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General: LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE NUESTRA AMÉRICA
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Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 21/03/2014 05:52

Comienza V Cumbre de pueblos indígenas en el Cauca colombiano

10 noviembre 2013 Haga un comentario

indigenas_waorani-e13430661235491Unos tres mil indígenas de los países del continente americano se reunirán desde hoy en Piendamó, en el sureño departamento colombiano del Cauca, en la V Cumbre Continental, un espacio para desarrollar y articular propuestas entre esos pueblos originarios.

La cita, con sede en el resguardo La María, aúna a esas organizaciones nativas en pro de construir “un nuevo paradigma civilizatorio sustentado en el buen vivir, los derechos de la madre tierra y la plurinacionalidad”, afirman sus organizadores.

Organizada con el apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a la Cumbre asistirán hasta el próximo 16 de noviembre representantes de países como Venezuela, Brasil, Guyana, Guyana Francesa, Suriname, Bolivia, Perú, Paraguay, Ecuador, Guatemala, Panamá y México, y una significativa delegación de Estados Unidos y Canadá.

Colombia en calidad de anfitriona participará con 120 autoridades indígenas de nueve departamentos y otros mil representantes.

Indígenas de las etnias piaroa, puinave, sikuani, curripacos y cubeos, entre otros, participarán en esta jornada preparatoria con miras a la I Conferencia Mundial sobre la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas, el año próximo.

“Hoy más que nunca la madre tierra nos convoca para seguir defendiéndola a lo largo y ancho del Abya Yala, y nosotros no podemos ser inferiores a ese mandato y reto”, apuntó el Consejero Mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia, Luis Fernando Arias.

Los pueblos nativos centrarán sus debates en siete ejes temáticos, entre ellos el modelo de desarrollo, salud y educación, y territorio y bienes naturales, en el que profundizarán sobre el derecho a la consulta y consentimiento previo, libre e informado.

De forma paralela se desarrollará la asamblea continental de comunicación indígena y la segunda cumbre continental de mujeres indígenas.

La Cumbre se realizó por primera vez en el año 2000 en México. El pasado año reunió a más de seis mil representantes de los pueblos originarios del continente a orillas del lago Titicaca, entre los territorios de Bolivia y Perú.

(Con información de Prensa Latina)



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Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/03/2014 05:53

¿Y si no fuéramos genéticamente mestizos?

10 noviembre 2013 31 Comentarios
Niños en Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Niños en Santo Tomás. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Para enfrentar con eficacia el racismo es necesario conocerlo a fondo y desentrañar sus trampas. De lo contrario, podemos quedar enredados en ellas, poderosas y capaces de camuflarse “inocentemente” en intersticios del lenguaje, que no es un simple código de señales, sino el medio natural —el más expedito y asiduo, junto con la conducta— para la expresión de la conciencia. Las trampas mencionadas surten efecto incluso al abogar por “la igualdad de las razas humanas”, pues esos términos suponen aceptar la existencia de razas en la especie, y ello es medular en el cogollo del engaño. El nombre del mal, racismo, refuerza los prejuicios, aunque se use para combatir la realidad que designa, pues él surgió de la errónea aplicación de divisiones raciales en el género humano, y la lleva implícita.

Cuba tiene especial y honrosa responsabilidad en el cultivo de una herencia iluminadora si las ha habido: la que, como parte de su pensamiento, José Martí legó a este país y al mundo más de un siglo antes de que la ciencia probara, con descubrimientos relativos al genoma humano, que la humanidad es una sola, a despecho de las diferencias externas entre sus integrantes. En Nuestra América, ensayo publicado en enero de 1891, Martí negó radical y fundadamente que hubiera razas en los humanos.

Ese juicio se ha citado incontables veces, pero la persistencia mundial y local de las falacias por él refutadas, confirma que urge reiterarlo mucho más, como el concepto revolucionario que es:

“No hay odio de razas, porque no hay razas. Los pensadores canijos, los pensadores de lámparas, enhebran y recalientan las razas de librería, que el viajero justo y el observador cordial buscan en vano en la justicia de la Naturaleza, donde resalta en el amor victorioso y el apetito turbulento, la identidad universal del hombre. El alma emana, igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma y en color. Peca contra la Humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio de las razas”.

Frente a infundios que siguen calzando el racismo, la cita es una trinchera de ideas en los afanes para erradicarlo. Marcada por ese mal, la lucha de clases se cromatizó especialmente a partir de 1492, hito en el inicio de una mundialización con la cual los opresores fabricaron mayor diversidad de “argumentos” para blindar sus intereses. Hasta los conocidos sucesos de aquel año las fuerzas dominantes europeas habían esclavizado a masas poblacionales que tenían igual o similar color que el suyo; pero las colonizaciones y las conquistas entonces desatadas hicieron del color de la piel un recurso más para la dominación.

