal simultaneidad contraviene, agregó, lo estipulado por la Ley Quinta de 1992 de la Carta Magna, que regula la actividad parlamentaria, que veta esa dualidad.

El desplome de la norma jurídica dejó automáticamente sin efecto la ley que la reglamentó, aprobada por el Congreso en diciembre de 2012, en un candente debate que dividió en dos al parlamento.

Durante una de esas sesiones, el senador Armando Bendetti expresó: "veo al ministro de Defensa liderando en el Congreso el proyecto para tener liderazgo sobre los militares". Además, advirtió, "el Gobierno no nos puede dejar esto en plena turbulencia de un proceso de paz con las FARC-EP sin cese del fuego".

Un grupo de congresistas colombianos, encabezados por Iván Cepeda interpuso el 15 de febrero de este año una demanda contra "un norma jurídica que otorgaba a tribunales castrenses la potestad de juzgar delitos de tipo humanitario cometidos por uniformados, como las ejecuciones extrajudiciales contra civiles, reportados como guerrilleros caídos en combate", los casos conocidos como falsos positivos.

También se haría cargo de las infracciones cometidas en actos de servicio por miembros de las fuerzas de seguridad del Estado e introducía el concepto del llamado blanco legítimo, mediante el cual se otorgaba a la fuerza pública la posibilidad de atacar a un civil, si en una acción militar se presumía una alta probabilidad de que ese civil pudiera ser hostil.

A la demanda, presentada a la Corte Constitucional, se unieron la organización no gubernamental Comité de solidaridad con los presos políticos y la Comisión Colombiana de Juristas.

Los demandantes alegaron que, en el proceso de elaboración del Acta Legislativa "se violó el principio de unidad de materia y se hizo caso omiso a las cifras de impunidad ascendentes al 98 por ciento en los casos de falsos positivos y ejecuciones extrajudiciales de civiles".

La ampliación del fuero penal militar, subrayaba el texto, deja en manos de los uniformados la administración de justicia para sus propios delitos y constituye un riesgo para un país en guerra como Colombia.

Al incorporar vicios de inconstitucionalidad, reiteraba, la reforma "nos pone en el ojo del huracán frente a los organismos internacionales de defensa de los derechos humanos".

Un informe de la Corte Penal Internacional, presentado por la Federación Internacional de Derechos Humanos, subrayó el riesgo que representaba una reforma que ampliaba el mencionado fuero a graves violaciones de derechos humanos e infracciones del Derecho Internacional Humanitario.

En un comunicado señaló que el proyecto aprobado por el Senado podría interpretarse como una "ausencia de voluntad" del Gobierno de juzgar y sancionar a los más altos responsables militares de crímenes de civiles, propiciando una investigación por parte del Tribunal de la Haya, "en virtud del principio de complementariedad".

Por su parte, la ONU manifestó en reiteradas oportunidades su preocupación ante el hecho de que "crímenes tan graves como las desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y desplazamiento forzado, entre otros, quedaran bajo la competencia de la jurisdicción penal militar".

El hundimiento de la reforma tuvo una repercusión inmediata en los diversos sectores de la sociedad colombiana, amplificado en las cuentas de Twitter con el calificativo de esperpento.

ls/ag


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De: Ruben1919 Enviado: 29/05/2014 20:10

Colombia: en juego la paz o la guerra en América Latina

29 mayo 2014 | +

La segunda vuelta de las elecciones presidenciales colombianas el 15 de junio tendrá una excepcional trascendencia para América Latina y el Caribe.

Si lograra imponerse el candidato uribista Oscar Iván Zuluaga, cuya campaña de guerra sucia dirigió Uribe, volaría el proceso de paz en La Habana entre las FARC y el gobierno colombiano y el país se precipitaría a una sangrienta intensificación de las hostilidades con esta guerrilla y la del ELN.

