Como parte de las acciones dedicadas a los 500 años de la fundación de esta villa (que se cumplen en julio del 2015), el rescate emprendido en el emblemático Hotel Imperial, luego de alrededor de tres décadas cerrado, reportará un significativo aporte al fomento del turismo de ciudad y el embellecimiento de la calle Enramadas
SANTIAGO DE CUBA.— Como parte de las acciones dedicadas a los 500 años de la fundación de esta villa (que se cumplen en julio del 2015), el rescate emprendido en el emblemático Hotel Imperial, luego de alrededor de tres décadas cerrado, reportará un significativo aporte al fomento del turismo de ciudad y el embellecimiento de la calle Enramadas.
Ricardo Rodríguez Ríos, director de la unidad básica inversionista, de la Empresa Inmobiliaria del Turismo, señaló que a un costo superior a los ocho millones de pesos, la instalación recuperará el esplendor de su fachada ecléctica, mientras que totalmente climatizado, en su interior será dotada de modernos sistemas y el confort acorde con la categoría cuatro Estrellas.
Prevista para ser administrada por el Grupo Cubanacán, entre sus principales objetos contará en el primer nivel con recepción, carpeta y restaurante; dispondrá de tres ascensores y 36 habitaciones (tres semi suite) repartidas del segundo al cuarto nivel, y en la azotea exhibirá un snack-bar-mirador y el salón polifuncional.
Además, en el espacio contiguo que ocupara en Enramadas el mercado El Avileño, se incluirán escaleras de servicio y del sistema de evacuación contra incendios o en caso de eventos sísmicos, así como el servicio al aire libre de un bar-parrillada, con mesas y jardinería, para la atención directa de los visitantes.
Concebido todo mediante un diseño de la Empresa de Proyectos No.15, su proyectista general, arquitecto César Garrido Rodríguez, explicó que construido entre los años 1914-1915, el Imperial constituyó una de las piezas más significativas de la arquitectura santiaguera y el sistema de alojamiento de esa época en la ciudad.
“Es realmente una joya en el centro histórico de la ciudad, cuyo alto nivel de deterioro exige un proceso de intervención arquitectónico, que para preservar los valores eclécticos de la fachada prevé el rescate de los elementos decorativos y la reconstrucción de balaustres y balcones, entre otros preceptos.
“Interiormente —añadió—, se impone una reconstrucción que parte de la eliminación del nivel de oxidación de los elementos metálicos y el reforzamiento de la estructura, a la vez que tras la demolición requerida en algunas divisiones y entrepisos, que contribuirá a disminuir la carga del edificio, la posterior restitución será con elementos aligerados”.
Para tales fines se dispondrá de pinturas ferroprotectoras, resinas, mortero químico, hormigón aligerado, panelería ligera con aislante acústico, y carpintería de PVC para la recuperación de la línea del diseño original del edificio, que en su fachada rescata el sistema de toldos olvidado en Enramadas.
La ejecución de la obra, que obviamente contempla todas las redes hidráulicas, sanitarias, eléctricas y mecánicas, el decorado y la ambientación, está a cargo de ingenieros, técnicos y operarios de Emprestur, quienes por su alto valor patrimonial y la privilegiada ubicación, asumieron el compromiso de concluirla en julio del próximo año.