La expansión experimentada en el planeta la capitalizaron aquellas fuerzas para arrogarse el “derecho” de someter a comunidades que, por ser de otros colores epidérmicos, fueron tildadas de inferiores y carentes de alma, y obligadas a servir como bestias de labor. En contraposición se idealizó la falsa blancura como título nobiliario (para los poderosos: no de igual modo para los pobres). Todo ello se implantó en la esfera de la ideología, aunque nadie sea exactamente de ninguno de los colores decretados en ese rejuego como distintivos de supuestas razas.

Con respecto en particular al África, los efectos de la melanina se tomaron para urdir criterios con los cuales presentar la esclavitud como un mandato divino. En el interior de aquel continente existía ya dicho flagelo, sobre la base de diferencias sociales que no podían justificarse por diferencias de color, sino, como en todas las latitudes, por la fuerza material de los opresores. Ocurría también en los territorios identificados como de gente cobriza, que fue el caso de las tierras que los europeos denominaron América y a cuyos pobladores originarios impusieron el régimen de encomiendas, una forma de esclavitud; y similar suerte corrió Asia, con poblaciones también supuestamente cobrizas, y amarillas, según la región. En estos apuntes los colores aplicados a seres humanos aparecen sin comillas para simplificar la escritura, no porque tal aplicación se acepte como válida.

Los atajos por donde asoma o se oculta el racismo —un mal que solapa relaciones sociales determinadas por la clase de la cual se forma parte— son intrincados, y han hecho valer falacias variopintas: entre ellas, contraposiciones del tipo de facciones finas/facciones toscas, pelo bueno/pelo malo, y otras, como esa de “adelantar la raza”. Sinónimo de hibridez, el mestizaje se asoció a lo espurio, a lo sucio, distinto de la pureza, metáfora de índole moral trasplantada de terreno como arma de los opresores contra los oprimidos.

El ejemplo más brutal de valoración malvada, para denigrar, del mestizaje humano, lo ofrece una de sus variantes, y no estará de más recordarlo: los términos mulato y mulata se acuñaron por asociación conmulo y mula, para designar al mestizo de blanco y negra. También al de negro y blanca, pero este debe suponerse más escaso, al menos cuando los esclavistas —por lo general blancos, aunque se debe recordar que en la misma Cuba también los hubo, en menor cuantía, negros y mulatos— gozaban del  llamado derecho de pernada, o podían “seducir” por la fuerza.

Rebasada esa etapa, la escala de valores implantada en ella se prolongó allí donde, como en Cuba, el patriarcado y la herencia de la esclavitud perpetuaron la posición ventajosa del varón blanco, y la mujer blanca padeció en un estrato alto su “inferioridad” de género. Ella le tocaba en suerte al varón blanco y de recursos, quien podía, además, “beneficiar” a mujeres negras y mulatas, en relaciones ilícitas, pero “normales”. Incluso ante las mujeres de su mismo color —y esas eran las que “le tocaban”— el negro pobre sufría desventaja.

Es deseable, pero tal vez iluso, aspirar a que las secuelas de semejante realidad se extingan en pocas décadas: hasta pueden prolongarse en circunstancias diferentes, y sembrar rencores frustrantes. Por entre dicha realidad surgió la nación cubana, distintivamente mestiza, y en su formación un estatus similar al de negros y negras se reservó a los chinos y a lo que quedó de los pobladores originarios. El europeo era fundamentalmente el español, que ya había tenido en la Península su propio mestizaje, en el cual África tuvo un peso relevante, sobre todo pero no solo por el componente árabe.

Frente al positivismo, que tanto prejuicio calzó, Martí escribió años antes de Nuestra América:

“El espíritu, sumergido en lo abstracto, ve el conjunto; la ciencia, insecteando por lo concreto, no ve más que el detalle”.

Por su lado, la sabiduría popular hizo su aporte al conocimiento de la sociedad. Para quienes presumían de pureza blanca se creó una pregunta que irónicamente sigue rebasando sus términos: “¿Y tu abuela dónde está?”; y también esta afirmación, especialmente aguda como retrato de la realidad étnica nacional: “El que no tiene de congo tiene de carabalí”, o de mandinga, de lucumí, de etíope…

Un interesante artículo de Beatriz Marcheco Teruel, presidenta de la Sociedad Cubana de Genética Humana, informa que, sobre la base de una muestra demográfica —1019 cubanos de 137 municipios—, una investigación reciente corroboró una verdad sabida de antemano: Cuba es mestiza. El 72% de las evidencias genéticas corresponde a los ancestros europeos, los componentes africanos llegan al 20%, y al 8% los llamados indios.