Zuluaga basó su campaña en la mano dura contra la guerrilla y declaró al día siguiente de su victoria en primera vuelta que suspendería “provisionalmente” las pláticas de paz en La Habana hasta que las FARC, a las que define como “el mayor cartel del narcotráfico en el mundo”, acepten un cese al fuego unilateral y otras condiciones onerosas. Esto equivale a pedir a la guerrilla que se rinda incondicionalmente, lo que pondría fin al prometedor proceso de paz.
Respecto a Venezuela, Zuluaga afirma que es “una dictadura” y que con él en la presidencia no podría seguir como garante del proceso de La Habana pues debe aplicársele la Carta Democrática de la OEA.

Es evidente que Uribe, apoyado por sus numerosos y belicosos seguidores de extrema derecha, echará toda la carne al asador para sentar a Zuluaga en el palacio de Nariño y empujarlo a la guerra contra Venezuela y eventualmente contra Ecuador y Nicaragua. No se olvide que en esas andaba cuando el sector de la oligarquía tradicional, representado por el hoy presidente Juan Manuel Santos le cerró el paso a sus intentos de reelección. Una vez en la presidencia, Santos se reunió con Chávez, pusieron a un lado sus grandes diferencias ideológicas y normalizaron y estrecharon las relaciones bilaterales, rotas por Uribe, cuya fluidez ha continuado con Maduro. Santos se insertó sin dificultades en los mecanismos de Unasur.

En cambio Uribe representa al sector oligárquico más subordinado a Estados Unidos, revanchista y vinculada con los sectores ultraderechistas de ese país, entre ellos la contrarrevolución cubana de Miami. El ex presidente viene de los sectores lumpen-burgueses surgidos de los negocios con el narcotráfico y el paramilitarismo y, es sin duda, el caudillo por excelencia de la derecha latinoamericana más sumisa a Washington.

Una guerra regional fratricida como la que sueñan Uribe y sus aliados en Estados Unidos liquidaría los avances conseguidos por nuestros pueblos después de la elección de Chávez a la presidencia de Venezuela(1998) en materia de independencia económica y política, autodeterminación y reconquista en varios países de muchos de los derechos sociales y bienes privatizados por el neoliberalismo.

Con la presidencia de Colombia a su disposición, Uribe intentará atraer a México y Perú a posiciones más derechistas, neutralizar los proyectos trasformadores de Bachelet en Chile y hacer cumplir a la Alianza del Pacífico el papel designado por Washington de Caballo de Troya contra los países del Alba, Unasur y la Celac.

Por el contrario, la reelección de Santos significaría la continuación del proceso de paz, una mayor inserción de Colombia en los mecanismos de unidad latino-caribeña, un mayor acercamiento a los gobiernos que abogan por ella y la continuación de una política mucho más respetuosa de los derechos humanos que la de los gobiernos de Uribe, como reconocen voceros de la izquierda colombiana de la alianza UP-Polo Democrático. Sin embargo, el apoyo de sus dos millones de votos para el presidente candidato aún espera por debates en curso. Sí apoyarán a Santos muy activamente los partidarios del alcalde Progresista de Bogotá Gustavo Petro, la izquierda del Partido Liberal y un número indeterminado de legisladores del Partido Conservador que están por la paz, aunque su candidata Marta Ramírez(2 millones de votos), cercana a Uribe, apoya a Zuluaga. Tampoco es seguro aún el respaldo a Santos del candidato “verde” Enrique Peñaloza.

Santos, superado por Zuluaga en primera ronda por casi medio millón de sufragios no tiene ninguna seguridad de ganar en segunda vuelta a menos que afine muy bien su estrategia, continúe sumando aliados y realice junto a estos un esfuerzo supremo.

En un contexto de 60 por ciento de abstención en primera vuelta, los votos de la izquierda y los partidarios de la paz pueden ser los decisivos para cerrar el paso a Uribe. Pero hay que convencer a esos votantes de la necesidad imperiosa de hacerlo por más reservas que guarden hacia Santos y sus políticas neoliberales.

Twitter: @aguerraguerra
(Tomado de La Jornada)



 
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