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General: Literatura y poder en Rusia : una historia de amor y odio
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 02/05/2014 12:04

Literatura y poder en Rusia: una historia de amor y odio

11 de marzo de 2014 Yan Shenkman, RBTH
A pesar de la indiferencia de los escritores hacia el poder y de este hacia ellos que hubo en los años 90, en la actualidad los círculos literarios rusos se han politizado.
 1 Literatura y poder en Rusia: una historia de amor y odio
Vladímir Putin y Alexánder Solzhenitsyn. Fuente: ITAR-TASS

La literatura y el poder político han tenido en Rusia una relación de amor y odio. Ha habido numerosos escritores exiliados o llevados a una pelotón de fusilamiento. También ha habido periodos en los que han sido respetados, honrados y escuchados con atención. Tras la caída de la URSS sobrevino un periodo de indiferencia entre el poder y los escritores. En un clima de duras luchas políticas, crisis económica y guerra, el poder estaba ocupado en otras cosas y no pensaba en la literatura. Los círculos literarios respondieron de la misma manera, durante un tiempo escribir sobre cuestiones políticas estaba considerado inaceptable.

Este periodo ha llegado a su fin. De nuevo el poder y los escritores se están prestando más atención. Tras largos años de indiferencia, vuelve un periodo de atracción y repulsión mutua. La postura política, la oposición y el poder en general se han convertido en cuestiones importantes para los creadores así como para la sociedad rusa. El viejo eslogan soviético que decía: “Artistas, ¿de qué lado estáis?”, vuelve a ser relevante. 

El pasado mes de enero tuvo una reunión entre el presidente Vladímir Putin y los escritores que ha vuelto a dividir la comunidad literaria en dos campos: un grupo que pretende cooperar con el gobierno y recibir un trato preferencial y otro, que se opone al poder mediante libros, opiniones y protestas callejeras.

Todo empezó hace siete años, en una recepción en la residencia del presidente en Novo-Oragiovo, la residencia campestre del presidente ruso en las afueras de Moscú. En aquella ocasión, Putin tuvo un encuentro con jóvenes autores comprometidos con la política, entre los que se encontraba el conocido autor de izquierdas Zajar Prilepin. En aquel encuentro, el presidente recuperó un fenómeno soviético ya olvidado: la contratación pública. Las prioridades del Estado en la contratación pública de la literatura debían ser, en opinión del presidente, “la propaganda de una vida sana, de la familia, el Ejército y la guerra contra las drogas”. Por su parte, los escritores propusieron al presidente la creación de una comunidad rusa de jóvenes talentos. Es decir, algo parecido a una Unión de Escritores, pero para jóvenes.

Estos encuentros entre los escritores y el presidente siguieron celebrándose regularmente. Algunos autores, como Borís Akunin ,se negaron a participar e informaron de ello a sus lectores. Otros acudían de buena gana y expresaban una opinión positiva sobre el régimen.

Curiosamente, un gigante como el Premio Nobel Alexander Solzhenitsyn también sintió atracción hacia el poder en el año 2000. Conocido por su postura radicalmente antisoviética, en su momento quiso participar personalmente en la construcción de un nuevo Estado, basado en unos principios distintos de los de la época soviética. Para ello volvió desde Estados Unidos, donde había vivido durante muchos años.

En septiembre del año 2000, el presidente visitó al escritor en su casa de Tróitse-Lykovo y mantuvo con él una larga conversación. Más tarde, Solzhenitsyn habló positivamente sobre el presidente y declaró que “le había dado consejos” para dirigir el país. La segunda vez que Putin visitó a Solzhenitsyn fue para felicitarle por la obtención del Premio Estatal. Cuando murió Solzhenitsyn, el presidente acudió personalmente a su entierro y llevó a su tumba una corona de flores. De este modo, un hombre que había sido antisoviético y antiestalinista y que había sido condenado al gulag, se convertía postmortem en un partidario del poder.