Ello se explica porque el elemento europeo fue dominante en una nación sometida por el colonialismo español hasta casi cien años después del proceso de independencia continental, y porque la población originaria fue mayoritariamente diezmada en los primeros siglos de la colonia, mientras que la introducción de africanos se interrumpió con el fin legal de la trata y de la esclavitud en el siglo XIX. Además, siguieron llegando españoles hasta bien entrado el XX, y durante la esclavitud se importaron africanos de gran diversidad étnica —como para dificultar que se unieran en la lucha por la libertad—, pero las cifras de individuos negros no fueron tan significativas como en Haití, cuyo fantasma aterraba a la oligarquía de España, y a su súbdita criolla.

Objetivamente la confirmación del mestizaje cubano apoya la lucha contra prejuicios que han obstaculizado el afán con que, desde el triunfo en 1959, la Revolución erradicó legalmente y con medidas prácticas la discriminación, como un paso para eliminar el racismo, que no se borra por decreto ni actúa de un solo lado de la sociedad. Se sabe de revolucionarios blancos dispuestos a dar la vida por sus hermanos en África, pero no tanto a tolerar que una hija se le case con un compatriota negro. Ni es imposible oírle a un negro “chistes” condensables en decir que en su nacimiento fue la última vez que estuvo entre las piernas de una negra, y no está dispuesto a repetir la experiencia. Frente a eso, Nicolás Guillén —el del son entero— tenía claro que la mejor mujer para el amor es la enamorada.

Hace tiempo que el autor de este artículo no ve a un amigo mulato que solía decir cosas como aquella, y que logró su ideal de pareja y se fue a España, lo que de alguna manera hace pensar en quienes usan a la vez el derecho de reclamarse afrodescendientes y el de solicitar la ciudadanía española. Son derechos, y cada quien es libre de ejercerlos, y de pensar que los tiempos, las realidades, cambian. Pero también se debe tener libertad para valorar esos derechos, y otros, y para recordar algo en lo cual se puede ver raíces: Martí murió con documentos de Haití, que un agente consular de esa nación le extendió para facilitarle su llegada a Cuba, donde ocuparía su sitio en la guerra contra el colonialismo español, organizada con decisiva participación suya.

Recordar ese hecho no implica alimentar odios, ni ignorar la amplitud de la máxima Patria es humanidad, ni lo que Martí añadió a esas palabras y suele no citarse: patria “es aquella porción de la humanidad que vemos más de cerca, y en que nos tocó nacer;— ni se ha de permitir que con el engaño del santo nombre se defienda a monarquías inútiles, religiones ventrudas o políticas descaradas y hambronas, ni porque a estos pecados se dé a menudo el nombre de patria, ha de negarse el hombre a cumplir su deber de humanidad, en la porción de ella que tiene más cerca. Esto es luz, y del sol no se sale”.

En cuanto a la afrodescendencia vista desde Cuba, como desde cualquier parte del mundo, lo decisivo no es la cantidad de genes africanos que cada ciudadano tenga. Habría que ver si una muestra limitada da margen suficiente para afirmaciones absolutas al calificar la totalidad de una población, sea la cubana u otra. Decisivo es que la humanidad en pleno proviene de África, porque, según investigaciones hechas y el saber acumulado hasta hoy, allí se originó el homo sapiens, aunque haya quienes se irriten con el dato. Y si nuevas indagaciones probaran que la especie humana surgió en otro sitio, o en varios a la vez, ello no autorizaría a considerar que unas personas, por su origen, son superiores a otras.

Frente a posiciones racistas basadas en presuntas purezas raciales, la reivindicación del mestizaje ha tenido un fuerte cimiento en la creatividad de pueblos mestizos como los situados en tierras costeras del Mediterráneo, desde las cuales las culturas griega y latina hicieron aportes fundamentales al mundo. Sí, particularmente en Cuba el reconocimiento del mestizaje puede favorecer que se erradique la herencia de un pensamiento racista afianzado con la esclavitud y fortalecido con la influencia de la mayor base territorial que haya tenido la ferocidad racista en tierras de América: los Estados Unidos.

Pero, aunque no fuéramos mestizos, y aunque fuera incierto que el más negro de los cubanos tiene en su composición genética elementos europeos y no hay blanco que no tenga genes de origen africano, eso no sería la razón fundamental para combatir el racismo. Absolutizar ese camino puede conducir a que se eche mano a la preponderancia numérica de genes de origen europeo, y decretar que, con el aval de la cifra mayoritaria, a ese elemento le corresponden más derechos. En general, hacer depender de conteos genéticos la justicia entre los seres humanos, o considerar que ella puede necesariamente guardar relación directa con el mestizaje, acaba remitiendo de alguna manera a patrones racistas.

En Cuba, como en todo el mundo, los seres humanos tienen idéntico derecho a que se les considere iguales, y a serlo. Las únicas líneas divisorias válidas las trazan los valores éticos, y la disposición, probada en actos, de hacer el bien y defender las virtudes medulares, como la decencia. Y si no fuéramos genéticamente mestizos, lo somos culturalmente. Pero, aun si tampoco fuéramos mestizos en la cultura, tendríamos el mismo deber de cultivar la dignidad humana y su reconocimiento. Quien lo desee puede sentir orgullo de sus ancestros, pero vale reiterar que, vengamos de donde vengamos, nos convoca un deber: el de ser humanoascendentes, meta que desborda fronteras y orígenes, y, más que al pasado, remite al futuro, pero no visto pasivamente, sino con el afán de construirlo bien.

(Tomado de Cubarte)


Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 25/04/2014 08:00
Asociación de Estados del Caribe alista preparativos para cumbre PDF Imprimir E-Mail

24 de abril de 2014, 17:04Puerto España, 24 abr (PL) La Asociación de Estados del Caribe (AEC) alista los preparativos para su sexta cumbre de jefe de Estado y de Gobierno, que tendrá lugar el 30 de abril venidero en Mérida, México, informaron los organizadores.

De acuerdo con un comunicado, entre los principales temas del encuentro estarán la cooperación y el proceso de prevención de los riesgos graves en el Caribe, turismo sustentable, transporte, infraestructura y la discusión de iniciativas en beneficio de la región impulsadas por el gobierno mexicano.

Debatirán, además, el llamado Plan de acción de Pétion-Ville, el acuerdo fundamental de la pasada Cumbre, celebrada en Haití, y se procederá a la incorporación a la AEC de los departamentos franceses de ultramar de Guadalupe y Martinica como nuevos miembros.

"Este hecho simboliza una nueva era de integración política de estas islas en su entorno natural y geográfico del Caribe", aseguró el secretario general de la AEC, Alfonso Múnera.

El proceso de incorporación de ambos departamentos se inició el 12 de diciembre de 2012, tras la aprobación del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, y fue presentada en abril de 2013, durante la cumbre de jefes de Estado de la AEC celebrada en Haití.

La Asociación, creada en julio de 1994, tiene entre sus objetivos promover un espacio común para consultas, cooperación y acción concertada en áreas como el comercio, transporte, turismo sostenible y desastres naturales en el Gran Caribe.

Está formada por Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, República Dominicana, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, México, Jamaica, Nicaragua, Panamá, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Suriname, Trinidad y Tobago y Venezuela.

Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 10/05/2014 14:16

10 de mayo de 2014, 08:52Por Waldo Mendiluza

edificio de las Naciones UnidasNaciones Unidas, 10 may (PL) Cuba, Brasil y Argentina sobresalieron esta semana entre los países que demandaron ante foros de Naciones Unidas un mundo libre de la amenaza de las armas de exterminio masivo.


Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 30/05/2014 20:16
ALAI, América Latina en Movimiento

2010-03-01

ALatina,EE.UU

América Latina y el Movimiento de los Países No Alineados

Luis Britto García
Clasificado en:     Política: Politica, |   Internacional: Internacional, |
Disponible en:     Español       
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La conquista de América fue la más grande operación de colonización jamás emprendida, su Independencia, la mayor gesta de descolonización jamás culminada.  Tras ésta, los países liberados comprendieron, como lo haría después el Movimiento de los No Alineados (MNOAL) la necesidad de la unidad.  Las colonias inglesas se consolidaron como Estados Unidos.  Bolívar liberó lo que ahora son seis países.  Con tres de ellos constituyó el enorme bloque de la Gran Colombia, y en 1826 intentó consolidar una unión entre los pueblos americanos en el Congreso Anfictiónico de de Panamá, como muralla contra los intentos de Reconquista de la Santa Alianza, instrumento de colaboración económica y árbitro de las comunicaciones gracias al proyectado Canal de Panamá.  Estados Unidos preservó su unión, expandiéndose a costa de sus vecinos hasta convertirse en la primera potencia del mundo.  América Latina se dividió, fragmentando lo que habían sido cinco virreinatos y cinco capitanías en 25 países, cuya debilidad permitió que fueran dominados.