Además de la atracción, existe también la repulsión mutua. E incluso el enfrentamiento. Su primera manifestación fueron las acciones de la organización de las juventudes denominadas Caminando Juntos, creada por la Administración del Presidente de la Federación Rusa, contra el escritor Vladímir Sorokin. La acción tuvo lugar a las puertas del Teatro Bolshói. Durante esta, los activistas tiraban los libros del escritor, a quien acusaban de propaganda pornográfica, en un inodoro gigante.

Los escritores participaron muy activamente en las protestas de 2012. Dieron discursos en las plazas, entraron en el Consejo de Coordinación de la Oposición e incluso organizaron una acción de protesta propia, que fue llamada El paseo de los escritores. Este paseo era la respuesta a las detenciones masivas de opositores que tuvieron lugar en la manifestación del 6 de mayo y en él participaron varios miles de personas. El paseo dio comienzo frente al monumento de Pushkin. Entre los paseantes se encontraban Borís Akunin, Liudmila Ulítskaya y Dmitri Bykov. La acción se llevó a cabo de forma pacífica, sin consignas ni pancartas.

 

Otro ejemplo de la actividad de los escritores durante las protestas es la historia de Mijaíl Shishkin. Escritor ruso con residencia en Suiza, Shishkin envió durante la primavera de 2013 una carta a la Agencia Rusa de Prensa y Medios de Comunicación en la que declaraba que se negaba a representar a Rusia en la feria del libro Book Expo America 2013, ya que no podía representar a “un país en el que el gobierno estaba invadido por un régimen corrupto y criminal, el Estado era una pirámide de ladrones, las elecciones se habían convertido en una farsa y los jueces estaban al servicio del poder y no de la ley”. Esta carta provocó una enorme reacción en los medios, pero cuando se calmaron las aguas resultó que Shishkin seguía publicando en Rusia y nadie parecía tener nada serio que reprocharle.

Le preguntamos a Andréi Vasilevski, editor jefe de la revista Novimir, ¿Debe una persona del mundo de las artes tener hoy en día una firme postura política?:

“Puede hacerlo, pero no es obligatorio. Un artista es artista no por su postura política, sino porque se dedica al arte. Hoy en día, en una obra se refleja la opinión política del autor, por supuesto, pero puede ser que el propio autor decida no mostrarla. Sus ideas siguen estando en su cabeza, a nosotros sólo nos llega lo que él ha querido escribir. Y dentro de cincuenta o cien años, su postura política tendrá importancia únicamente como un hecho más en su biografía. Iván Bunin y Andréi Platónov son clásicos de la prosa rusa a pesar de su actitud disconforme y en ocasiones opuesta respecto al poder.”

 


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De: Ruben1919 Enviado: 31/05/2014 23:15

Obama cree que ha conseguido aislar a Rusia

30 de mayo de 2014 Alexander Braterski, Gazeta.ru
Según los expertos rusos, el presidente de Estados Unidos no está preparado para responder a los desafíos geopolíticos.
 Obama cree que ha conseguido aislar a Rusia
Expertos rusos cuestionan al presidente de EE UU. Fuente: AP

En su discurso anual ante los graduados de la academia militar West Point, Barack Obama declaró que Estados Unidos ha logrado aislar a Rusia tras los acontecimientos ocurridos en Crimea. El presidente estadounidense prometió que Washington no interferirá en los conflictos mundiales, sino que se apoyará en las instituciones internacionales para solucionar los problemas globales. Los expertos rusos no han hallado nada especialmente nuevo en el discurso de Obama, que parece más bien dirigido a un uso electoral en el país.

En su intervención del pasado miércoles ante los cadetes, Barack Obama intentó no pasar ciertas barreras: señaló que su opinión es igualmente distinta tanto de la de los partidarios del aislamiento como de la de los que proclaman un enfoque intervencionista en la política exterior. No todos los problemas tienen una “solución militar”, subrayaba el presidente de Estados Unidos.

El líder estadounidense destacó que no se trata de un regreso a la Guerra Fría, aunque comentó que las acciones de Rusia en Ucrania “recuerdan los días en los que los tanques soviéticos circulaban por el Europa del Este”.

Según Obama, la movilización de los aliados tradicionales y la participación de instituciones internacionales como el FMI, el G7 y la OTAN han ayudado a aislar a Rusia. No obstante, Obama reconocía que por ahora no queda claro cómo seguirá desarrollándose la situación en Ucrania.