Emancipación política y dependencia económica

En América Latina se planteó, antes que en el Movimiento de los Países No Alineados: que tras luchar por la emancipación política hay que hacerlo por la económica, estratégica y cultural.  Costeamos las armas para nuestras Independencias con demoledoras deudas externas que hipotecaron nuestro futuro.  Haití debió indemnizar a los antiguos propietarios de esclavos con el equivalente de 20.000 millones de dólares actuales.  La Gran Colombia inició su vida debiendo 10 millones de libras esterlinas, deuda que se repartió cuando a su vez la gran unión se fragmentó en tres países.  Estados Unidos asumió el proteccionismo como invariable camino hacia el desarrollo económico.  América Latina suscribió tratados de libre comercio que le prohibieron la protección de sus industrias y exportaciones y no frenaron el disimulado proteccionismo de las potencias.  Para América Latina la Independencia política equivalió, como para muchos de los No Alineados, a una rotación de metrópolis. 

Estados Unidos, de colonizados a colonizadores

América Latina experimentó, como luego los Países No Alineados, que algunas colonias liberadas pueden oprimir a otras.  Desde finales del siglo XIX Estados Unidos intentó imperar en el hemisferio valiéndose de la Doctrina Monroe, de medio centenar de intervenciones armadas, y de organizaciones como la Unión Panamericana desde 1899, o la Organización de Estados Americanos desde 1945.  Desde esa fecha, un Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca nos obligó a intervenir militarmente contra supuestas agresiones “extracontinentales”, cuya evidencia sería la inclinación del país víctima hacia cualquier política socialista o progresista.  A la conferencia fundacional del Movimiento de los No Alineados en Bandung en 1955 no asistió ningún país latinoamericano.  América Latina y el Caribe parecían el “Patio Trasero” de Estados Unidos. 

América latina y el caribe desafían la hegemonía

A dos años apenas de la Conferencia de Bandung, desde 1959 Cuba enseña cómo se puede cohesionar a un pueblo para resistir dos intervenciones militares directas y un indefinido bloqueo apoyándose en el juego bipolar pero sin ceder la soberanía.  Tras numerosas tentativas sofocadas por la intervención abierta o encubierta de Estados Unidos en Chile y Centroamérica, triunfa otra revolución socialista en Nicaragua, persiste una insurgencia invencible en Colombia y a la vuelta del siglo inobjetables victorias electorales llevan al poder a movimientos socialistas en Venezuela, Bolivia y Ecuador, y a candidatos progresistas en Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay, Argentina y Honduras.  Países como Venezuela, Bolivia y Ecuador recuperan el pleno control sobre sus industrias de recursos naturales y desarrollan políticas de gasto social, alfabetización y educación y salud gratuitas.  El ALCA queda completamente derrotado, mientras se fortalece el Mercosur.  Se crea la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), y con el Consejo Suramericano de Defensa, el Banco del Sur, para relevar al Banco Mundial y al FMI, y el Sucre, el Sistema Unificado de Compensación de Reservas.  La previa alineación se rompe, al extremo de que la Cumbre de 2006 del MNOAL se celebra en La Habana, y en la actualidad son miembros de dicho Movimiento 31 países latinoamericanos y caribeños.  Venezuela mediante el ALBA (Alternativa Bolivariana para América) propone una nueva alianza basada en la colaboración mutua y en la integración regional y no en el interés económico, y abre una política multipolar orientada hacia la colaboración del Sur con Sur, hacia el G-77, los mercados africanos y asiáticos y los integrantes del MNOAL. 

La unipolaridad contraataca

Estados Unidos responde con una agresiva política de Gran Garrote: moviliza la IV Flota hacia el Caribe, establece dos bases militares en Curazao y Aruba, siete bases en Colombia y dos más en Panamá, propicia y legitima un golpe de Estado en Honduras, financia a la oposición de los gobiernos progresistas y ocupa militarmente Haití.  Una vez más, intenta resolver militarmente problemas económicos, sociales, políticos y culturales que no sabe cómo manejar.

La No alineación responde

Las consideraciones anteriores ratifican la perenne validez de la idea que anima al Movimiento de los No Alineados.  La caída del mundo bipolar hace evidente que la diversidad de culturas y de Estados tiene todavía vigencia.  La precaria situación de muchos de los países descolonizados frente a las grandes potencias que todavía pretenden ejercer plena hegemonía y no se resignan al concepto de un mundo multipolar requiere todavía de una liga que permita intercambiar puntos de vista, diseñar estrategias y afirmar el derecho a la supervivencia, a la independencia y a la soberanía de la inmensa mayoría de los países y de los habitantes del planeta. 

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