El presidente tocó varias veces el tema de Ucrania, además de los conflictos en Siria y Afganistán, y subrayó que todos los errores cometidos por Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial fueron debidos a “una disposición para meterse corriendo en aventuras militares sin pensar bien en las consecuencias”.

En particular, según Obama, el conflicto sirio no tiene una “solución militar”, aunque Estados Unidos continuará ofreciendo apoyo a las fuerzas de la oposición que luchan contra el régimen de Bashar al Asad.

No obstante, para no transmitir un mensaje pacifista vacío ante los militares americanos, el Comandante en Jefe se apresuró a recordar que las fuerzas armadas de Estados Unidos no tienen comparación. También señaló que “cree en la excepcionalidad americana con todas las fibras de su ser”. Justo después de esto, Obama tampoco olvidó declarar que también cree en las “normas internacionales y el poder de la ley”. 

Cabe señalar que esta idea de la “excepcionalidad americana” fue criticada en septiembre del año pasado por Vladímir Putin en una columna para el periódico The New York Times. 

En opinión de Ígor Zevelióv, especialista en política exterior de Estados Unidos, Obama no intentaba polemizar con Putin, sino que se dirigía más bien a los neoconservadores estadounidenses que critican duramente su política exterior, según ellos demasiado suave.

“Obama considera que esta excepcionalidad se puede manifestar de un modo distinto”, asegura el experto, que opina que debido a la compleja situación económica, los recursos del jefe de la administración estadounidense están limitados.

Los observadores están completamente convencidos de que al analizar este discurso es necesario tener en cuenta la campaña electoral en el país.

En Estados Unidos ha comenzado ya la campaña para las elecciones al Congreso y el discurso del presidente influirá tanto en sus compañeros del Partido Demócrata como en sus oponentes republicanos. Por ejemplo, el columnista del periódico Washington Post Scott Wilson escribió en su cuenta de Twitter que el discurso de Obama “no está destinado a los debates de política exterior, sino al electorado que está cansado de la guerra”.

Ígor Zeveliov señala también que la intervención del presidente de Estados Unidos no contenía “ninguna idea nueva”, y que su principal objetivo consistía en demostrar lo siguiente: Washington continúa defendiendo los intereses estadounidenses por todo el mundo teniendo en cuenta “unas posibilidades relativamente limitadas” después de Irak y Afganistán. El politólogo subraya que Obama ha sido “consecuente”:

“Obama prometió acabar la guerra en Irak y en Afganistán y ha cumplido su promesa”, recuerda Zeveliov.

El director del sector de política exterior e interior de Estados Unidos del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia Rusa de Ciencias, Fiódor Voitolovski, tampoco ha encontrado nada principalmente nuevo en el discurso de Obama. El experto esperaba más “aspectos adoctrinadores” relacionados con cuestiones de seguridad global, sin embargo no ha podido encontrar ni rastro de ello ni de ningún tipo de aseveración de carácter conceptual.

“Por esta razón, da la sensación de que el discurso es bastante fragmentado y de que el presidente es incapaz de responder a los desafíos con los que se está topando su administración”, señala el experto.

Como demostración de sus palabras, Voitolovski cita a Obama reconociendo en su discurso que a Estados Unidos le es difícil involucrar a China en la regulación del conflicto en el Mar de la China Meridional en el marco de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar, tanto más cuanto que Estados Unidos no ratificó dicha convención.

Según el experto, también resultan contradictorias las declaraciones del presidente estadounidense respecto a Ucrania. “Puede repetir tantas veces como quiera que Estados Unidos ha “aislado a Rusia”, pero el hecho de que el presidente estadounidense no sepa cómo se desarrollará la situación en Ucrania, no tenga en cuenta toda la complejidad de la situación, esté dispuesto a escuchar únicamente a una parte del conflicto y no esté dispuesto al compromiso, remite más bien una especie de infantilismo geopolítico”, - comenta el politólogo.

Artículo publicado originalmente en ruso Gazeta.ru.

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